La Noche de la Música: atractivos y variados tributos en clave sinfónica
Celeste Carballo, La Bomba de Tiempo, Fernando San Martín y Germán Tripel, entre otros, rindieron homenaje a la música nacional e internacional y al eterno Sandro en el Anfiteatro del Parque Centenario
Como viene ocurriendo desde hace varios años con las disquerías, las librerías, los museos y diversos espacios de arte de Buenos Aires, ahora fue la música la que tuvo su propia, especial y exclusiva noche con más de mil artistas de diferentes géneros y estilos repartidos en 25 escenarios en distintos barrios de la ciudad y ofreciendo shows con entrada libre y gratuita.
Uno de esos epicentros fue el Anfiteatro del Parque Centenario. Allí, desde las 19 horas, un nutrido público muy familiar disfrutó de una gran velada que, con José María Muscari como maestro de ceremonias, colocó en escena a una orquesta sinfónica de 50 músicos dirigida por el joven Damián Mahler para rendir tributo a la música nacional e internacional y acompañar a diversas y destacadas voces del ámbito local tanto del rock como del pop y del mundo de la comedia musical.
La encargada de abrir el espectáculo fue la experimentada Marisol Otero, quien puso su privilegiada garganta al servicio de varios clásicos de Luis Alberto Spinetta , como “Alma de diamante”, “Seguir viviendo sin tu amor” y “Muchacha ojos de papel”. Tras la celebrada versión de “Tumbas de la gloria” de Fito Páez interpretada por Nacho Mintz, la ascendente cantante y actriz Natalie Pérez se despachó con una serie de temas de Rata Blanca donde brilló “Mujer amante” para luego ceder su lugar a Gabriela Bevacqua y una sentida interpretación de “Desarma y sangra”, un clásico de Charly García .
Soda Stereo - a través de Laura Miller -, y Gilda también fueron recordados, pero lo más intenso descansó, sin dudas, en el popurrí de Serú Girán presentado por Germán Barceló a través de “Nos veremos otra vez” y la eterna “Seminare”. El propio Barceló dio la bienvenida a Celeste Carballo y juntos compartieron “Una canción diferente” para luego despertar cerrados aplausos con “Desconfío” de Pappo en lo que la misma Celeste denominó “blues sinfónico”. El cierre de este primer segmento tuvo a todos los cantantes participantes entonando “Inconsciente colectivo”, otra obra maestra de García.
Ya entrada la noche y con la capacidad del Anfiteatro completa los sones orquestales engalanaron varios clásicos internacionales, como “I Have Nothing” (del film El guardaespaldas) en la voz de Maia Contreras y “I Believe I Can Gly” a cargo de Cristián Centurión. De todos modos, la audiencia se hizo sentir y acompañó con coros cuando irrumpió en escena Germán Tripel. El ex Mambrú y protagonista además de varios musicales, contagió a todos con su energía y su impronta rockera al encarar poderosas versiones de “November Rain” (Guns N’ Roses ), “I Don’t Want to Miss a Thing” (Aerosmith ), a dúo con Melania Lenoir, y “Livin on a Prayer” (Bon Jovi), compartiendo el escenario con Federico Coates y Cristian Centurión. Tanto en este pasaje como en el dedicado a Scorpions con “Wind of change” y “Still Loving You” a cargo del dueto conformado por Melania Lenoir y Belén Pasqualini, fue donde la orquesta desató su poderío y grandilocuencia al máximo nivel. Luego de sobrevolar la música disco recordando varios hits de Bee Gees y Abba y hacer una escala obligada en Los Beatles , “Heal the world” (Michael Jackson ) y “Don’t Stop Me Now” (Queen ) reunieron a todo el staff de vocalistas para un final emocionante y bien arriba.
El show dio un giro de 360 grados de la mano de “Culto Gitano”, el exitoso homenaje a Sandro protagonizado por Fernando San Martín con el acompañamiento musical de la banda original del recordado Roberto Sánchez. Más allá de algunos desajustes sonoros que se fueron corrigiendo con el desarrollo del concierto, San Martín logró colocarse al público en el bolsillo no sólo por el tremendo parecido físico y el idéntico registro vocal del recordado Sandro sino más bien por la exactitud de los gestos, las miradas, los movimientos y el ida y vuelta permanente con la platea mediante charlas amenas y no pocos chistes. Y como si todo eso no fuera suficiente, desgranó un repertorio imbatible con clásicos como “Tengo”, “Mi amigo el puma”, “Trigal”, “La vida sigue igual”, “Hay mucha agitación”, “Por ese palpitar”, “Penumbras”, “Rosa, Rosa” y “Dame fuego”, entre otros.
Algunos minutos después de la medianoche, y con una larga fila de gente que pugnaba por ingresar a un recinto ya colmado, La Bomba de Tiempo y todo su arsenal percusivo conformó el estupendo y enérgico broche de oro para despedirse de esta primera y muy concurrida Noche de la Música a puro baile y frenesí.
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