Leo Dan: de “Santiago querido” y “Libre solterito y sin nadie” a “Cómo te extraño mi amor”, el autor de los hits que cantó toda América Latina

“Pongo mi alma en cada verso, si canto una chacarera: de Atamisqui no me olvido, aunque diez veces me muera. Y si me toca la suerte, de que me vaya pa’l cielo; cantando me he de pasar con el amigo San Pedro”. De Los Manseros Santiagueños a Raly Barrionuevo o de Café Tacuba a Ricardo Montaner, ¿quién no ha cantado alguna canción de Leo Dan?

Hoy, Leo Dan puso en práctica aquella chacarera que escribió hace tantas décadas con Carlos Carabajal, “Corazón Atamisqueño”. Hoy “le ha tocado la suerte” de irse pa’l cielo para cantar con San Pedro”. Con unas líneas publicadas en sus redes sociales, así lo explicó su familia. “Esta mañana nuestro amado Leo Dan dejó su cuerpo en paz y junto al amor de su familia. Así, volvió a la luz pura de su Padre Celestial, para guiarnos y cuidarnos desde el infinito. El día de hoy, 1° de enero de 2025, invitamos a todos los que formaron parte de su historia y que fueron tocados por su legado, a celebrar su amor, su música y su vida. Con mucha paz en el corazón, recordamos y sentimos su profundo amor… por siempre”.

El repertorio que se lleva para cantar con San Pedro es, también, el que deja. Esas canciones de amor, absolutamente sencillas, algunas de ellas tituladas con nombres de mujer, y aquellas otras que serán parte medular de cuestiones idiosincráticas santiagueñas, como la nostalgia. Esas que están representadas ya en aquel “Corazón atamisqueño”, o en “Santiago querido”, esa otra que decía: “Hoy te canto yo desde aquí, te canto como un crespín; que pronto quiere volver a Santiago”.

Son canciones que llevan la firma de Leopoldo Dante Tévez, aquel santiagueño nacido en Estación Atamisqui, aquel paraje ubicado a una media hora del Río Dulce, curso de agua que acaso daría consuelo a veranos de aridez y altas temperaturas. Solo tenía una armónica que le había prestado una amiga, para ensayar las primeras melodías, “debajo de un árbol”, como solía decir, que lo protegía del calor implacable. Así, seguramente, habrán sido los años de infancia y de siestas interminables. Aunque el destino de Leo Dan no estaría a un tranco del “Misky Mayu” sino a muchos kilómetros de allí. Se llevó la añoranza consigo, en esas canciones del folklore nativo, pero apuntó primero a Buenos Aires y luego a España y México. La canción romántica fue surgiendo, hasta consagrarlo.

La carrera del cantautor comenzó cuando llegó a Buenos Aires, a principios de la década del sesenta, con apenas 20 años. Dejó de ser Leopoldo Dante Tévez, tomó las tres primeras letras de sus nombres (Leo y Dan) y no paró hasta hacerse famoso. “Celia” fue el primero de sus temas que se hizo conocido. Luego siguieron “Fanny”, “Cómo te extraño mi amor”, “Libre solterito y sin nadie” y “Santiago querido”, entre otros.

Si bien su aparición fue en la época del movimiento nuevaolero, mantuvo una gran identidad como solista. En 1964 llegó a la televisión con un programa propio, Bajo el signo de Leo, en Canal 9. A finales de los sesenta se instaló en España junto a su esposa, pero debido al éxito en América Latina, en 1970 se radicó en México, donde permaneció por diez años antes de volver a la Argentina. De ahí que, si bien en los últimos años estaba instalado en Miami, en México el recuerdo de su repertorio sea tan importante.

En una entrevista reciente con Radio Rivadavia rememoró el éxito en nuestro país y su salida al exterior: “Me fui a España con mi familia. Recorrimos Europa paseando y no pare más. Me llegó un contrato para trabajar 20 días en México y me quedé 10 años. Me llevaron por la canción ‘Te he prometido’ y esa canción la escribí en el estudio de grabación en solo 15 minutos, porque faltaba un tema para completar el disco. En México me adoptaron y fueron y son mi familia hasta hoy. Muchos hasta piensan que soy mexicano. Ellos lanzaron mis temas al mundo y yo estoy eternamente agradecido”.

Romance mexicano

En 2018, Leo Dan grabó con una gran orquesta el primer volumen de Celebrando a una leyenda, e invitados como Rubén Albarrán, cantante de Café Tacuba, con quien interpretó “Como te extraño mi amor” (de este tema Café Tacuba ya había hecho su propia versión, para su disco Avalancha de éxitos, con el que el cuarteto decidió homenajear a varios referentes).

De ese primer disco también quedaron hits como “Te he prometido”, con Ricardo Montaner. En 2018 fue el álbum más vendido en México y al año siguiente quedó dentro del top 5. Por eso la compañía volvió a apostar a una nueva entrega de grandes éxitos de Leo Dan junto a invitados, un par de años después.

A mediados de ese año tuvo que ser internado en Puebla, México, tras sufrir un cuadro de hipertensión arterial, horas antes de dar un show. Luego de dos días en observación, los médicos le dieron el alta pero debió reprogramar la gira que venía realizando.

En 2019 otra vez fue homenajeado pero de distinta manera. Tuvo una estrella en el Paseo de la Fama de Plaza México, en la zona de Lynwood, California. “La estrella para mí es una bendición”, dijo en ese momento a la agencia de noticias EFE, cuando, por entonces, tenía 77 años. “Es una muestra del cariño de la gente que me inspira y me motiva para que yo pueda seguir haciendo siempre cosas lindas”, declaró. A diferencia de las estrellas de cinco puntas con bordes dorados del Paseo de la Fama de Hollywood, la estrella de Plaza México es un diseño maya sobre un destello en el cielo.

En 2020, se publicó el segundo volumen de Celebrando una leyenda. Con el mismo sentido del anterior, el álbum resume varios de sus éxitos, en algunos casos llevados a otros géneros, como el bolero, el pop, el blues, la cumbia y el ska.

A pesar de algunos achaques de salud y de otras dolencias más severas que debió atravesar, se mantuvo activo hasta mediados de 2024, cuando anunció su despedida de los escenarios. “El adiós de una leyenda” comenzó el 6 de abril y culminó el 8 de junio en Chicago, Estados Unidos. “Fue un viaje maravilloso, pero es el momento de cerrar este capítulo” publicó en redes. Según contó en aquella entrevista, se había quedado con ganas de hacer una despedida en la Argentina y estaba haciendo algunas tratativas.

“Y desde el cielo infinito

haré brillar una estrella

pa’ que siempre te acompañe

iluminando tu huella”.

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