De Olivia Rodrigo, una de las revelaciones del año, a Billie Eilish, del retorno de Lorde a otra vuelta: la del Indio Solari; estas son las 50 canciones editadas en el primer semestre del año que eligieron nuestros especialistas
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El primer semestre de 2021 tiene las horas contadas y con su cierre llega el primer balance del año. En estas líneas, los críticos de LA NACION repasan sus 50 canciones favoritas de lo que va de la temporada.
Por Diego Mancusi
“Solar Power”, Lorde
Atenta a su época, la neozelandesa le pone un moño al año con menor provisión de vitamina D de nuestra historia con un homenaje al astro rey. Su nuevo single son tres minutos y monedas de comodidad: rasgueo de guitarra acústica, voz susurrada y citas a hitos del soft rock (“Freedom”, de George Michael; “The Right Thing”, de Simply Red). Como en el video: sol, aire fresco, gente linda y ropa liviana.
“Párteme la cara”, C. Tangana
“Me he cansa’o del primer puesto/ya no quiero ser mejor que еl resto/ porque todas las cosas que importan sе fueron contigo”, canta el español, en un renunciamiento que se toca con lo que busca en su disco El madrileño: desentenderse del deber, bucear en la música de raíz y terminar sonando contemporáneo y clásico a la vez. Autotune y canción popular para la trasnoche.
“Venganza”, No Te Va Gustar & Nicki Nicole
Las recreaciones teatrales del odio nunca faltan en el rock, pero acá a la bronca se la ve salir de las tripas. Lo cual es particularmente llamativo, teniendo en cuenta que se trata de la abstracción de un hombre poniéndose en el lugar de una mujer maltratada a la que -en un puente pensado para destrozar prejuicios- Nicki Nicole le pone voz. “Esto es por mí y por todas/quiero hacerte sentir lo que yo siento ahora”, dice, y se nota que va en serio.
“Vacancy”, The Coral
The Coral se fue del radar de la masividad después de “Dreaming of You” (2002) pero pasó los últimos (casi) veinte años honrando la tradición del pop británico desde su bajo perfil. Su disco Coral Island es puro disfrute y su punto más alto es “Vacancy”: la línea de bajo promete sofisticación noir mientras el riff de órgano aporta psicodelia, y el resultado es una confusión que se atornilla al inconsciente.
“Pay Your Way in Pain”, St. Vincent
Siempre gustosa de desorientar, Annie Clark le debe a los rockeros más extravagantes de su época (“Fame”, de David Bowie es una referencia directa; el groove sexy de Prince atraviesa toda la canción) y reflexiona sobre el derecho de piso que exige la celebridad, pero para eso adopta la personalidad de una soccer mom setentosa a la que -con todo- se le adivina un costado poco santo.
“Cicuta”, Peces Raros
En el adelanto de su cuarto álbum, la banda platense se corre de la electrónica ortodoxa y abraza un sonido más orgánico, minimalista y -si se quiere- rockero, similar a lo que propone Depeche Mode de Violator en adelante, pero sin perder la voluptuosidad ni el pulso bailable. Una especie de ítalo-disco oscuro para sacudirse con los lentes negros puestos.
“Amazonia”, Gojira
Va a ser muy difícil disputarle el título de mejor disco heavy de este año a Fortitude, el séptimo trabajo del grupo de metal alternativo francés. Sin puntos flojos, el álbum encuentra su pico en este tema que linkea directamente con Roots, de Sepultura en la combinación de sonidos tribales, riffs de guitarra y partes vocales growleadas. Brutalidad con conciencia ecológica.
“Lost Cause”, Billie Eilish
Después del single con título premonitorio, “Lo vas a olvidar”, junto a Rosalía, la californiana recupera la forma y sigue dando pasos hacia su segundo disco con este tema que no cae lejos del bedroom pop que la hizo famosa, pero que se enriquece con dos factores: la producción profesional y su renovada confianza a la hora de cantar. Centennials descubren el trip hop.
“All My Favorite Songs”, Weezer
Cuando uno se había acostumbrado a que las expectativas superaran los resultados en cada nuevo lanzamiento de Weezer, el orquestal OK Human los encuentra despojándose de los artificios para concentrarse en lo que mejor les sale: canciones pop con melodías pegadizas. “All My Favorite Songs” es un milagro: suena joven y adulta a la vez.
“Crawling Kingsnake”, The Black Keys
Dan Auerbach y Patrick Carney se sacaron la modorra pandémica con Delta Kream, un disco de covers de clásicos del blues. En el groove relajado de “Crawling Kingsnake” (un tema de Big Joe Williams que ya habían versionado, entre muchos otros, John Lee Hooker y los Doors) se adivina el disfrute de un dúo de rock tocando cara a cara en un garage: no hay muchas formas de ganarle a eso.
Por Sebastián Chaves
“Una y otra vez”, Ricardo Mollo
Los singles que Ricardo Mollo ha entregado en en el último año en plan solista condensan el aura nostálgica de toda canción folk. “Una y otra vez” lo tiene al líder de Divididos haciendo gala de sus capacidades como melodista y vocalista (chequear “Par mil”). Y cuando canta “sabíamos darle al dolor / vuelo de canción”, el delay en su voz en “Luca” es lo primero que surge como recuerdo de que sí, sabe cómo hacerlo.
“Sun Kissed Child”, Kamasi Washington
La idea de la música como lenguaje universal (y no mundial porque el mundo a veces queda chico) tiene en Kamasi Washington un exponente que puede pensarse en línea de continuidad con Sun Ra. No tanto por las experimentaciones de este último sino por el interés en una estética espacial. “Sun Kissed Child (”Niño besado por el sol”) reúne melodías souleras, percusiones tribales y aura de jam intergaláctica. Todo con un encanto apto para todo público.
“LUMBERJACK”, Tyler, The Creator
Tyler, The Creator ha construido una carrera discográfica entre el hip hop oscuro (Goblin) y la sensibilidad indie (Igor). En “LUMBERJACK”, el primer adelanto de su próximo disco parece haber logrado un sincretismo de ambos mundos. Volvió el flow más podrido pero con una producción que expande la paleta sin por eso volverse más amable. Uno de los personajes más enigmáticos y creativos de la escena actual que vuelve a jugar según sus propias reglas.
“Meditation I”, Sufjan Stevens
Incluir a “Meditation I” en una lista de canciones ya esconde una trampa en sí mismo. Porque este, y los restantes 48 tracks que forman parte de la colección Covocations, es un soundscape que no tiene ni estrofa, ni estribillo... ni siquiera melodía. Así y todo, el conjunto de composiciones se establece como una obra ambient de esas a las que pocos artistas se animan en estos tiempos de urgencias. Sufjan Stevens, con mucho de Brian Eno, prueba una vez más que su sensibilidad excede las formas.
“Kiss Me More”, Doja Cat (feat. SZA)
Bubble gum pop para la generación TikTok. En “Kiss Me More”, Doja Cat rapea con un flow ganchero, canta sobre un beat amable y hasta agita como solía hacerlo Gwen Stefani. En su incipiente carrera, la joven de 25 años es viral, fue meme, es influencer, fue un éxito en SoundCloud. Fue y es todo lo que tiene que ser una estrella pop en el siglo XXI. ¿Por qué ella y no otro u otra? Bueno, en el misterio del éxito reside la magia de todo pop star.
“Sol”, Duki (feat. Lara91K)
Probablemente la incursión melódica más lograda en toda la carrera de Duki viene de la mano de un feat que le calza perfecto: Lara91K. Entre los dos dan forma a una balada de trap espectral que incluye un arpegio de guitarra eléctrica, un aire de melancolía y desamor, una radiografía de estado de ánimo y un clímax que le debe mucho a la power ballad del hard rock. El trap argentino tiene acá, reproducciones al margen, una de sus grandes canciones.
“Save Your Tears” (Remix), The Weeknd (feat. Ariana Grande)
Entre The Weeknd y Ariana Grande tenemos a dos de los máximos exponentes del melodrama pop, si es que esa categoría existiera. Él como una suerte de soulman salido de un disco perdido de Daft Punk, ella como la cantante que nació para ser una balada de Disney. El tema se construye por y para las voces de ambos, con los arreglos vocales de fondo para dar vida a un tema que fue challenge para TikTok y probablemente sea futuro karaoke compartido en nivel avanzado.
“Burnout”, Chynna
Chynna fue uno de los tantos talentos que el hip hop vio morir demasiado jóvenes. Y “Burnout”, su canción póstuma, es una gema del rap alternativo. Traducida como “agotamiento”, la letra y la oscuridad del beat monolítico intensifican la atmósfera de sobrecargada que no solo retrata la suya y los problemas de depresión que terminaron por llevarla a una muerte por sobredosis accidental, sino también la crisis existencial que atraviesan muchos jóvenes que, incluso exitosos, no encuentran respuestas a nada.
“The Light Part II”, BROCKHAMPTON
Los sampleos al rock argentino por parte del hip hop estadounidense se han convertido en una suerte de moda en los últimos años. Y el de BROCKHAMPTON a Color Humano se explica por la presencia del productor argentino Federico Vindver como responsable del armado de los beats del disco del colectivo texano. Así nace una nueva resignificación y geolocalización para “Hace casi 2000 años”: raperos centennials nacidos en Estados Unidos rapeando en 2021 sobre música compuesta por Edelmiro Molinari, Rinaldo Rafanelli y Oscar Moro en 1974.
“Opa”, Dillom
El boom del así llamado SoundCloud Rap en Estados Unidos (raperos amateurs que ganaron popularidad subiendo sus temas a esa plataforma antes que a otras más “profesionales” como Spotify) desarrolló también una estética tan cruda como colorida. Como una correlación argentina, Dillom (y la Rip Gang, el colectivo al que pertenece) catalizó como nadie esa idea en el plano local. “Opa” lo tiene haciendo referencias a Edgar Allan Poe, a Lovecraft, pero también a excesos de todo tipo. Entre la inocencia de “Mi pobre angelito” y la autodestrucción de Sid Vicious.
Por Fernando García
“Encuentro con un ángel amateur”, Indio Solari y Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado
Carlos Solari abona el dolor anticipado de sus fans extremando el abismo entre la hermética de su poesía y la hermeneútica que esta precipitó entre sus seguidores desde los tiempos míticos de Patricio Rey hasta el espectro virtual con el que parecía estar diciendo adiós en una escenografía digna de sus pesadillas de sci-fi lunfardo (Último Bondi a Finisterre, Momo Sampler, Porco Rex). Acá se entiende todo, no hay nada que decodificar: “Yo ya no puedo cumplir/hazañas que prometí”.
“Insoportable”, Juanse
Es probable que el anuario 2021 hable de Juanse como una más entre las celebrities puestas a cocinar en MasterChef o el personaje central de Rock and Roll Cowboys (Netflix), el documental que les devolvió a los Ratones Paranoicos su aura filosa y modernista. “Insoportable” parece inspirada en ese material de archivo que los mostraba caminando por el lado salvaje. Una reflexión rocker, casi glam, que evoca el pasado con la sustancia inefable de los sueños.
“Hand of God”, Nick Cave & Warren Ellis
La apertura de Carnage, la nueva colaboración entre Cave y el multiinstrumentista que lo acompaña en The Bad Seeds desde 1994, empieza como una balada de piano pero a los 30 segundos se precipita en un abismo de góspel gótico en el que solo resta descender. Un arreglo de cuerdas recurrente, el pulso electrónico minimalista y el contrapunto entre el coro y la pasión según Cave arrastran al oyente a un remolino sin retorno.
“When Under Ether”, PJ Harvey
Nada te ata a escuchar la novedad sobre todo cuando entre los lanzamientos del año aparece un sencillo con dos versiones demo de White Chalk, el álbum de 2007 en el que PJ Harvey exploró un nuevo registro con el piano como instrumento central. Al carácter intimista de la versión ya editada se le agrega aquí la posibilidad de escucharla en la profundidad de su respiración. El registro documental de una sensibilidad incorruptible.
“Pikete Cultural”, Manuel Matarasso y Sara Hebe
Entre el escueto songbook de la cuarentena (olvidar el espantoso “Supón”) se destaca este techno que reclama la desclandestinización del baile en plena pandemia. Es interesante que el joint venture entre el autopercibido “primer cyber turro” Matarasso y la visceral Sara Hebe que alcanzó el oído masivo con la cortina de El Marginal recupere para la música electrónica cierto impulso activista. Como Atari Teenage Riot travestido en Las Manos de Filippi.
“En el mundo ya no hay tiempo para amar”, Poncho ft. Rubén Rada
Otra sorpresa de la música electrónica, confundida entre la producción pop mainstream o como insumo de lo que se llama urbano, es este cameo del uruguayo Rubén Rada con el trío Poncho. Una canción dance que recupera al pionero del candombe beat como una voz soul que se permite jugar con su propia historia (“Siempre en los conciertos pasan cosas raras”) en un template que lo resignifica tanto a él como a la misma escena.
“Drivers License”, Olivia Rodrigo
Si Spector definió un modo de producción, (Regina) Spektor hizo lo propio con una forma de pop intimista y de cámara que tiene a Rodrigo (no el Potro, Olivia) como su última expresión. Con 18 años cumplidos en febrero, su álbum Sour fue uno de los debuts más esperados de 2021 sobre todo a partir del adelanto que hizo con “Drivers License”, una canción al piano de una madurez asombrosa anticipada en Instagram donde la siguen 13 millones de usuarios (que trepan a 60 millones en Spotify).
“Garden”, Dinosaur Jr
Ya una leyenda del rock alternativo de los 90, la banda de J. Mascis volvió a grabar tras seis años de silencio. En Swept It Into Space se destaca esta canción cálida que es el mejor testimonio de la supervivencia (artística) de este Hendrix disfuncional cuya genealogía responde tanto a la voz dolida de Neil Young como al mito de Sasquatch. Tres minutos luminosos que dejan oír, apenas, en una pasada fugaz la marca sónica, valvular, melancólica, de su arte.
“Skyscrapers”, DMX ft. Bono
Mientras lo escuchamos en la insípida canción de la Eurocopa 2021, el álbum póstumo de DMX (murió en abril a los 50 años) confirma que lo mejor que se la ha escuchado al rockstsar de U2 en la última década son sus cameos para artistas de hip hop. Ya en Damn (2017), de Kendrick Lamar, el detalle de su voz hacía resplandecer ese Frankenstein llamado “XXX” y ahora, en un rol más protagónico, se lo escucha cantar introduciendo la temeraria voz de Earls Simmons o The Divine Master of The Unknown.
“Because the night”, Garbage
Otro regreso de 2021 fue el de Garbage con álbum doble: No Gods No Masters. En el segundo disco se incluyen los sencillos que el grupo había editado en forma independiente entre 2013 y 2018 entre los que se destaca esta versión de la imborrable canción que Bruce Springsteen compuso para Patti Smith (Easter, 1978). Shirley Manson hace una relectura respetuosa del original aquí, pero lo interesante es el apocalipsis noise que se desata en el final: un espiral de heavy metal en el lugar menos esperado.
Por Joaquín Vismara
“No somos dueños de nadie”, Moris y Antonio Birabent
Una atmósfera intimista sostenida por poco más que un piano y algunos paisajes sonoros pintan una acuarela frágil en la que Antonio Birabent apila cada verso al borde del susurro. Una vez que la banda entra y la canción toma forma, su padre toma la posta para un pico emotivo edificado desde la austeridad misma.
“Flying on the Ground”, Noel Gallagher’s High Flying Birds
Con la intención manifiesta de tomar cada vez más distancia de su propio pasado, el exlíder de Oasis compuso una canción deudora del mejor Burt Bacharach, y decorada con vientos al mejor estilo Motown. En un mundo ideal, sería uno de los puntos altos de uno de sus discos de estudio; en el real es el valor agregado a una compilación por su primera década como solista.
“Invincible”, Duran Duran
Sin la carga de tener que reinventar el pop a cada movimiento que realizan, Simon Le Bon y compañía disfrutan cada vez que dan un paso nuevo. El más reciente los tiene con un productor de neo psicodelia tras las consolas y con Graham Coxon de Blur a cargo de las seis cuerdas, en un terreno que les sienta tan novedoso como familiar.
“Leave the Door Open”, Silk Sonic
La alianza creativa entre dos pesos pesados del soul y el R&B no podía ser menos que de alto vuelo. “Leave the Door Open”, la carta de presentación de Silk Sonic, el dúo de Bruno Mars y Anderson .Paak es una balada plagada de detalles sonoros y estéticos de antaño (desde el audio seco de la batería al formato de llamada y respuesta entre la voz líder y los coristas) que se planta en el presente y deja con ganas de más de ese disco que verá la luz en algún momento del año.
“To the Bin My Friend, Tonight We Vacate Earth”, Mogwai
Sobre un mismo patrón encerrado en una melodía de escasas notas, la banda escocesa de post-rock crea un clima en el que la melodía parece anunciar una tormenta que se avecina. Un par de minutos más tarde, el pronóstico se cumple, con una descarga eléctrica y distorsionada que eriza la piel sin necesidad de que medie palabra alguna.
“Fórmica”, San Martin Vampire
Dentro de las improbabilidades que arrojó la pandemia está el regreso del trío que a fines de los 90 unió a Fabio Rey, Rudie Martínez y Sergio Pángaro. Veinte años después de su primer y único disco, San Martín Vampire despertó de su largo sueño. “Fórmica” es la prueba fehaciente de que aún con el paso del tiempo la divina decadencia del trío sigue intacta e igual de atrapante.
“White Elephant”, Nick Cave y Warren Ellis
A lo largo de su vida, Nick Cave pasó temporadas enteras encerrado, pero siempre por decisión propia. La pandemia fue la primera vez que una fuerza mayor lo obligó a hacerlo, y por eso el australiano decidió retratar ese clima junto a su eterno colaborador. “White Elephant” es la banda de sonido de la desesperación de toda persona que se la pasó tanto tiempo adentro que ya no sabe cómo usar la puerta de salida.
“Hong Kong”, C. Tangana y Andrés Calamaro
En medio del disco en el que forjó varias alianzas posibles para saltar el cerco del rap y así hablarle a la música como un todo, Antón Álvarez Alfaro dejó para el final su dueto con El Salmón. Desde el lugar de acompañante, Calamaro es el encargado de llevar al madrileño por el terreno de la canción rockera, con algún guiño a la nocturnidad, y colar de paso una cita a Los Abuelos de la Nada (“Tengo una flor en el culo y un camello en Hong Kong, tengo un cohete en el pantalón”).
“Caía la noche”, Miranda!
Para su último disco, Miranda! fue estrenando singles de manera paulatina durante el último año y medio. Dentro del repertorio más reciente sobresale este dancehall dulzón, en el que Ale Sergi se pone en la piel de alguien que tuvo un encuentro tan fugaz como apasionado y lo convirtió en un merodeador que se quedó con ganas de más.
“Pacto de no agresión”, Rotman
Después de años de evocar al caribe con Mimi Maura por un lado y desandar el sendero post-punk en Los Sedantes y El Siempreterno por el otro, Sergio Rotman encontró el punto de convergencia de ambos mundos en este tema de su segundo disco como solista. Opresión citadina ornamentada (e interpretada) con bandola, tiple y guitarra portuguesa.
Por Manuela Parajuá
“Esta noche”, Luna Sujatovich y Conociendo Rusia
Un viaje en el tiempo. Leo Sujatovich fue quien, haciendo que sus dedos bailen entre las teclas del piano, acompañó a Luis Alberto Spinetta. Hoy su legado se refleja en sus hijos: Mateo y Luna. Después de años de ser una pieza clave para nutrir el sonido de músicos como Coti, esta Luna brillante lanzó su carrera solista con Desafío guerrero y sus dos armas: su voz y su ADN pianista. “Esta noche”, uno de los temas del disco, suena a familia: con el sonido del piano abrazando a la hermandad.
“Ni una más”, Aitana
En la Argentina, cada día una mujer es asesinada. Pero ese dolor no distingue nacionalidades. Del otro lado del océano, Aitana le puso palabras a esa angustia: “Que ni una más deba permanecer callada / Que ni una más sufra por dobles intenciones”. Es una canción poderosa, de esas que arrancan emociones. Sin embargo, consciente de que esa lucha no le es exclusiva, la cantante española invitó a una cincuentena de artistas a participar del video, y transformó así su canción en un grito colectivo.
“Qué más pues?”, María Becerra y J. Balvin
Desde que sacó el remix de “High” junto a Tini y Lola Índigo, María Becerra irrumpió en la escena con la fuerza de quien siente que no tiene techo. Este año se consolidó aún más al acaparar los distintos rankings, especialmente con “Miénteme” (también con Tini) y “Qué más pues?”, tema con el que alcanzó la bendición de J. Balvin. Si Colombia es la tierra del pop latino, él es uno de sus reyes, por lo que esta colaboración puede ser el puente hacia un reconocimiento internacional para la quilmeña.
“Music Session #38”, Bizarrap y L-Gante
Escondido debajo de unos lentes y una gorra, Bizarrap se convirtió en el argentino más escuchado en Spotify, y lo hizo sin hacer canciones. Lo suyo son las sesiones: piezas numeradas, sin nombre, que colocan a este productor en un protagónico segundo plano, mientras el artista invitado queda al frente. Este año, entre los que aparecieron en sus sesiones, está L-Gante: un joven de General Rodríguez que grabó sus primeros temas con la computadora de Conectar Igualdad y hoy bate récords.
“El regalo”, El Polaco y Natalie Pérez
La fusión de dos mundos. El Polaco había compuesto esta canción hace tres años animándose a incursionar en nuevos ritmos y, cuando surgió la posibilidad de hacer una colaboración con Natalie Pérez, propuso que la hicieran juntos. Finalmente, ella le puso su impronta y terminó derivando en un tema sensual y provocador. Una canción popular que invita a dejarse llevar y bailar.
“Tierra firme”, Benjamín Amadeo
En tiempos donde las superproducciones parecieran ser la norma en la música, el despojo de un cantante y su guitarra conquistan por lo simple y genuino. Entonces, uno se mete de lleno en el viaje y escucha: “Sigo pensando sin parar, pero cuidado/Que el tiempo vuela y nosotros caminamos/Quizás duela si nos olvidamos”.
“No te imaginás”, No Te Va Gustar
No querían escribirle a la pandemia. Esa era una de las pautas con las que se gestó Luz, el último disco de No Te Va Gustar. Sin embargo, la realidad a veces es tan fuerte que logra infiltrarse. “Llegas y el día cambia para mí/Con solo sonreír/No me quiero alejar/Y estar a un metro ya es distancia”. En tiempos de distanciamiento y soledad, “No te imaginás” -ese tema donde la banda le canta a sus hijos- suena a una caricia.
“Eazy Sleazy”, Mick Jagger y Dave Grohl
Muchas veces la sociedad pretende dividir lo que el arte uniría naturalmente. El líder de los Rolling Stones, Mick Jagger, no sacaba material nuevo desde 2017, pero se unió al conductor de Foo Fighters, Dave Grohl, para hacer “Eazy Sleazy”: un rock ‘n’ roll con una letra potente, que ironiza sobre la pandemia, se ríe de los bailes de Tik Tok y de las actividades que se hicieron para combatir el encierro, derriba “las paredes de la prisión” y evoca a los Beatles (“todos cantan ‘Please, Please Me’”).
“Mr Perfectly Fine (Taylor’s version)”, Taylor Swift
Mientras el grito de #FreePaulo se impone en la Argentina como una aclamación para que Londra vuelva a sacar música tras su pelea con la productora Big Ligas, en Estados Unidos, Taylor Swift intenta ganar la batalla contra el manager Scooter Braun con una serie de estrategias. Ahora, está reeditando los discos de los que perdió los derechos, pero con material nuevo, como “Mr Perfectly Fine”: un tema que compuso en 2008 cuando se separó de Joe Jonas y que refleja su calidad como letrista.
“good 4 u”, Olivia Rodrigo
Olivia Rodrigo apareció por primera vez en el ojo público como actriz, pero este año torció su destino y se consolidó como una fuerte promesa del pop desde que se conoció “Drivers License”. Al poco tiempo, esta joven de 18 años amplió su apuesta con el disco Sour, donde -en canciones como “good 4 u”- eligió hablar de los temas que la atreviesan como adolescente y, con plataformas como TikTok como trampolín, se coronó en los rankings y plataformas. Es el nacimiento de una artista.
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