La emotiva historia de amor entre John Lydon y Nora Forster que impactó en la opinión pública
El cantante de los Sex Pistols cambió la ira de fines de los años 70 por la calidez con la que cuidó a la que fue su pareja durante más de cuarenta años cuando el Alzheimer le quitó la independencia personal; su trayectoria y los ribetes de una relación con diferencia de edad que transitó por todo.
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“La idea de perder a Nora es insoportable. Y estamos llegando a una edad en la que hay que empezar a pensar en la muerte, porque es mucha la gente de mi edad que va desapareciendo. ¡Es como una plaga! Pienso en ellos y no veo que hayan llevado una vida mucho peor que la mía y, sin embargo, han doblado la servilleta bien rápido. Creo que soy una persona bastante resistente y estoy seguro de que se lo debo a la profunda influencia que ha ejercido Nora en mi vida. Es una persona muy positiva. Una de nuestras mayores preocupaciones es cómo nos la vamos a arreglar para morir al mismo tiempo, pues si uno de los dos abandona este mundo primero, va a ser como si asesinara al que sobreviva. La verdad es que, según las estadísticas, las mujeres son más longevas que los hombres, así que moriremos a la vez. Eso sería perfecto”. Eso dice John Lydon en La ira es energía. Memorias sin censura, libro editado en español en 2014, uno de los dos que ha publicado el ex frontman de Sex Pistols para contar su notable carrera artística y su singular vida personal. El otro, Rotten: No Irish, No Blacks, No Dogs, también se consigue en nuestro idioma. Lydon también ha publicado en inglés otros libros de edición limitada, orientados básicamente a su fiel legión de fans.
Desde que saltó a la fama a fines de los 70 como Johnny Rotten, el cantante de Sex Pistols, una de las bandas más emblemáticas de la historia del punk, este personaje icónico nacido en Londres hace ya 67 años siempre se mantuvo activo y atento a su carrera. (PiL) arrancó en 1978, inmediatamente después del precoz estallido de Sex Pistols. Fue piedra angular del postpunk y todavía sigue en pie: en agosto de este año saldrá un nuevo disco titulado elocuentemente End of World. Lo más sorprendente del caso de Lydon es cómo en los últimos cinco años pudo combinar esa dedicación al trabajo alrededor de su profesión con el cuidado a Nora, afectada por el Alzheimer y fallecida hace unos días. John se ocupó mucho de su pareja: cuatro días de la semana a jornada completa y el resto con la colaboración de un grupo de asistentes terapéuticos.
A Nora está dedicado “Hawaii”, el adelanto del nuevo disco de (PiL) que Rotten postuló para representar a Irlanda en Eurovisión. Aunque nació en Londres, el músico tiene también las nacionalidades irlandesa y nortemericana. La canción no quedó seleccionada, pero es una prueba patente de amor por su ex esposa y de las nuevas convicciones de alguien que cuarenta y cinco años antes escupía su rabia contra el mundo con el terminal “No Future”. Rotten declaró hace unos meses que “Hawaii” es un tema dedicado “a todos los que pasan por momentos difíciles en el viaje de la vida con la persona que más quieren y también un mensaje de esperanza: al final, el amor vence”.
Asociar al punk Rotten, al nihilista Lydon, con una tierna historia de amor parece el reverso exacto de aquel cuento de terror que protagonizaron Sid Vicious -otro integrante de Sex Pistols- y Nancy Spungen, que además tuvo un final trágico. El bocón irreverente que siempre despotricó contra la realeza británica tuvo, con el paso de los años, una vida íntima bastante relajada y convencional: más de una vez contó que uno de los placeres que disfrutaba con Nora era ver la sitcom de los años 50 I Love Lucy (protagonizada por Lucille Ball y su esposo Desi Arnaz) en la cama y compartiendo con ella un té.
En los últimos años, Nora y John vivieron en su casa de California. Él, casi enteramente dedicado a limpiar, cocinar y atenderla. “Me encanta hacer sopas, guisos y curry”, especificó en alguna entrevista. Ella, sobrellevando problemas de salud constantes que empezaron hace mucho, en 2010, con la muerte de su hija, Ariane Daniela Forster, fruto de su primer matrimoncio con el cantante alemán Frank Forster y más conocida como Ari Up, la cantante de la banda femenina The Slits, otro nombre muy importante del postpunk.
“Es una auténtica tragedia perder una hija, fue algo que lógicamente afectó a Nora”, explicó en su momento Rotten. Dos de los hijos de Ari Up, Pedro y Pablo, quedaron a cargo de Nora y John, que no tuvieron descendencia pero criaron a sus nietos durante años.
Nora Maier Forster nació en 1942 en Múnich, Alemania, y conoció a Lydon en 1975. Era hija de un importante editor periodístico que colaboró para llevar a los jerarcas nazis a rendir cuentas ante la Justicia de su país luego de la caída de Hitler. Fue modelo, actriz y promotora de conciertos en su ciudad natal (organizó shows de Jimi Hendrix y Yes) antes de mudarse con su madre a Londres, a mediados de los años 60. Vivió de cerca el auge del Swinging London y se encontró por primera vez con John en Sex, la célebre tienda abierta por Malcolm McLaren y Vivienne Westwood en King’s Road donde, de hecho, se cocinó el proyecto de Sex Pistols.
“Nora era un alma distinta y rara, iluminaba el lugar donde estaba, la veías resplandecer, brillaba... La recuerdo bajita, rápida y brutal. Sus comentarios eran muy inteligentes”, escribió Lydon en La ira es energía… “Yo conozco los problemas que ella tuvo en su infancia y ella conoce los míos -reveló en otra parte del libro-. Son cosas que no podés explicarles ni siquiera a tus mejores amigos. No estaría donde estoy si no fuera por su respaldo emocional”. Ella le llevaba 14 años y Lydon era amigo de su hija, en verdad.
La pareja vivió la mayor parte del tiempo en Los Ángeles, pero solía regresar a Londres por períodos cortos, hasta que en 2018 le diagnosticaron Alzheimer a Nora. A lo largo de los más de cuarenta años de relación, mantuvieron fime la idea de evitar la abulia: “Llevamos siempre una vida muy activa, con viajes, ocupaciones diversas y tratando de que nuestro entorno no se convierta en una prisión. Nora era muy buena encontrando vuelos baratos. Eso nos permitía viajar bastante -dijo Lydon hace unos años-. Es verdad que su padre tenía mucho dinero, pero siempre fue una persona independiente, por eso se fue de Alemania. Y también porque ella, su madre y su hermana vivieron un infierno con su padre, un tipo violento al que yo definiría como un führerbunker. También me odiaba a mí porque había leído toda la basura que publicaban los periódicos sensacionalistas ingleses”.
La devoción del prócer del punk por su esposa no nació en los años difíciles de su enfermedad. En 2004, Lydon abandonó I’m a Celebrity... Get me Out Here...! porque los productores del programa no quisieron informarle si el vuelo de Nora había aterrizado sin problemas en Australia, donde se estaba filmando ese reality show de la TV británica.
“Estamos todo lo unidos que pueden estar dos personas. No sé si se puede expresar con palabras -asegura también Rotten en La ira es energía...-. Lo he intentado describir en “Grave Ride”, una canción del disco Psycho’s Path, que edité en 2011. Usé la terrible guerra de Bosnia como telón de fondo porque si una guerra o cualquier otra catástrofe nos obligara a separarnos, el impacto sería tan profundo que no creo que pudiera superarlo. Es una canción que me hace llorar cada vez que la escucho y que intento no cantar en vivo porque me afecta muchísimo”. Quizás haya llegado la hora de probarla en el tour de (PiL) que arrancará en octubre. De ser así, punks del mundo, a preparar los pañuelos. El amor es la energía, al final del camino.
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