Leo García: "Me di cuenta de que recuperé la fe mucho más fuerte que antes"
Leo García lo repite como un mantra: "Quiero hacer cosas que me gusten, vivir tranquilo, divertirme, reírme más". Esa voluntad que también puso de manifiesto con claridad en las canciones más vitales de su rico repertorio es la que hoy empuja cada movimiento de este gran músico argentino que cumplió en agosto 50 años. Y en ese plan estuvo encuadrado el encuentro con Fabiana Cantilo para grabar juntos una versión de un tema de ella -"Una tregua", del disco Hija del rigor (2006)- que se estrena hoy viernes en La Previa con Bebe, una serie original de Flow que reúne en un estudio de grabación a artistas de diferentes estilos y generaciones (David Lebón y Zoe Gotusso, Ale Sergi y Juliana Gattas -de Miranda!- y Benjamín Amadeo). "Fabiana hizo versiones de temas de otros artistas que fueron muy populares, quizás eso nos haya hecho olvidar que también es una muy buena compositora -dice Leo-. Hicimos una versión de una gran canción suya, "Una tregua", en la que yo aporté producción, arreglos y voces. Llegué pensando que solo me iba a enfocar en la parte instrumental porque ella es para mí la gran cantante del rock nacional, pero también terminé cantando yo y fue hermoso, algo consagratorio para mí. Yo la quiero mucho a ella, ella me quiere mucho a mí y nos hemos encontrado algunas veces en un escenario, pero esto fue más íntimo y cercano porque tuve que ir a su casa del Tigre para filmar este capítulo del programa del Bebe. Y fue todo muy lindo y muy gracioso. No sé si quedará en la edición final, pero voy a revelar que el Bebe se tropezó y se cayó adentro de una Pelopincho redonda que tiene Fabiana en el jardín (risas)".
Fabiana y Leo grabaron en los estudios El Pie, en una sesión muy fluida y amigable: "Llevé la computadora, una guitarra, algunos efectos y sumé todos esos sonidos a la versión que tocó la banda de Fabiana, que es buenísima. Sugerí unas cuantas cosas en el aspecto sonoro porque a esta altura, después de tantos años de trabajar con la música, me siento capaz de dirigir un proceso, incluso creo que ya me gusta más dirigir que ponerme a hacer las cosas yo. Cuando teníamos todo bien ajustado llegó Fabi y metió la voz en una sola toma porque por algo es la estrella que es. También hicimos un video saltando y cantando. Estuvo buenísimo".
La nueva versión de "Una tregua" tiene una base con bombo en negra, arpegiadores de sintes producidos con la computadora de Leo y unas guitarras con delay "al estilo de Gustavo Cerati", en las propias palabras del músico. "Le puse mi impronta personal -asegura-.También tiene teclados. Como dijo Fabiana: parece un tema de Durán Durán. Es verdad que esta versión tiene un toque ochentoso".
Leo también acaba de grabar una versión de "La Navidad de Luis" en sociedad con el autor del tema, León Gieco, y con Natalia Oreiro. La idea es lanzar el single en estos días. "Es un regalo para la gente. Hicimos una versión que también produje yo y que quedó bárbara. Estuvimos los tres en perfecta comunión. Me gustaría que este tema esté en un disco de homenaje a León que quiero grabar con muchos otros artistas".
-¿Y para cuándo un disco enteramente tuyo? Hace cuatro años que editaste el último, con Litto Nebbia como socio.
-Tengo un cúmulo de canciones ya producidas, me falta mezclar algunas y listo. Será un disco de 2021. Pero lo pienso más como una playlist que como un disco que esté atravesado por un concepto. El disco conceptual me parece algo que quedó anclado en la época del auge del CD. Esto será más bien una colección de canciones nuevas, singles producidos por mí y por otros productores.
-O sea que no necesariamente tendrá una unidad sonora.
-No, no necesariamente. También pienso que la idea del single ya está caducando, por eso pensé en hacer un disco, por más diverso que sea el repertorio. Pasa todo rapidísimo hoy en día: los formatos, los artistas, las bandas, las canciones... Yo trato de evitar los singles porque al final estás haciendo un esfuerzo de promoción muy grande para un solo tema. Terminás sacando tres o cuatro temas en un año y trabajando un montón. Yo ya tengo veinte canciones listas, de las cuales creo que quince están bien. Uno compone mucho y tiene que saber que no todo es lo mejor. Hay que ser realista.
-Con León tejiste una relación muy cercana en los últimos años. ¿Como se dio?
-Tengo tres grandes padrinos musicales: Gustavo Cerati, Litto Nebbia y León Gieco. León es hoy mi padrino artístico más cercano, digamos. Me llamó el Día del padre para saludarme como si fuera él mi papá. Eso es algo muy simbólico. Me emociona acordarme de esa llamada porque estábamos en plena cuarentena y él sabía que mi vieja y mi viejo no están vivos, así que ese mensaje hermoso que me mandó fue un bálsamo para mí. "Estoy haciendo un asado, si no estuviera la pandemia, me gustaría compartirlo con vos. Seamos amigos", me dijo. Son mensajes que consolidan la hermandad con un prócer de la música argentina, como también lo son Cerati y Nebbia. León tuvo la idea de grabar un tema mío, "Pasará, pasará", con un montón de intérpretes geniales para el Día del Amigo, en julio pasado. Lito Vitale se encargó de la dirección artística y estuvieron Karina Vismara, Manu Sija, Miranda Johansen, Julieta Rada, Benito Cerati, Natalia Oreiro, Isabel de Sebastián, Julián Baglietto, Celsa Mel Gowland, Mariana Michi, Juan Belvis, Lucy Patané, Miss Bolivia y Paula Maffia. Con Litto grabamos Música del corazón en 2016. Compartí con él almuerzos y cenas, me presentó a su familia... Y con Gustavo mi historia es bastante conocida. Me siento alabado por el hecho de que esa gente se me haya acercado.
-En general hablás muy bien de otros músicos, es algo que está muy presente en tu discurso a lo largo de todos los años de tu carrera.
-En la escuela del marketing musical se dice que no es conveniente que artistas que están en la etapa de promoción de su propio material hablen de otros. Se supone que es mejor hablar solo de vos, aprovechar "la oportunidad". Yo como artista tengo el sueño de llegar a la mayor cantidad de gente posible, obvio. Si no, me faltaría el ímpetu para hacer más cosas, haría demos para escucharlos solo en mi casa y listo. Pero la idea es expandir mi carrera. El tema es que no soy un experto en venderme. Y no lo veo mal. Prefiero poner la energía en otro lado: estudiar canto y baile, mejorar mi performance en vivo, cuidar mi salud, intentar ser alguien más luminoso. A mí me apasiona hacer canciones, pero también soy muy autocrítico. Suelo necesitar demasiado la aprobación de los demás. Eso te condiciona un poco, pero igual debo admitir que cuando León me llamó para decirme que le gustaba mucho "Pasará, pasará" y armó ese combo de artistas maravillosos que hicieron la canción fue un regalo del cielo. Creo que la pandemia nos ayudó a bajar los decibeles, a dejar de poner en primer plano el estrellato y la exposición personal. Ya está bastante claro que los planes del exitismo para vender más son nocivos.
Ya está bastante claro que los planes del exitismo para vender más son nocivos
-¿Cuáles son hoy tus parámetros de éxito y fracaso?
-El éxito es algo sobre lo que estuve estudiando bastante últimamente. Simplemente buscando en Google para ver cuál es el resultado, el significado de esa palabra alcanza para llegar a alguna conclusión más o menos precisa. Para mí significa hacer lo que te gusta, poder llevarlo a cabo. En mi caso, hacer canciones que lleguen a la gente, o tener el honor de que Morrissey cante el estribillo de un tema mío en uno de sus shows en Argentina, que ponga la canción en la que lo nombro antes de su concierto, en esa selección que él mismo arma para cada show. Podría decir que he sido muy exitoso. Ser exitoso también es hacer una canción para Navidad con Léon y Natalia, que Fabiana me haya convocado ahora y que no haya una sola pálida, que todo haya sido tan placentero, divertido y lleno de luz con ella. El exitismo es otra cosa, es inflar algo o alguien para hacerle creer a la gente que eso es lo mejor. Esa es la lógica de la industria musical. Los premios se venden al mejor postor, se paga por promoción falsa en redes sociales... Y el fracaso para mí es importante para poder aprender. Igual sería un necio si dijera que soy más fracasado que exitoso. Creo que la pandemia me ayudó a reflexionar sobre todo alrededor de estos asuntos. Yo siempre quería lograr más de lo que verdaderamente podía, algo más notorio, más masivo, más "beatlesco", ponele. Con la cuarentena empecé a sentir la falta de esa empatía con el púbico que va a verte a un show, en un bar, en una discoteca, en un festival, donde sea. Hay que bajar los decibeles. Una buena carrera implica también fracasar, aprender, tomar nuevo impulso y de paso darnos cuenta de que tenemos demasiado ego.
-¿Tu mudanza a General Rodríguez tiene que ver con esta idea de estar más relajado?
-Sí, la verdad es que me vine para acá para estar más cerca de Moreno, donde tengo a mis hermanos, hermanas, sobrinos y sobrinas. Estoy muy en contacto con mi familia, recuperé una empatía familiar que había perdido por estar cegado con mi soledad y mis neurosis en Capital. Durante la pandemia tuve mucho tiempo para pensar: cumplí 50 años y me deprimí bastante, pero enseguida decidí ponerme a trabajar en lo que quiero puntualmente, en mis deseos. Y no voy a retroceder, solo quiero ir para adelante. Empecé una dieta "detox" hace unos meses y me hizo muy bien. Durante la pandemia tuve que tomar ansiolíticos para soportar estar encerrado en un departamento chiquito de Belgrano. Me hizo falta anestesiarme para tolerarlo. Y pasé la angustia por la incertidumbre alrededor de mi laburo, como casi todos. Pero tuve una iluminación, una protección de parte de Dios, me di cuenta de que recuperé la fe mucho más fuerte que antes. Necesitamos tener fe en algo, no importa el formato que cada uno le dé a Dios, eso es más personal. Recuperé esa fe muy potente, empecé a alimentarme bien y me gustó el plan de salir del estrés de Buenos Aires para volver a mis fuentes. Estoy en un lugar rodeado de verde, cerca de mi familia. No tengo acceso a matar mis noches de cualquier manera en un bar. Eso me ayudó a pensar de un modo más claro, pude limpiar mi mente y mi cuerpo. Diciembre, enero y febrero son meses peligrosos para cualquier adicto o para el que quiere enmascarar la angustia con un consumo de drogas. Mi prioridad hoy en día es proteger la psiquis, la salud mental.
-¿No te interesan las drogas ni siquiera como forma de experimentar o como simple consumo recreativo?
-En el rango de la vida terrenal está bueno experimentar todo, ser libre, no prejuzgar, pero cualquier sustancia que consumas, desde el alcohol a las drogas, invaden el cuerpo y la mente, provocan seguramente alguna fisura neuronal, una pérdida de lucidez. No podés meditar, que es algo que a mí me interesa, si tomás alcohol todo el tiempo o fumás marihuana todos los días. Yo ya tengo que tomar a diario media pastilla para dormirme, por prescripción médica. Me cuesta bastante conciliar el sueño. Así que veo el consumo de drogas como algo de otro período de mi vida. Hay que poner mucha voluntad para dejar el alcohol, el tabaco o la marihuana como hábitos, pero la recompensa es entender la vida tal como es. Las sustancias distorsionan el placer. Podés disfrutar del aroma de una planta, del agua, del sol y hasta del fresquito de un invierno sin tomar nada. La naturaleza te predispone a ser feliz, el mal lo hacemos nosotros colocando el ego por delante de todo, con las maquinaciones mentales. Hay que estar en armonía con lo que te propone la naturaleza y disfrutar de la empatía con los demás. Reunirse con amigos y reírse juntos es una gran liberación de endorfinas. No hay que perder la empatía con los demás y poner a la salud mental por sobre todas las cosas.
-Por último, se está discutiendo y definiendo una ley de interrupción voluntaria del embarazo, un asunto que sin dudas involucra la empatía con el otro. ¿Qué opinión tenés sobre el tema?
-Evito hablar de este tema, como evito hablar de política. Para mí, una de las funciones del artista es unir a la gente, no generar más grietas, más distancias. Dicho esto, me parece que está bueno que la mujer tenga el poder que debe tener para que todos respetemos sus decisiones. Es algo muy vinculado con el cuerpo y la cabeza de las mujeres, y yo soy hombre, soy de los que abren la puerta y dejan pasar a las mujeres, una especie de caballero a la antigua, encima. Entonces ponerme a opinar livianamente de un tema tan serio sería irresponsable. No quiero ponerme a nadie en contra, no quiero tener ningún tipo de adversarios en mi vida.
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