La flauta mágica, estupenda puesta
LA FLAUTA MÁGICA, DE WOLFGANG AMADEUS MOZART / Libreto de E. Schikaneder / Dirección musical: Hernán Schvartzman / Régie y vestuario: María Jaunarena; Escenografía e iluminación: Gonzalo Córdova / Elenco: Santiago Bürgi (Tamino); Sonia Stelman (Pamina); Laura Pisani (Reina de la Noche); Gabriel Carasso (Papageno); Oreste Chlopecki (Sarastro); Laura Penchi (Papagena) y otros / Coro y orqusta de Juventus Lyrica / Organiza: Juventus Lyrica / Sala: Teatro Avenida.
Nuestra opinión: muy bueno.
Grata sorpresa la que presentó Juventus Lyrica en la apertura de su nueva temporada: una estupenda producción de La flauta mágica, de Wolfgang Amadeus Mozart, con la dirección musical de Hernán Schvartzman y régie de María Jaunarena.
La primera consideración por mencionar respecto de la puesta de este s ingspiel en el que Mozart mezcló magistralmente el género buffo con la ópera seria logrando una obra fantástica de gran riqueza alegórica es la interpretación del contenido: en este caso, una lectura literal que se tradujo en una propuesta escénica correcta desde la acción, que transcurre en la superficie del relato sin explorar los diversos niveles de significaciones y planos figurativos de una composición particularmente rica en ese aspecto.
En el planteo escogido -el de la literalidad- la régie resultó fluida y atravesó sin escollos la alternancia entre canto y partes habladas -recitativos y diálogos-, algunos mejor que otros en la dicción alemana, pero todos correctos.
El diseño escenográfico se desarrolló con pocos pero eficaces recursos, utilizando elementos rotundos que permitieron articular la acción con un abanico de efectos, jugando en el contraste con las luces, mérito de Gonzalo Córdova (escenografía e iluminación). El vestuario, también de la talentosa María Jaunarena, mostró igualmente su esmero, luciendo -como distintivo en algunos trajes- el uso de un dobladillo armado, pero flexible, empleado con expresividad.
Por su parte, el nivel musical fue realmente bueno. Hernán Schvartzman -argentino radicado en Holanda que regresa con asiduidad a la Argentina y ha conducido varios proyectos para esta institución- ha demostrado en éste su mejor trabajo, logrando que la orquesta, ya desde el acorde inicial y con una obertura brillante, sonara con el color y el impulso mozartiano, blanda y precisa en los ataques, elástica para adecuarse a las necesidades de los cantantes y para unir sin quiebres las transiciones entre el canto y el habla. Destacable labor de los músicos, así como del coro, preparado por Hernán Sánchez Arteaga.
Los solistas integraron en su conjunto un elenco meritorio y homogéneo, con los lucimientos individuales que permite Mozart, un compositor cuya música traspasa las distinciones entre roles protagónicos y secundarios. Comenzando por la pareja "seria", ambos con bella línea, un buen Tamino en el tenor Santiago Bürgi, y una Pamina que fue creciendo en la soprano Sonia Stelman para alcanzar su más destacado momento en "Ach! Ich fühle es?" En contraste con la pareja real, Gabriel Carasso hizo las veces de Papageno, personaje que se concentra en la demanda actoral más que la vocal, y que el barítono cumplió con gracia, conquistando la complicidad del público. Completó la pareja buffa Laura Penchi como Papagena, quien cantará la Reina de la Noche en la última función. Las contrapuestas figuras representativas del bien y el mal, la luz y la oscuridad, fueron interpretadas por el bajo Oreste Chlopecki, como Sarastro, y la soprano Laura Pisani en una sorprendente Reina de la Noche, destacada en sus dos famosas arias de coloratura ("O, zittere nicht?" y "Der Hölle Rache?"), por la precisión, entonación y soberbio carácter, y se ganó la ovación del estreno.
Completaron Sabrina Cirera, Mariana Carnovali y Verónica Canaves (como damas de la noche); Patricio Oliveira (Monóstatos) y Maximiliano Michailovsky (orador), entre otros, todos participando de un logro musical que se constituye como un progreso cualitativo en los espectáculos de Juventus, una institución ejemplar (sobre todo en el saludable objetivo de promover a cantantes y directores jóvenes, como ha sido en este caso), que temporada tras temporada se reafirma como uno de los más valiosos emprendimientos del quehacer musical argentino.