La chaya, con una identidad bien riojana
LA RIOJA.- La chaya "es un alarido de la tierra que vuelve hecho canto", su "poesía es triste y su música alegre", dijo alguna vez don José Jesús Oyola, uno de los grandes poetas del folklore riojano
Desde el viernes y hasta esta noche, miles de riojanos y decenas de turistas viven la Fiesta de la Chaya, un evento artístico-musical que con diferentes denominaciones, pero sentimiento común, se viene realizando hace casi 40 años.
No es sólo un desfile de intérpretes. Es también el juego con harina (esta vez, la crisis dio lugar a la bolsita de talco), el perfume de la albahaca y el vino (o sucedáneos) en grandes dosis. Es el lugar donde todos se "igualan" y el mandante puede "chayar" con harina al mismo mandatario que quizá no lo recibe en su despacho durante el año. Tampoco extraña ver sobre o detrás del escenario a los artistas cubiertos de harina.
Sin embargo, para algunos, la verdadera chaya no está en ese festival, sino en los encuentros barriales o de pueblos del interior (los topamientos entre compadres y comadres a golpe de vidalas), festejos que paradójicamente son cada vez menos y casi reducidos a la historia.
Pero que la chaya atrae -sea cual fuere el lugar y medio de expresión- quedó nuevamente demostrado. Sólo en la primera noche concurrieron al Estadio del Centro, ubicado en un tradicional barrio de esta capital, alrededor de 12 mil personas. El gran convocante fue Víctor Heredia, que cantó la mayoría de los temas de su último disco, “Entonces”, y otros clásicos, como “Sobreviviendo”, “Razón de vivir” y “Ojos azules”. El show duró más de una hora y Heredia estableció una comunicación extraordinaria con el público. Además, en su banda hay un joven músico riojano: Víctor Carrión.
Antes, la salteña Melania Pérez, ex integrante de Las Voces Blancas, conmovió con su caja, sus bagualas y la poesía de grandes referentes salteños como César Perdiguero, Jaime Dávalos, Miguel Angel Pérez y el Cuchi Leguizamón. Detrás del escenario Melania comentó a La Nacion: “No creo en esto del «nuevo folklore» habiendo tantos poetas que todavía no fueron debidamente descubiertos”.
Los que prefirieron el perfil bajo, pese a ser un año electoral, fueron los políticos. Casi no aparecieron o buscaron los reservados lugares de invitados especiales.
Hasta el cierre de esta edición Carlos Menem no había concurrido todavía a un festival que lo tuvo varias veces en la primera fila. Pero no se descartaba que pudiera asistir.
Nuevamente, el Raly
Con sus chacareras y zambas, el Raly Barrionuevo desató la euforia juvenil anteanoche. Cuando el santiagueño logró bajar del escenario, los organizadores hicieron una pausa. Es que era el turno del Lapacho Dúo, un buen binomio local que tuvo notable repercusión en las peñas de Cosquín y que, entre su repertorio, recrea bellas vidalas con un sentimiento y color muy particulares, con una identidad claramente riojana.
Anoche, al cierre de esta edición, se presentaba el muy convocante Chaqueño Palavecino, mientras que Alfredo Abalos actuó junto a Colacho Brizuela, guitarrista principal de Mercedes Sosa.
Hoy, el cierre de la Chaya 2003 tendrá a León Gieco como principal protagonista. Después, y cuando hayan pasado otros festejos chayeros, varios recordarán los versos de Pancho Cabral: “Vamos templando los bombos/aunque no sea carnaval/copla que espera a febrero/siempre es copla para amar”.