En el último tiempo, una nueva camada de popstars encontró su hogar en Las Vegas: Britney Spears, Jennifer López y Gwen Stefani fueron algunas de las nuevas estrellas de la ciudad. La carrera de Lady Gaga lleva apenas la mitad de tiempo que la de ellas –y es aún más corta que la de artistas como Cher, Céline Dion y Elton John, que abrieron el camino de las residencias en Las Vegas–, pero cuando firmó su contrato de dos años, dio la impresión de que una parte de la teatralidad ampulosa de Gaga estaba hecha para este lugar luminoso que nunca duerme. Sin embargo, durante Enigma, su show en el MGM Park Theater, queda claro que era Las Vegas la que estaba hecha exactamente para Gaga.
Por supuesto, había dudas acerca de lo que podía implicar un show suyo acá. Enigma llega después de sus años más experimentales. Luego del avant-pop de ArtPop, pasó a los standards en Cheek to Cheek, con su héroe y amigo Tony Bennett. Con ese giro jazzero descubrió una nueva forma de autenticidad en una industria que considera superficiales a los autores de dance-pop. Ese estilo más recatado le abrió el camino para sus siguientes trabajos: un Globo de Oro por American Horror Story: Hotel, una nominación a los Óscar por "Til It Happens to You", el country-pop despojado de Joanne y, más recientemente, el inmenso éxito –que merecería ganar un Óscar– de Nace una estrella. La Gaga de hoy está a años luz de la de The Fame, su debut.
Sin embargo, Enigma es Gaga reinterpretando la "vuelta a las raíces" que dijo haber hecho con Joanne. El show empieza con su exitoso single debut "Just Dance", mientras ella baja del techo con un arnés y un traje de lentejuelas enceguecedoras, y una guitarra-teclado colgando. Casi la mitad del set tiene lugar en el principio de su reinado, con éxitos y temas menos conocidos de The Fame y su exitoso sucesor, The Fame Monster. Es casi discordante verla de nuevo en su pico de pop, especialmente desde que inició su campaña para promocionar Nace una estrella.
Durante las transiciones entre capítulos y los cambios de vestuario, Gaga aparece en una encarnación digital en un videojuego estilo animé en la pantalla, persiguiendo una estrella al ritmo de un instrumental del grupo en vivo. Esa naturaleza extravagante hace que el show por momentos parezca un viaje interactivo en Universal Studios.
Al final, hay un bis breve para concluir apropiadamente el espectáculo: con una camisa que le queda gigante y tiene el rayo de "Poker Face" inspirado en Bowie recortando un perfil de su cuerpo, Gaga canta "Shallow", el hit de Nace una estrella. Después de ir al pasado y al futuro, el show vuelve al presente, recordándonos lo lejos que llegó Gaga y la cantidad de vidas que vivió. Esta noche en Las Vegas estamos en presencia de una ídola pop totalmente formada.
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