Thom Yorke escribió "Bishop's Robes" a mediados de los 90 y lo incluyó en el EP No Surprises/Running from Demons de la era OK Computer. La canción habla sobre el sistema rígido aplicado por ciertos profesores de escuelas de élite, pero también es un homenaje a "The Headmaster's Ritual", de su querida banda The Smiths (de hecho, hizo un cover para unas sesiones tituladas scotch mist). La vida universitaria de Thom probablemente no hubiese sido la misma si no hubiese conocido, en la escuela Abingdon de Oxford, al bajista Colin Greenwood -y, consecuentemente, a su hermano, el multiinstrumentista Jonny-, al guitarrista Ed O'Brien y al baterista Phil Selway. En 1985, el quinteto formó el grupo On a Friday, en alusión al día en que se juntaban para ensayar y, ocho años después, sacaban su primer álbum oficialmente como Radiohead.
Aquí ordenamos la discografía de la banda británica de peor a mejor.
*9. PABLO HONEY (1993)
"Pablo Honey es un disco para escuchar a todo volumen mientras vas manejando tu auto", expresó en una oportunidad Ed O'Brien respecto al primer álbum de estudio de Radiohead, editado luego del EP Drill, cuando la banda de Oxford ya había firmado contrato con EMI y había dejado de llamarse On a Friday. La apreciación de O'Brien sobre Pablo Honey es certera: en definitiva, estamos no solo ante el disco más punk que haya hecho el grupo -por no decir el único- sino también ante el más optimista, con las hermosas "Lurgee", "Stop Whispering", y esa suerte de himno rebelde llamado "Anyone Can Play Guitar", donde Thom manifiesta con ironía su insatisfacción ante el estatus que adquirían ciertos músicos (de allí se desprende la famosa cita sobre Jim Morrison), secundado por la guitarra de Jonny, más estridente que nunca.
Pablo Honey también tiene, claro, a "Creep", la canción que lanzó al estrellato a la banda, con la cual se enemistaron y amigaron a lo largo de los años. No será un disco perfecto, pero sí es el disco perfecto para reflejar a Radiohead en sus inicios: juventud pura, letras algo cursis como la de "You", y una gema escondida como "Thinking About You", simple, directa angustiante, e hiperbólica: "he sangrado y sangro para complacerte".
*8. THE KING OF LIMBS (2011)
La espera por un nuevo disco de Radiohead será un proceso más o menos largo, pero los seguidores de la banda sabrán que la expectativa no pasa por si es superior o inferior al anterior en términos de calidad, sino en términos de cambio. Radiohead nunca se queda en lo cómodo y, con la tranquilidad que les da el respaldo de su base de fanáticos, se toma su tiempo para editar un disco a su manera. The King of Limbs significó precisamente un giro de timón respecto al predecesor In Rainbows, un álbum producido por Nigel Godrich de tan solo ocho canciones, un diario que acompañaba el lanzamiento, y un solo single con un brillante video: "Lotus Flower".
Desde el arte de Stanley Donwood se refleja hacia donde quiso llevar Thom al disco: a un lugar casi abstracto. Si uno cierra los ojos y escucha temas como "Bloom", "Feral" y el gran closer "Separator", también puede ver la bruma, el miedo, la preocupación de Yorke por el cuidado medioambiental, entre otros tópicos. En ese sentido, como la gran mayoría de los discos de Radiohead, The King of Limbs también es un álbum conceptual pero poco cohesivo al unir canciones de transición con grandes composiciones como "Give Up the Ghost" y la inolvidable "Codex" y el sonido de ese piano. En un punto, parece seguir la línea de The Eraser -el primer álbum solista de Thom-, con la sombra del single "These Are My Twisted Words" y algunas referencias a Kid A pero no logró, dentro de esa indiscutible innovación, ser memorable.
*7. HAIL TO THE THIEF (2003)
"Esa es una buena manera de empezar, Jonny", dice Thom en la apertura de Hail to the Thief, el disco más largo de la banda. Yorke se podría estar refiriendo a la primera canción del álbum, "2 + 2 = 5." (The Lukewarm.), una de las más enérgicas que hayan hecho, o bien al regreso a la guitarra y a la espontaneidad tras el díptico más cerrado -pero infinitamente superior- compuesto por Kid A y Amnesiac. Esa espontaneidad es lo que hizo que Radiohead le pusiera diferentes improntas a Hail to the Thief. Por un lado, está el trasfondo político que Yorke quería abordar, ya sea desde ese mencionado opener a la canción de cuna de la época de OK Computer, "I Will".
Por el otro, notamos la marca registrada de Jonny en "A Wolf at the Door." (It Girl. Rag Doll.) y su inspiración en la música clásica. En el medio, un oscilar entre la esperanza con "Sail to the Moon." (Brush the Cobwebs out of the Sky.) y el desasosiego con "Scatterbrain." (As Dead as Leaves.), y el lucimiento de Selway en la enorme "There There." (The Boney King of Nowhere.) y "Myxomatosis." (Judge, Jury & Executioner.). Se trata, en gran medida, de un disco de protesta y enojo, pero con composiciones que no responden a esa misma lógica y que, como la misma banda lo ha expresado, se les fue de las manos. Radiohead estaba buscando componer un álbum más directo y conciso, y la falla en ese intento se nota.
*6. A MOON SHAPED POOL (2016)
El último disco de Radiohead hasta la fecha sorprendió al momento de su lanzamiento por otra decisión que, para qué negarlo, tuvo mucho que ver con la nostalgia. La banda revisita en este álbum diversas composiciones que habían estado dormidas por décadas, y que no eran precisamente inéditas para sus fans. Asimismo, desde el video de Paul Thomas Anderson para "Daydreaming", que ya se iba perfilando como una obra profundamente etérea. Mucho de eso hay en A Moon Shaped Pool. Lo que también hay es un regreso a las canciones de amor que recuerdan a In Rainbows, con uno de los highlights del disco como "Decks Dark" hasta una de las grandes favoritas, "True Love Waits", cuya versión en vivo había sido incluida en I Might Be Wrong: Live Recordings.
El disco también permite el lucimiento de los arreglos de Greenwood con la colaboración de la Orquesta Contemporánea de Londres, en temas como "Glass Eyes" (que bien podría estar aludiendo a la separación de Yorke de su fallecida mujer, Rachel Owen), y "The Numbers". Cabe destacar la reversión estilo bossa nova de "Present Tense", tema que Thom cantó por primera vez en el festival Latitude en 2009, y que muchos seguidores de la banda esperaban encontrar en un álbum de estudio. Si bien hay canciones que resultan disonantes ("Tinker Tailor Soldier Sailor Rich Man Poor Man Beggar Man Thief" y "Burn the Witch", que parece salida de Hail to the Thief: de hecho, parte de la letra surgió en esa época), A Moon Shaped Pool significó la llegada de un trabajo, a falta de una mejor palabra, celestial, y la prueba irrefutable de que King of Limbs era, en efecto, un disco de transición.
*5. THE BENDS (1995)
El sucesor de Pablo Honey implicó un enorme salto para la banda en términos líricos y sonoros. Si bien había varias semillas plantadas en ese primer disco que aquí dieron sus frutos, en tan solo dos años, Radiohead editaba una obra sustancialmente superior a su álbum debut. Anclado en los 90, en el auge del britpop, en la emisión de los videos por MTV -imposible olvidar a la banda cantando "High & Dry" bajo la lluvia o en un diner tarantinesco-, y en los inicios de la colaboración artística con Donwood, The Bends roza la perfección y marca, como lo dijo el propio Selway, el verdadero inicio de Radiohead como banda.
Lo conceptual ya despuntaba en ese núcleo de temas donde prima la angustia como "Bullet Proof..I Wish I Was" y "Fake Plastic Trees", por mencionar solo algunos; pero también está lo poderoso al frente, con resabios de Pablo Honey en "Just", "My Iron Lung" y "Bones". Analizar The Bends es analizar su final, y una canción donde la voz de Thom toma el mando, como en "Black Star" el control lo toma Jonny. "Street Spirit (Fade Out)" concluye con un consejo al oyente: tienes que sumergir tu alma en el amor. Toda una declaración de principios que se cristalizaría en canciones posteriores. "Es un disco tan personal que me pasé mucho tiempo negando que lo fuera", expresó Thom sobre un álbum que marcó a fuego los 90.
*3. KID A (2000) / 4. AMNESIAC (2001)
Con un año de diferencia entre uno y otro y la cantidad de componentes que los unen, es imposible desprender a Kid A de Amnesiac, y viceversa. La banda, que venía del enorme éxito cosechado con OK Computer y de una agotadora gira plasmada en el documental de Grant Gee, Meeting People Is Easy, tuvo que resetear. Con influencias de la música electrónica, el krautrock y el jazz cortesía de Humphrey Lyttelton, Thom, que había sufrido muchísimo la vorágine causada por OK Computer, estaba inmerso en largas jornadas de escuchas de Aphex Twin y Autechre, al tiempo que renegaba, como ya lo había hecho en Pablo Honey, "de la mitología del rock", y sacudió las expectativas. Grabados en simultáneo -con excepción de la extraordinaria "Life in a Glasshouse", que se registró en una sesión posterior- y editados sin mucha parafernalia -en el caso de Kid A, sin videos y singles; en el de Amnesiac, solo con tres-, el díptico rupturista de Radiohead refleja esa necesidad de escape, el hastío, y también el desafío de cómo incorporar a Ed, Jonny, Colin y Phil en un disco de base electrónica.
A Kid A lo podemos sintetizar en una frase que Michael Stipe le prestó a Thom: "no estoy realmente aquí y esto no está realmente sucediendo", incluida en "How to Disappear Completely", canción que podría emparentarse con la más vieja "The Tourist". En Amnesiac, encontramos un himno escapista similar en "Pyramid Song" y la bella línea: "no había nada que temer ni nada que dudar". Por otra parte, es imperativo mencionar "Motion Picture Soundtrack", el cierre de Kid A, donde Thom considera al amor como la única salvación posible, con la promesa de una posvida que se conecta con ese cielo hacia donde van "todos los pasados y futuros" mencionados tambien en Amnesiac. En síntesis: dos obras maestras introspectivas, únicas e indisolubles.
*2. OK COMPUTER (1997)
Que la histórica mansión en la que lo grabaron, que nuevamente el escapismo como leit motiv, que lo conceptual no tenía por qué ser sinónimo de snob, que la vida que nos pasa por al lado, que la falta de conexión con el otro, que la casa linda y el jardín ídem, que el renacer, que los videos de Jonathan Glazer, que la ambiciosa "Paranoid Android", que uno de los mejores discos de todos los tiempos... OK Computer es todo eso, y a la vez lo trasciende. Es el testimonio más cristalino de la paradoja que atravesó Radiohead durante esos años. La banda graba un álbum sobre el sentirse como un fantasma que le pide al mundo que baje la velocidad, y al mismo tiempo obtiene un feedback abrumador, avasallante, incesante. Radiohead lanza OK Computer y ya nada sería igual, ni para la historia de la música, ni para ellos mismos.
La experiencia los transformó al punto tal de tener que cambiar radicalmente de rumbo como ya hemos señalado, y a costa del agotamiento físico y mental de toda la banda. Curiosamente, el grupo escribe un disco sobre la desconexión y luego le toca experimentar ese estado en carne propia. Las frases están todas allí, para quien quiera encontrarlas, en todas las canciones, desde "por un momento, me perdí a mí mismo", de "Karma Police", hasta "algún día me van a crecer alas", de "Let Down". Incluso en los lados B encontramos perlas como "Lull", donde se describe lo que es estar en el limbo y en estado contemplativo. Contemplar. Ese verbo le sienta bien a un disco que observa el mundo con sabiduría y un grito de auxilio para preservar la libertad.
*1. IN RAINBOWS (2007)
In Rainbows también implicó una revolución en el universo Radiohead con su sistema "paga lo que quieras" que fue un sismo en la industria musical, y que dejaría de ser novedad para la banda con el correr del tiempo. Asimismo, el título del disco sucesor de Hail to the Thief también sorprendía por su optimismo, y se lo puede escuchar en los coros de "Reckoner". In Rainbows no habrá alcanzado la popularidad de OK Computer o su estatus de culto, pero es igual de perfecto, y la prueba de que lo bueno a veces necesita ser breve. 10 canciones -en su mayoría, de amor-, donde cada integrante de la banda tiene su espacio para lucirse -aquí sale a la luz en los coros la imprescindible voz de O'Brien-, y donde Thom alcanza su pico como vocalista. "Las letras son universales, no hay una agenda política, es sobre lo que implica el ser humano, el estar vivo", declaró Ed.
El extraordinario arte de Donwood acompaña, como siempre, armónicamente al álbum, con esos colores que, según Stanley, reflejan "la sensualidad" de un trabajo que pasa por diferentes estadíos del amor, desde la conquista, el no ser correspondido, hasta la devoción, la unión, y la ruptura. "Nude" , "Weird Fishes/Arpeggi", "All I Need", "Faust Arp", "House of Cards", "Jigsaw Falling into Place" reflejan esto, junto a los bellísimos lados B, como "Go Slowly" y "Last Flowers". Sin embargo, nada sería igual sin ese final supremo con "Videotape", conmovedora canción que en cierto modo se asemeja a "Motion Picture Soundtrack" en esas últimas líneas en las que se habla de una despedida a flor de piel.
Eso pone a In Rainbows un escalón por delante de OK Computer: aquí lo emocional se nota, salta del disco y te invade. In Rainbows se admira, sí. Pero también se siente.
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