La mujer que vivía al borde de una vía, luchó por sus tres hijos e inspiró a Milton Nascimento a componer la gran canción de Brasil
Es un standard de la música popular brasileña y se transformó en un canto de libertad durante la apertura democrática de inicios de los ‘80. Mercedes Sosa grabó la versión castellana más conocida, en 1983, que acompañó los cambios políticos y sociales que atravesaba la Argentina
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Compuesta por Milton Nascimento y Fernando Brant para un espectáculo del Grupo Corpo, una importante compañía de danza de Minas Gerais, la canción “María, María” fue grabada en el álbum Clube da Esquina 2, de 1978 y enseguida se convirtió en un clásico, en un auténtico himno sobre los derechos de la mujer.
En una entrevista con la revista brasileña Istoé, Nascimento contó que la historia de María fue contada por su compañero poeta Fernando Brant y está basada en una historia real. María vivía al borde de una vía del tren, en un pueblo minero, y a pesar de todas las dificultades que debía afrontar día a día hizo absolutamente todo para que sus tres hijos siguieran en la escuela.
“María realmente existió, pero Fernando Brant, quien la conocía personalmente, fue quien me contó toda la historia
-declaró Milton en una nota con el diario brasileño O’Globo-. Era una mujer extremadamente fuerte, que vivía sola al borde de una vía de tren en Minas Gerais y criaba a tres hijos sola. Su postura con respecto a la supervivencia en esa situación nos impresionó tanto que antes de ‘María, María’ hicimos la canción ‘María três filhos’, que entró en el disco Milton 70”.
A partir de entonces, la historia siempre estuvo rondando en la cabeza de Milton, hasta que se impuso la fuerza misma de María para mantener unida a su familia. Fue esa fuerza lo que inspiró y alimentó a los compositores a dar forma tanto a la música como a la letra. Para entonces, el mineiro Fernando Brant y el carioca Milton Nascimento ya eran grandes amigos y socios que habían compuesto juntos grandes éxitos de la música brasileña, como “Cruce”, “Aquí está el país del fútbol”, “Punta de arena” y “San Vicente”.
Nascimento y Brant habían participado juntos en la fundación del Clube da Esquina, junto a otros artistas de Minas Gerais como los hermanos Márcio y Lô Borges, Beto Guedes, Wagner Tiso, Tavinho Moura y Toninho Horta, todo un seleccionado de artistas que traería un sonido renovado para la música popular brasileña, a través de la fusión de la bossa nova con elementos del jazz, el rock, la música folclórica y la música regional de Minas Gerais, además de música clásica e hispana. Justamente, a diferencia de contemporáneos como Caetano Veloso y Gilberto Gil, miembros del movimiento musical conocido como Tropicalísimo, la principal virtud de Nascimento fue su férreo apego a las raíces folclóricas de Brasil.
Ya en la década del 60 su nombre comenzó a sonar cuando sólo tenía 19 años y se trasladó a Belo Horizonte, la capital del estado de Minas Gerais, en el Sureste de Brasil, con la firme intención de dedicarse por completo a la música. Posteriormente, su carrera lo llevaría a viajar a lugares recónditos de Brasil para escuchar música nueva y rescatar los sonidos mayormente desconocidos de sus raíces, poner en valor la riqueza musical de su país, que además le permitió acercarse a la gente más humilde del norte de Brasil y beber de su riquísima cultura.
Hijo de una empleada doméstica que lo dio en adopción a una familia blanca, de pequeño Milton Nascimento asimiló buena parte de la cruda realidad de las poblaciones en estado marginal de América Latina y también se movió con libertad en los círculos de poder gracias a las conexiones de su padre, quien manejó durante varias temporadas los contenidos de una frecuencia radial en Belo Horizonte.
Pero volvamos a los orígenes de la canción. El primer álbum de Clube da Esquina fue lanzado en 1972 y su repercusión fue tan potente que rápidamente entró en la consideración de la opinión pública. Con el tiempo llegó a ser considerado el mejor álbum de la Música Popular Brasileña (MPB) de todos los tiempos.
Así las cosas, hasta que, en 1976, los dos artistas se unieron nuevamente para producir el primer espectáculo del Grupo Corpo, la compañía de danza de Minas Gerais. La obra, que hablaba de la figura de esta brasileña luchadora, se llamó María, María y contó con guion de Fernando Brant, música de Milton Nascimento y coreografía del argentino Oscar Araiz, con diez años de exhibición y un recorrido que atravesó catorce países.
“Escribí la música para ‘María María’ en un pequeño departamento de Río de Janeiro con amigos y sus niños corriendo alrededor y divirtiéndose. Me encanta estar en lugares ruidosos, rodeado de gente”, recordó Milton al momento de reeditar la canción en vinilo, por el sello británico Far Out Recordings, en 2020.
En un principio, la canción que fue incluida en este espectáculo del Grupo Corpo no tenía letra: era sólo la voz de Milton cantando su bella melodía sobre la armonía que había compuesto. Más tarde, inspirado por la historia del espectáculo y sobre todo por la historia de aquella mujer que vivía al costado de las vías en la ciudad de Diamantina, en el interior de Minas Gerais, y que a pesar de su situación de vulnerabilidad hizo de todo por sus hijos y se encargó de que nunca abandonaran la escuela, Brant compuso la letra. Una letra que más allá de María habla sobre la lucha, la resiliencia y la fuerza de las mujeres brasileñas, especialmente las brasileñas negras.
Dos años más tarde, en 1980, Elis Regina, una de las mayores representantes de música popular brasileña por quien Milton siempre tuvo una profunda admiración, grabó la canción con mucho éxito para el álbum Saudade do Brasil. Se trató del tercer tema del disco que también portaba otras canciones destacadas como “Alô, Alô Marciano”, “Aquarela do Brasil” y “Canção da América”, entre otras.
Un tiempo antes de registrar la canción, Elis había promovido a Milton para dar el salto a una mayor popularidad. Eso sucedió cuando participaron juntos del Festival Internacional de la Canción de Brasil, que le valió a Nascimento la oportunidad de firmar contrato con el sello Codil y grabar su primer disco con esa casa discográfica.
Con los años, la canción se convirtió en un standard de la Música Popular Brasileña y en un canto de libertad durante la apertura democrática de inicios de los 80. Y así como Elis impulsó la carrera de Milton Nascimento en Brasil, Mercedes Sosa grabó la versión castellana más conocida en 1983, que acompañó los cambios políticos y sociales que atravesaba la Argentina. Un año después, el 2 de abril de 1984, la recordada Negra la cantó sobre el escenario del Luna Park con Sandra Mihanovich.
La canción fue relanzada en Brasil en 2018 para conmemorar su 40° aniversario, con una versión acústica. Su poderoso mensaje perdura hasta hoy.
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