La oscura historia de Lou Pearlman, el creador de Backstreet Boys y ‘N Sync que murió en la cárcel
Le decían "El gran papá" y Justin Timberlake solía mencionarlo como una de sus inspiraciones: Lou Pearlman redefinió la música popular adolescente a mediados de los 90 con grupos como Backstreet Boys y 'N Sync pero escondía muchos secretos. Un pasado inventado, una fortuna inexistente, delirios de grandeza y denuncias sexuales lo llevaron a la cárcel, en donde murió solo y olvidado tras haber estafado a cientos de personas, incluyendo a sus protegidos.
La increíble historia de este hombre que llevó a una decena de jóvenes a ser los amores imposibles de millones de adolescentes en todo el mundo, vendiendo una cantidad inédita de discos, entradas a conciertos, revistas, pósters y merchandising es el centro de The Boy Band Con: The Lou Pearlman Story, un documental que puede verse de manera gratuita en YouTube.
Pearlman había nacido en 1954 en Nueva York, en una familia de clase media judía y, desde chico, se había sentido interesado por la aviación. A finales de la década del 70, fundó su primera compañía, un servicio de transporte aéreo por helicóptero que evolucionó hasta convertirse en la compañía aérea Trans Continental Airlines, que solía hacer publicidad y recibir inversiones pero jamás tuvo un sólo avión. Este comportamiento fraudulento, que recién saldría a la luz años más tarde, se repetiría en varias ocasiones y sería un patrón en su vida.
En 1989, confiado en el que el mundo del espectáculo podía ser un buen ámbito para hacer dinero, se mudó a Florida y creó Trans Continental Records. Por ese entonces, los New Kids On The Block habían triunfado con un formato de "boy band", esto es, una fórmula musical compuesta por jóvenes cantantes que ya había sido probada con The Monkees décadas atrás, pero que él intuyó que podía mejorarse.
Con un aviso en el diario, Pearlman comenzó a realizar castings en Orlando buscando a una nueva banda. La elección de la ciudad no era casual, ya que muchos adolescentes y jóvenes suelen mudarse allí para trabajar en los parques y cuentan con entrenamientos en baile y canto. A la convocatoria terminaron yendo Howie Dorough, AJ McLean y Nick Carter, quienes se conocían de otras audiciones similares, y Kevin Richardson y Brian Littrell, dos primos que se habían mudado a la ciudad para trabajar en Walt Disney World. Inspirado en los New Kids On The Block, "los chicos nuevos de la cuadra", Pearlman los bautizó Backstreet Boys, "los chicos de la calle trasera".
Cuando la banda comenzó, Kevin tenía 22 años, Howie D. 20, Brian tenía 18, A.J. 15 y el más joven era Nick, con 13. Pearlman se dio cuenta rápido que para que la convivencia fuera pacífica y esa confianza se viera en el escenario, debían hacerse amigos, así que los entrenó en su mansión tanto para ser estrellas como para convertirse en compinches. Tras meses y meses de preparación debutaron con el tema "Quit Playin’ Games (with My Heart)", con el que triunfaron primero en Europa y dos años más tarde en Estados Unidos.
Todo lo que Pearlman no había vivido en su adolescencia lo hizo con la banda, comportándose como un joven más: comían pizza a cualquier hora, hacían travesuras, recorrían la ciudad en limusina y otros hábitos que un adulto no debería compartir con púberes.
"La primera vez que vi a dos chicas besarse fue en una película porno que nos mostró Lou", reconoció Howie D. en el documental Show 'Em What You're Made Of, de 2015, en donde aún se cuidaban de hablar mal de su descubridor. En The Boy Band Con, en cambio, dan más detalles de esas primeras experiencias sexuales y de cómo el empresario tenía un avanzado sistema cerrado de cámaras escondidas en su mansión, que incluía los baños y las camas solares que sus jóvenes talentos solían usar.
La fórmula de crear lazos con la banda funcionó a la perfección y los Backstreet Boys se volvieron el grupo musical más exitoso y popular de la segunda mitad de la década del 90, creando un modelo que seguirían otras agrupaciones. De hecho, su éxito se mantiene hoy sin parangón: el conjunto vendió 130 millones de álbumes a nivel global.
Sin embargo, en plena cresta de la ola, uno de los padres de los Backstreet Boys quiso pedir detalles de las supuestas fortunas que estaban amasando sus hijos y se llevó una sorpresa. Brian lo describe con crudeza en el documental: "Sólo en el año 1998 habíamos vendido millones de discos y tocado en algunos de los estadios más grandes del mundo, pero nuestras cuentas bancarias estaban vacías, nada tenía sentido. Nos dimos cuenta de que lo que estábamos viviendo no era legal".
Cuando el secreto comenzó a circular en el resto de los integrantes, hubo una gran reunión con Pearlman para aclarar los tantos. Pero la respuesta que recibieron no fue la esperada: los magros pagos habían sido acordados en los contratos originales que firmaron cuando ninguno soñaba con ser una estrella. De hecho, de acuerdo a lo que habían firmado Pearlman era legalmente un miembro de Backstreet Boys, un sexto integrante.
Así, de la noche a la mañana, el manager ya no era ese compinche tan divertido o esa figura a la que todos respetaban, sino un empresario sin escrúpulos decidido a volver aún más millonario con cinco adolescentes. Lo peor de todo es que ya tenía en sus planes cómo reemplazarlos con los ‘N Sync, una banda casi calcada de la original pero con el plus de la novedad.
Las nuevas "víctimas" de Pearlman
‘N Sync debutó ese mismo año, en 1998, como otro grupo de supuestos amigos, todos con estilos complementarios y con la capacidad de bailar muy bien y entonar melodías, sin interés en la composición o en tocar instrumentos. Pearlman tomó todo lo que había aprendido con sus primeros protegidos para perfeccionar la fórmula pero lo hizo en secreto y cuando el grupo debutó, sorprendió a propios y ajenos.
Hartos del maltrato, los Backstreet Boys fueron a la Justicia y se enfrentaron con "El gran papá": consiguieron liberarse de un contrato leonino pero a cambio de desembolsar 25 millones de dólares. Y les costó mantener su popularidad, ya que muchos de los agentes de conciertos y productores de medios estaban ahora encantados con ‘N Sync gracias a la presión del manager. De hecho, su primer gran show fue en un ciclo especial de televisión desde Disney en donde Backstreet Boys fue retirado y sorpresivamente debutó la agrupación liderada por Timberlake.
"Lou disfrutaba el enfrentamiento entre las bandas de una manera casi sádica. Los Backstreet Boys nos odiaban porque sabían que habíamos sido creados para reemplazarlos y él nos decía que eran por celos. Él creó esa rivalidad y nos puso en contra desde el inicio. Si los cruzábamos en algún evento, no nos hablábamos", cuenta en The Boy Band Con Lance Bass, uno de los integrantes de ‘N Sync y la cara más famosa de la producción.
Pero esta vez la mentira tuvo patas cortas: alertados por la salida de los Backstreet Boys, los padres de los cantantes de ‘N Sync exigieron conocer las finanzas de sus hijos. Y en la misma semana en la que se anunció que el grupo había superado las diez millones de copias vendidas en todo el mundo, recibieron un cheque de 10 mil dólares.
"Fue insultante. Recibí ese cheque y me di cuenta que algo estaba mal, que me estaba mintiendo. Volví al hotel furioso, grité y rompí el cheque en mil pedazos y supe que algo no estaba bien", recordó Bass.
La nueva banda también terminó abandonando a su creador, aunque logró hacerlo sin pagar nada gracias a que un grupo de abogados encontró una cláusula que les permitió rescindir el contrato original, y le dedicó un disco, No Strings Attached, que los mostraba como marionetas que finalmente lograban cortar los hilos y hacer su propia vida.
La caída de un gran simulador
El destino de Pearlman quedó sellado cuando el FBI se hizo cargo de la investigación del fraude que cometió con cientos de personas particulares que le confiaron sus ahorros con promesas de increíbles jubilaciones y por movimientos sospechosos de dinero en los bancos. Tras permanecer varios meses prófugo, en 2007 fue detenido en Bali, Indonesia, y condenado a 25 años de prisión por declararse culpable de una estafa de 300 millones de dólares con un esquema de Ponzi.
El exmanager ingresó a la cárcel en 2008 y murió en 2016 de un ataque cardíaco. Hasta su último día, aseguraba que si lo dejaban libre podría hacer la boy band más grande de la historia y recaudar todo el dinero que necesitaba para reparar sus errores.
"Me dolió su muerte, pero a la vez sentí una profunda lástima porque tuvo la chance de hacer lo correcto y eligió lo contrario. Eso sea probablemente lo que más me duele de todo el asunto" explicó Brian Littrell en el documental.
I hope he found some peace. God bless and RIP, Lou Pearlman.&— Justin Timberlake (@jtimberlake) August 21, 2016
"Espero que hayas encontrado algo de paz. Dios te bendiga y descansa en paz, Lou Pearlman", escribió Timberlake en Twitter, mientras que su compañero de ‘N Sync Bass escribió que "Lou pudo no haber sido un empresario modelo, pero hoy no estaría haciendo lo que amo sin su influencia. Descansa en paz".
A pesar de que Timberlake es el mayor descubrimiento del fraudulento manager, su testimonio no aparece en el documental y pocas veces se refirió a él públicamente. Su madre sí aparece en la producción de YouTube Originals y lo hace en tono casi conciliatorio: "Creo que en el fondo de su corazón Lou realmente quería ser el sexto miembro de estos grupos y que buscaba su éxito, pero sacó ventaja de eso".
El único que aún defiende a Pearlman es Aaron Carter, hermano de uno de los integrantes de los Backstreet Boys, y quien tuvo una breve carrera a su lado. En su visión, el manager no actuó de mala fe sino que fue muy generoso al ofrecer su talento y dinero en crear carreras exitosas en la industria.
Con buenos testimonios, sobre todo con amigos de su infancia, pero sin demasiada originalidad en el planteo, The Boy Band Con no tiene el impacto de Leaving Neverland, el documental que denuncia los abusos de Michael Jackson, y de hecho no ahonda demasiado en una de las acusaciones más graves y oscuras que cayeron sobre el empresario una vez que cayó en desgracia: que acosaba a jóvenes y que parte de su interés en las "boy bands" era sexual. La revista Vanity Fair llevó adelante una investigación muy dura y hubo denuncias judiciales, pero aquí la cuestión es tomada sin demasiada profundidad.
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