Laurie Anderson, la guardiana de la memoria artística y la intimidad de Lou Reed
La creadora y viuda del entrañable músico norteamericano, fallecido en 2013, lo recuerda mientras exhuma parte de su legado; hay más de 600 horas de audio archivadas
NUEVA YORK (The New York Times).- La semana pasada me senté con Laurie Anderson en su oficina del barrio de Tribeca para lo que esperaba que fuera una entrevista relativamente corta sobre la obra que dejó su marido, Lou Reed, al morir, en 2013.
Terminamos charlando durante casi dos horas: con Will, su perro nuevo, sentado cerca de mí, escuché cómo su pequeña laptop anunciaba con voz robótica "las cuatro en punto" y luego "las cinco".
Ella y Don Fleming, responsable de la conservación y clasificación de sus obras y manuscritos, explicaron el origen del proyecto y me mostraron clips de algunas de las más de 600 horas de audio que contiene su archivo. Todo eso está siendo catalogado y digitalizado, y en el futuro estará disponible para ser consultado por el público en la Biblioteca Pública de Nueva York de las Artes Escénicas, en el Lincoln Center.
Anderson también se explayó sobre sus expectativas respecto del legado de Reed, acerca del "rancho artístico" que ella y Lou soñaban para su jubilación y los fragmentos de nuestras vidas que no pueden preservarse en un estante. A continuación, algunos extractos de la conversación.
Orígenes del Proyecto Archivo
"Lou y yo realmente no llegamos a conversar sobre su legado. Peleó por su vida hasta el último segundo."
"Teníamos esta especie de plan para nuestra jubilación. Lo llamábamos el L& K Art Ranch. Lou siempre quiso tener un club donde pudiera tocar todas las noches, al que cayeran otros músicos. Teníamos ya el logo: era una X con dos L, como esto" [cruza sus dedos]. Después de que murió, hubo un momento en el que pensé: «¡OK, lo voy a construir yo sola!». Julian Schnabel estaba ayudando en el diseño, en Red Hook, en Brooklyn."
"Estaba muy feliz de que confiara en mí para esto. Creo que es lo que quería, que la gente pudiese escuchar su música, que no fuera preservada y olvidada. Ése era mi mayor temor: que quedara en una cueva. Tengo amigos a los que les pasó esto. Un artista muy conocido donó su obra a Harvard. Cuando necesitó una obra de ese catálogo, se la pidió a la universidad, que se la negó. No iba a donar sus obras a un lugar que se comporte así."
Lou Reed, escritor
"Lou era un escritor. Un escritor que cantaba sus palabras. Era un personaje en su propio universo, pero sus confesiones no eran como las obras autobiográficas de otros cantautores."
"Cuando escribía canciones no sólo las escribía: se levantaba una mañana y el tema estaba listo. Era indignante. Se sentaba y la tipeaba. No había 20 versiones distintas. Yo lo miraba y pensaba: «Y mientras tanto yo tengo que hacer 1700 versiones de cada una de mis canciones y tengo cuadernos y cuadernos de intentos tachados»."
"Él nunca trabajó así. Escribía en su cabeza. Lo vi hacerlo una y otra vez. Descubría frases que había dicho seis meses antes, o un objeto. El jarrón azul junto a la ventana de «Set the Twilight Reeling». Me acordé cuando decidimos ubicarlo ahí cuando leí por primera vez la letra."
Amantes y maestros
"Originalmente nos conocimos por nuestro mutuo interés por la electrónica. Íbamos a las conferencias de la Sociedad de Ingenieros de Sonido [en inglés, Audio Engineering Society, AES] y comparábamos micrófonos. En el momento en que nos enamoramos, nos enamoramos. No hubo nada intermedio."
"Lou era verdaderamente romántico. Era la persona más dulce y tierna que he conocido. Era también feroz. No ocultaba sus emociones. Se permitía experimentar todo el espectro; no se censuraba."
"[En el archivo] también se puede descubrir el amor por sus maestros. Eran muy importantes para él, empezando por Warhol. Bob Wilson fue una variante de Andy para él: un empresario que le decía qué hacer. «Lou, quiero que escribas diez canciones sobre este tema». Le gustaba que le dijeran sobre qué componer."
"También queda en evidencia lo trabajador que era. Esa imagen de tipo canchero al que no le importaba nada es una invención de Lou Reed. No hacés tantos discos, tantos recitales, tantas fotos sin una increíble ambición."
Esperanza de un archivo
"Para los jóvenes músicos, significará la posibilidad de descubrir a alguien que creó su propia imagen, pero que también trabajaba muchísimo tras bastidores. También pinta un retrato de alguien que no siempre hacía cosas fantásticas. Me encanta que eso sea accesible para la gente común. Le da ánimo ver que Lou Reed hacía también cosas horribles. Es muy importante para todos los que sabemos lo difícil que es encontrar nuestro estilo, nuestra voz."
"Creo que el archivo se desarrollará a través del modo en que la biblioteca decida presentarlo. Espero que el público pueda trazar distintos caminos a través de las obras, que la Biblioteca de las Artes Escénicas pueda mostrarles recorridos que no sean tan intimidantes. Eso sería lindo."
Lo que no puede ser preservado
"Este archivo es una maravillosa colección, pero no es Lou Reed. Para nada. Ningún archivo o colección alcanza a representar a la persona que fue, la textura y el material de los que estaban hechos, su sentido del humor, el sonido de su voz."
"Lo que realmente falta en esta colección, que era una gran parte de quien era Lou, era la meditación. Estudió en profundidad la naturaleza de la mente, pero no hay rastros físicos de ello. No dejó ninguna huella."
"Es algo que me entusiasma, que una gran parte de la vida no puede ser aprehendida. No sobrevive en ninguna parte. Vive en tu mente y muere con ella. Y me inspira el hecho de que no puedas aferrarte a un montón de cosas. De hecho, no te podés aferrar a las cosas más importantes."
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