Lección de historia de Neil Young
Canciones antiguas revisitadas con los Crazy Horses en su nuevo CD, Americana
Luego de casi diez años sin grabar juntos, Neil Young convocó a su guardia de hierro, los eternos Crazy Horses, y, reunidos en su rancho en las montañas cercanas a San Francisco comenzaron sus rituales musicales. Y bien dicho rituales porque, mes tras mes, en cada luna llena, los músicos se juntaron con su historia que también es la de los otros. Así dieron forma dos álbumes, el primero de los cuales, Americana , acaba de ser editado entre nosotros por Warner Music (el segundo, con canciones nuevas, saldría en los próximos meses).
Neil Young y sus compañeros decidieron en éste indagar en la historia, o reescribir la historia. Siguiendo la tradición folk, tomaron antiguas canciones y las trajeron al hoy, agregando, sumando, pero respetando el origen. Canciones de dolor y pérdida, canciones de asesinatos y convictos, canciones de antiguas protestas.
El álbum comienza con "Oh Susannah" un clásico de clásicos compuesto, dice la historia, por Stephen Foster a mediados del siglo XIX, aunque la versión elegida es la de un siglo después cuando, hecha por Tim Rose, fue pionera del folk rock. Le sigue "Clementine", adaptación de otro tema con siglo y medio de antigüedad y que derivó en canción infantil (con ausencias y ahogados, y ese dramatismo que solían tener las canciones infantiles de antaño) y no faltan más muertos, ahorcados y exiliados en "Tom Dula", "Gallows Pole" o "Travel On". Ni la recuperación más cercana de "This Land is Your Land", de Woody Guthrie, con las palabras del manuscrito original.
Lo acompaña un librito con textos para cada tema escritos por el mismo Young y A Day in the Gallery , un film mudo, o para ser rigurosos un film sin diálogos pero sí con música que acompaña al disco y que puede verse en la página, www.neilyoung.com, y en el que las canciones, unidas por breves interludios al estilo de los viejos films en blanco y negro, son acompañadas por imágenes de ese país de los siglos pasados al que el álbum se ha dedicado a mirar y hacer cantar.
Imágenes del pasado traídas al hoy, en una operación que reescribe la historia, armando mito y leyenda. Así como The Band en los tiempos de Bob Dylan, también Young es un extranjero (canadiense como aquellos) subyugado por las historias de indios y conquistas de los Estados Unidos.
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