La flauta mágica: roles potentes y buen despliegue
De W. A. Mozart / Dirección musical: Hernán Schvartzman / Dirección escénica: María Jaunaren / Elenco: Nazareth Aufe (Tamino), Jaquelina Livieri (Pamina), Oriana Favaro (Reina), Laura Penchi (Primera Dama), Verónica Canaves (Segunda Dama), Rocío Arbizu (Tercera Dama), Walter Schwarz (Sarastro), Gabriel Carasso (Papageno), Ana Sampedro (Papagena), Patricio Oliveira (Monóstatos), Felipe Cudina Begovic (Sprecher). Juventus lyrica/ Teatro Avenida. Funciones: 26 y 28 de julio. Repite: 1° y 3 de agosto / Nuestra opinión: Buena
Juventus Lyrica sigue con los festejos de su 20º aniversario. Esta vez abre el telón con La flauta mágica, uno de los más célebres Singspiel (ópera en alemán con secciones habladas) de la historia. Para elaborar esta obra, W. A. Mozart puso su profundo conocimiento del lenguaje musical al servicio de sus creencias y principios. En la forma de fábula fantástica, el compositor vuelca una vasta serie de elementos que constituyen tanto la línea argumental como el caudal subterráneo de alegorías a la masonería. No es fácil construir la arquitectura explicitada con tanto cuidado por Mozart, y en este desafío, Jaunarena y equipo optaron por retomar la puesta de 2013 con presencias recurrentes entre los artistas y una justa actualización.
La puesta estuvo bien resuelta, con principios simples lograron crear la atmósfera de cuento de hadas. Esto, más el trabajo de luces y el impecable diseño de vestuario dieron como resultado la proyección de una imagen uniformada que juega con los opuestos complementarios de luz/oscuridad. El diseño de los ambientes sonoros era rico, aunque por momentos se alejaba de la sutileza e invadía la música.
Un singular (aunque posible y comprensible) hecho ocurrió en el primer acto: Oriana Favaro se descompuso, y se vio obligada a abandonar el escenario en la mitad de la primer aria de La reina de la noche. Esto provocó una pausa de varios minutos. Luego la soprano volvió para cerrar "O zittre nicht, mein lieber Sohn" y –aunque no fue su mejor noche– logró llevar adelante su rol el resto de la velada. Aquellos que conocen su trayectoria saben que no faltarán oportunidades para disfrutar de su probada capacidad.
Una fuerte apuesta al eje actoral/cómico hizo que Gabriel Carasso haga volar por lo más alto a su rol de Papageno, interactuando con el público, sus pares y la orquesta. Particularmente cómica fue la versión del aria "Ein Mädchen oder Weibchen", modelada sonoramente por la borrachera compartida entre el director de orquesta y el hombre de los pájaros. Su aporte definitivo pasó por la actuación, aunque cumplió correctamente con su voz.
Nazareth Aufe como Tamino generó estabilidad en su rol, con una impronta dramática medida y capacidad vocal que le permitió entregar bellos momentos solistas y elaborados números en conjunto, como el dúo del segundo acto "Wir wandelten durch Feuersgluten" junto a Jaquelina Livieri como Pamina. Ella tuvo la capacidad de generar momentos dramáticos contrastantes con la comicidad general de la obra, como el aria "Ach, ich fühl’s". Sustentada por su caudal y capacidad técnica hizo un potente rol, incluso con aportes hilarantes en sus encuentros con Papageno. Las tres damas tuvieron un buen despliegue actoral y dejaron en claro la elaboración de sus roles como un pequeño ensamble vocal en el contraste de solistas y coro. Los intérpretes que completaron el elenco realizaron un trabajo prolijo. La orquesta logró delinear los momentos dramáticos y cómicos con conciencia de las metáforas musicales determinadas por el compositor en atención al argumento.
Aunque no haya sido un estreno fácil, Juventus Lyrica pudo mostrar una buena versión de La flauta mágica. De la mano del compromiso de sus artistas, la compañía de ópera transmitió el ingenio musical de Mozart a la vez que dejó en claro un mensaje tan potente como humano: rosas y espinas van unidas.