Con más de 60 años de carrera, es indudable la importancia de Bob Dylan en la historia de la música popular occidental, con una influencia que es tan profunda y fundamental como la de The Beatles. Sin embargo, hubo un momento, precisamente al poco tiempo de su consagración como uno de los máximos exponentes del nuevo folk norteamericano, en el que fue considerado un traidor por haberlo “electrificado”; es decir, incorporado instrumentos eléctricos típicos del rock and roll a un género históricamente acústico y despojado de ornamentos, donde lo más fuerte era la palabra, el mensaje a transmitir.