Lenine: "Espero que este via crucis que vivimos en Brasil nos beneficie para la construcción como sociedad"
Haber llegado a los 60 y sentir que uno está "en tránsito" puede tener dos interpretaciones bien diferentes: que no ha madurado nunca o que los años, y especialmente la actividad a la que se dedica, lo han mantenido lo suficientemente joven como para seguir en movimiento, activo y aprendiendo. Y también hay otra interpretación que es la que puede hacer el músico brasileño Lenine con su último disco. Se trata del cambio constante, de la urgencia por todo, de la volatilidad, de la falta de certezas y del futuro como inmensa incógnita.
Lenine (Oswaldo Lenine Macedo Pimentel, 2 de febrero de 1959, Recife, Brasil) es uno de los más grandes músicos que ha dado el Brasil en las últimas cuatro décadas. Su obra, desde los ochenta (aunque especialmente a partir de sus discos de la década siguiente) tiene el rock y el funk pero también a toda la MPB consigo. Sus discos pueden ser crónicas de distintos tiempos pero si se diferencia del trabajo de otro cronista es por la poética.
Hace exactamente 20 años utilizaba la palabra "Tránsito" en una canción de su excelente disco Na Pressão; la usaba para hablar del derecho a la vida. "Rua da Passagem (Trânsito)", ese era el nombre del tema. En la segunda década del siglo XXI, el título del flamante disco que presentará este sábado en la sala Groove de Buenos Aires, Em Trânsito, refiere a las urgencias. "Hoy no hay tiempo que perder –dice un par de días antes de llegar a Buenos Aires-. Y yo soy de una generación para la que un álbum significaba un romance con una historia que se narraba con música. Pero perdió ese sentido. La música está pulverizada. Y cada uno crea su playlist y nadie pierde tiempo en escuchar un álbum completo. Pero yo insisto en hacer todos mis proyectos como álbumes. Entonces, Em Trânsito revela esa deconstrucción de la manera de propagación de la música. Tiene esa connotación de cambios y urgencias. La primera canción habla de la levedad y la suavidad, pero enseguida, la siguiente, «Sublinhe e revele» es el contrapunto. Por eso creo que el proyecto tiene el sentido de crónica de estos tiempos".
La música está pulverizada. Y cada uno crea su playlist y nadie pierde tiempo en escuchar un álbum completo. Pero yo insisto en hacer todos mis proyectos como álbumes
Uno de los signos de estos tiempos quizás sea que la novedad está por encima de la calidad. Lenine cree (y se ríe mientras lo explica) que, en realidad, lo nuevo es todo aquello que la gente olvidó. Tiene sabor de nuevo aquello que fue olvidado. "Por eso todo lo que se presente como nuevo, con certeza, es un plagio", dice en tono de broma, aunque cree firmemente que es así. "Pienso que lo que llama la atención es lo efímero, que es diferente de lo nuevo. Imagino que la expresión efímera siempre existió, de una manera o de otra, eso es independiente de la función que puede tener la música que uno hace. Hay algunas que son simplemente para entretener. Por otro lado espero que lo mío sea como una crónica, una historia".
En la Argentina no hay muchos casos como el suyo: ser un prolífico cantautor y, al mismo tiempo, compositor de canciones para bandas de sonido de películas y telenovelas. En Brasil no existe la disociación "No creo que sea interesante generalizar. A lo largo de mi vida ejercí varias modalidades para hacer músicas. Eso significó hacer bandas sonoras, producir discos de otros artistas, hacer arreglos, componer para otros. Creo que el hecho de transitar por caminos diferentes tiene que ver con mi propia trayectoria. Fue así que se hizo mi camino. La gente aquí no tiene la palabra cantautor, aunque yo me siento cantautor".
-¿Ser conocido antes como compositor que como cantautor le permitió pararse de otra manera en el mundo de la música?
-Como intérprete no puedo cantar cualquier canción. No podría cantar una letra que no me identifique, independientemente de que haya sido escrita por mí, para otras personas. No me siento capaz de cantar parte de ese material que fue hecho para otros. Hay que ser un poco camaleón, tener un sentido de adecuación para encarnar en la cabeza de otro intérprete e intentar descubrir palabras y sonidos que suenen verdaderos en la boca de ese músico.
Todas las canciones de Em Trânsito son, de manera unívoca, para la voz de Lenine. Hay temas como "Bicho Saudade", esa palabra que es tan idiosincrática de la cultura brasileña y tan difícil de traducir al castellano. "No es melancolía. No es algo bueno ni malo -dice-. Es una memoria afectiva. Tal vez por eso mismo sea tan difícil de traducir. La melancolía tiene cierta tristeza. La saudade no, es otro tipo de sentimiento. Pero aunque sea difícil de traducir está en cualquier parte de este planeta, por eso decimos que es un bicho", explica y usa la primera persona del plural porque es un tema que escribió con su actual mano derecha en las cuestiones artísticas, su hijo Bruno Giorgi.
-Otro de los temas es "Umbigo" (Ombligo) ¿Tienen dedicatoria?
-Principalmente es una canción de autoconciencia. Cualquier ser humano necesita desligarse de su propio ombligo. Usé como sampler la voz de un médico muy popular en la década del 50, Rinaldo De Lamare, que escribió un libro referido a los primeros pasos de los bebés y la maternidad. La voz que se escucha es la suya. Esa canción la hice hace 15 años, y creo que tiene actualidad. Habla de la individualidad, del ser que solo piensa en sí y que no es un ser colectivo. Evidentemente es una crítica.
Todos de manera general están siendo portavoces de esa señora llamada intolerancia
-"Intolerancia": ¿Cuál es la musa?
-Es justamente a través de las redes que uno ve el dualismo del Brasil tan dividido entre izquierda y derecha como si todavía eso existiese. Todos de manera general están siendo portavoces de esa señora llamada intolerancia. La gente perdió la vergüenza de mostrar su lado más oscuro. Las personas, a través de una batalla en las redes necesitan la tiranía de la intolerancia. Son muchos pasos hacia atrás los que está dando la humanidad.
-¿Y es aplicable al actual momento social y político del Brasil y a la actual gestión de gobierno?
-Sí. Nunca sentí tanta vergüenza. Es imposible que lo que está pasando pueda durar mucho. Siento vergüenza de lo que vivimos aquí. Es un vía crucis que la gente está pasando. Ojalá que nos beneficie para nuestra construcción como sociedad. Pero también pienso que mucho de lo que estamos viviendo es por la falta de una "exhumación". Fíjese que, a diferencia de lo que sucedió en la Argentina, desde la última dictadura muchos cadáveres no fueron exhumados. Hay que encarar procesos que son áridos y dolorosos. [Lenine se refiere al decreto ómnibus 9759, de abril pasado, por el cual el presidente Jair Bolsonaro suspendió los trabajos forenses de identificación de personas asesinadas durante la última dictadura militar en el Brasil, que se encuentran en fosas comunes en el Cementerio de Perus, en San Pablo].
Pienso que mucho de lo que estamos viviendo en el Brasil es por la falta de una exhumación. Hay que encarar procesos, áridos, dolorosos""
¿Cómo es Lenine a los 60?
-Creo que envejecer tiene mucho que ver con las elecciones que cada uno hace. Descubrí un camino muy placentero. La música fue y sigue siendo muy generosa conmigo. Abrió las puertas de este planeta. A lo largo de la vida fui construyendo un repertorio. Es difícil, hoy en día, con la pulverización digital, conseguir eso. Cada vez es más difícil. Por eso tengo orgullo de haber podido concretarlo. De hacer ese camino y pavimentarlo. Veo hacia atrás; veo un camino bonito, canciones que me dan orgullo y el deseo que tenía de subir al escenario y tocar.
-¿Cómo se relaciona con el público, con su hijo en el trabajo cotidiano y con la llegada de nuevas generaciones?
-Para mi cualquier profesión corre el riesgo de la repetición. Toda vez que sentí eso busqué otro camino. Fue una constante en mi vida esquivar la repetición. Lo importante no es llegar a un lugar sino el camino en cada proyecto. Hacer lo que uno no hizo, lograr lo que era imposible. Después de todos esos años tengo un hijo que termina siendo el combustible para eso. Reafirma mi camino. Ese es el secreto de placer que siento. Fui honesto con mi deseo. Quería hacer lo que hice y lo que estoy haciendo. Tengo un hijo dirigiendo y produciendo mis trabajos. Es un gran músico y además de todo conoce profundamente todo lo que hice en mi vida. No por casualidad fue el estímulo principal desde que comenzó a trabajar conmigo. Le tengo una confianza ciega e infinita.
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