La leyenda de Miles Davis se resignifica en el Teatro Colón
La tercera edición del festival inglés de la Isla de Wight, en 1970 (y última de su primera época, porque esos encuentros musicales recién se retomarían en 2002) fue la más convocante. Reunió, según datos de los organizadores, a unas 600.000 personas. Era algo así como la otra cara de Woodstock, al otro lado del océano Atlántico. Un festival inglés de rock, con todo lo que el rock podía aglutinar en ese momento: Joan Baez, Jimi Hendrix, The Doors, Donovan, Sly Stone, Joni Mitchell, Leonard Cohen, Supertramp, The Who, Emerson, Lake & Palmer, The Moody Blues y Jethro Tull, entre otros.
Además de todos ellos, una de esas tardes de agosto subió al escenario un combinado de músicos de jazz para una larga improvisación que comenzó con la percusión inconfundiblemente brasileña de Airto Moreira y la batería de Jack DeJohnette, que marcaba un ritmo trabado, que casi treinta años después podría ser parte de los patterns de un ritmo jungle. Pronto se sumó el resto de los músicos: Gary Bartz, Keith Jarrett, Chick Corea, Dave Holland y su líder, Miles Davis , que al momento de las preguntas de los periodistas sobre el nombre de la banda respondió: "Call It Anything".
Lo más curioso fue que ese público que había ido a ver y escuchar a bandas y solistas de una paleta estética que iba del folk al prog rock recibía con entusiasmo la propuesta encabezada por este moreno norteamericano de la costa oeste de los Estados Unidos, que ya tenía 44 años y había pasado por diversas corrientes del jazz.
Miles Davis fue un faro musical que, además, supo leer los signos de los tiempos. Y si bien no se "cambió de bando" intentando el éxito comercial, fue impulsando algunas veces, o acompañando, en otras, ciertas tendencias de cada época. Después de pasar por el bebop, el cool jazz, el jazz modal y el post bop, para 1970 Miles se rodeó de nuevos músicos y abrió el camino para lo que durante esa década se desarrollaría con la etiqueta jazz rock.
De hecho, aquella banda que se presentó sin nombre en la isla inglesa de Wight integró a varios músicos que luego abrazarían esa corriente.
La actividad de Miles comenzó a sufrir interrupciones durante la segunda mitad de la década del setenta por sus problemas personales, entre ellos, las drogas. Recién en los ochenta retomó una actividad más intensa, con varios álbumes y con un jazz fusión que, otra vez, se ponía en sintonía con los sonidos de esa época y con la actividad de artistas del pop y el funk de esos años.
Ya convertido en un cincuentón, Miles reclutaba para sus proyectos, con muy buen ojo (y oído), a músicos jóvenes que con los años tendrían ascendentes carreras como solistas. Los guitarristas John Scofield y Mike Stern, el saxofonista Kenny Garrett (con quien hizo buenas duplas) y el bajista Marcus Miller, que incluso les dio un buen aporte a algunos de los discos de Davis.
Hacia finales de los ochenta también fue parte de su banda su sobrino Vincent Wilburn Jr., actual responsable del grupo de tributo al genial trompetista que visitará la Argentina próximamente. La banda, llamada Miles Electric Band, la integran, además de Vincent Wilburn Jr., Nicholas Payton, Robert Irving III, Darryl Jones, Munyungo Jackson, Antoine Roney, Jean Paul Bourelly y DJ Hapa.
El 1° de octubre, en el Teatro Colón , se presentará dentro del ciclo de conciertos que organiza LN Cultura. Los tickets ya están disponibles aquí
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