"La ropa interior era mi peor enemiga"
A los 66 años, el exitoso cantante debutará en Buenos Aires el próximo jueves, en el Luna Park
-A los 66 años, ¿le siguen tirando ropa interior sobre el escenario?
-Sí, a veces, pero trato de que no suceda tanto como antes: ya no levanto tantos corpiños y bombachas. De hecho, en un momento de mi carrera los corpiños y las bombachas se convirtieron en mis peores enemigos: al levantarlos mientras cantaba, perdía la concentración. Yo había creado toda esa imaginería sexy en escena, pero llegó un punto en el que preferí quedarme sólo con la música.
-En la Argentina existe un fenómeno similar al suyo, con un artista que se llama Sandro... ¿tiene algún consejo para él?
-Ja, ja, ja... Si a él le funciona y le divierte, está bien, que lo haga. Lo importante es ser honesto con uno mismo y poder disfrutar de ese gesto tan íntimo de la platea femenina.
Aquí está, éste es Tom Jones, el hombre que alguna vez aseguró que en su carrera el sex appeal ha sido más importante que el talento; el cantante galés que en 1965 compartía escenario en el programa de televisión Top of the Pops con The Beatles y The Rolling Stones; el amigo de Elvis Presley y el objeto de culto de toda una nueva generación de jóvenes, gracias a sus participaciones entre decadentes y reveladoras tanto en la serie Los Simpsons como en el final feliz del film de Tim Burton Marte ataca . La voz detrás de hits universales como "It s Unusual", "Sex Bomb" o "What s New Pussycat".
Protagonista absoluto de una trayectoria y una vida de lo más asombrosas, que incluyen episodios coloridos como su nombramiento con el título de Sir de la corona británica o un matrimonio a punto de cumplir 50 años, Tom Jones llegará por primera vez al país para actuar, el próximo jueves, en el estadio Luna Park.
Poco antes de aterrizar en Buenos Aires, desde un hotel en Las Vegas, donde sus conciertos en los escenarios de casinos son populares desde la década del 60, Jones habló telefónicamente con LA NACION: "Ahora, para mí, cantar aquí en Las Vegas es mucho más fácil que cuando empecé, en los 60. En aquella época hacía dos shows por noche y mi voz se secaba constantemente. El clima incluso era mucho más árido y seco y el aire se tornaba casi irrespirable", asegura.
-¿Todavía piensa que su sex appeal es más importante que su talento?
-Al principio estaba convencido de que si cantaba una canción sexy debía interpretarla en el escenario de una forma sexy, pero después de un tiempo ocurrió esa reacción de parte de las mujeres y todo ese espectáculo se volvió más importante que las canciones, de hecho los gritos hasta tapaban mi voz", asegura.
Cuatro décadas después de sus primeras apariciones arriba de un escenario, Thomas John Woodward sostiene que si tuviera que describir sus conciertos con una sola palabra, esa aún sería "poderosos". "Mi voz sigue tan poderosa como en los primeros años, por eso creo que soy un afortunado. Dios me bendijo con esta voz y a lo largo de todo este tiempo ella fue la que forjó mi carácter. Creo que el sonido de mi voz ha sido la clave de mi permanencia en el mundo del espectáculo."
-En la intimidad, ¿sigue cantando bajo la ducha?
-Sí, por supuesto.
-¿Y qué canciones canta Tom Jones mientras se baña?
-Por lo general, canciones que están sonando en la radio y que me gustan. No sé, depende, a veces también me gusta cantar algún rock and roll de los años 50, como "Great Balls of Fire" o temas de Fats Domino, Little Richards y Elvis Presley.
-¿Nunca pensó en tener su propio reality show, como lo hizo Ozzy Osbourne?
-Alguna vez alguien me lo mencionó como una posibilidad, pero lo cierto es que a mí no me gustaría tener cámaras en mi casa y no poder descansar ni un minuto. Además, Ozzy es todo un personaje y a la gente le gusta ese tipo de historias. Yo, debajo del escenario, soy una persona de lo más normal, te lo aseguro.
Un caballero en L.A.
Con residencia en la costa oeste norteamericana desde los años setenta -cuando conoció a su mayor influencia, Elvis Presley, y hasta conquistó su amistad- este galés asegura que, por entonces, el éxito de sus canciones en EE.UU. fue tal que ni siquiera dudó en mudarse a Los Angeles. "Además, coincidió con la llegada de los liberales al gobierno británico y una suba excesiva de los impuestos. En esos años huyeron de Gran Bretaña la mayoría de los artistas populares. De todas formas, vuelvo a casa al menos una vez por año, por eso no siento que haya abandonado mi verdadero hogar; todavía soy un sujeto típicamente británico."
Tanto es así que cuando recuerda el día en que recibió el título de Sir, por parte de la mismísima reina Isabel, la emoción invade su siempre portentosa voz: "Fue algo fantástico, el mayor honor que he recibido en mi vida. Formar parte de la realeza es algo muy especial para un británico como yo. Nunca podré olvidarme de cuando la reina tocó mis hombros con su espada. Fui muy feliz y toda mi familia también lo fue, al igual que todos mis conocidos en Gales".
-¿Qué puede esperar de su show el público argentino que nunca lo vio en vivo?
-Un concierto con muchos hits, una gran banda que incluye una sección de vientos impecable y una de las voces más versátiles de la música popular. ¿Qué más se puede pedir?