La canción que se anticipó al regreso de la democracia y que dividió al país
Era el último domingo de octubre de 1983; era día de elecciones presidenciales luego de siete años sin democracia. El chico tenía 10 años y quiso acompañar a sus padres a votar. Y tal vez para llamar su atención, cuando subieron al auto le pidió a su papá que pusiera un cassette que había grabado con temas del rock nacional. Su avidez musical era mayor que la de otros de su edad (iba del jazz al tango, y del folclore al rock progresivo, aunque en ese momento se había enganchado con el rock argentino que desde la Guerra de Malvinas sonaba tanto en las radios). El primer tema de aquel cassette TDK era "Che pibe, vení vota". Quería que sus padres lo escucharan el día que volvían a votar, aunque no tuviera, a los 10, mucha idea de lo que eso significaba. Tampoco del verdadero significado de la canción.
Según wikipedia, "Che pibe, vení votá es la sexta canción que forma parte del disco Che pibe; perteneciente al cantante de rock argentino Raúl Porchetto. Fue grabado y editado en 1982. La letra fue compuesta ese mismo año, en plena dictadura militar, conocida como Proceso de Reorganización Nacional. En esta canción, Porchetto incentiva a la juventud que quiere un cambio en el plano político y/o social en la Argentina a través del voto democrático. «Che pibe, vení votá» fue grabada a dúo por Porchetto y la participación especial de León Gieco".
Lo que Porchetto escribió no es una invitación a votar sino una gran ironía sobre el valor que se le daba a la juventud en ese momento y, eso sí, la demanda de "el cambio en el plano político y/o social a través del voto".
A los 10, el chico del cassette no lo entendió así. Con los años se lo perdonó, porque en ese momento tenía solo 10. Y a los 10, no hay nada que perdonar. El problema sería que alguien de 20, 30 o 40 lo entendiera de manera absolutamente lineal como la simple invitación al sufragio sin otra participación que la de entrar al cuarto oscuro y luego poner el sobre dentro de una urna. Como si la vida siguiera en "modo espectador".
Era mucho más que eso, pero el estribillo sonaba tan fuerte que tal vez con los años fue parte de un equívoco, como "Smoke on the Water", para quienes no son angloparlantes. Ese estribillo que se corea como cantito de cancha, como una arenga de optimismo detrás de un riff machacante de guitarra habla, en realidad, de una tragedia, aunque sin víctimas que lamentar. La canción refiere al incendio del Casino de Montreux, el 4 de diciembre de 1971, durante un concierto de Frank Zappa, cuando un fan lanzó una bengala al techo del escenario. Así comenzó el incendio.
"Che pibe..." no es una invitación a votar sino una especie de llamado de atención o reclamo de más participación de la juventud en la vida política y social Argentina, oportunidad que se propiciaba con la vuelta de la democracia. Que no usaran a los jóvenes solo para tomar un fusil e ir a la guerra (del Malvinas), o que su participación se limitara a ir a votar (la canción se publicó un año antes de las elecciones de 1983. Porchetto era una persona famosa y podía decir esas cosas. "Sí, pero también tenía un costo porque algunos la consideraron antidemocrática", dice el compositor, 37 años después del estreno del tema.
"Valorábamos la democracia. Era un valor sagrado que estábamos recuperando. Muchos sosteníamos una resistencia de librepensadores. Por eso había que tratar de volver a esa democracia de una manera diferente, con una convocatoria diferente. Pensá que antes de la dictadura teníamos a la Triple A", dice Porchetto.
"Con cuerpo y mente joven, siempre que acates decisiones, en un buen rol podrás actuar. En la emergencia nacional, la juventud es primordial, Che pibe, vení votá. Esencia y moral es bueno, pero de golpe no podemos, el país así cambiar. Conformate con algún puesto, sos joven para entender esto. Che pibe, vení votá. Si hay que triunfar, siempre te vamos a llamar, para guerras o elecciones, ´Pibe no nos abandones".
Sos joven para entender esto
"Recuerdo que un ministro de la dictadura decía que los jóvenes no teníamos que pensar y un periodista decía que la juventud era «una enfermedad que, por suerte, pasaba pronto». En esas cosas pensé cuando escribí la canción. Fuimos sospechosos por ser jóvenes, ni siquiera necesitábamos tener el pelo largo. En la puerta de los recitales había camiones de la policía, los que llamaban celulares, que subían de a cuarenta o cincuenta personas por averiguación de antecedentes. Salíamos de una guerra absurda. Me quedó grabada la cifra de 4.200.000 personas. Era la cantidad de gente que votaba por primera vez. La idea era que no nos llamaran solo para la guerra o para las elecciones, queríamos ser partícipes. Pero el prototipo que se alentaba era el de la dictadura. El joven no podía cuestionar nada. En medio de este statu quo de la política general era bueno decir que había que cambiar las reglas. Entre ellas, integrar a la juventud. Las acciones democráticas y políticas son fundamentales. Pero se necesita integridad; eso es lo que uno pretendía".
Raúl Porchetto recuerda que días después de que se estrenara el Operativo Sol de control de tránsito en la Costa Atlántica, el presidente Carlos Menem se subía a una Ferrari y llegaba a Pinamar en un par de horas. También dice que en su juventud, "estaba la vereda del sol y la otra vereda". Pero hoy, aclara: "En época de posverdad, donde te dicen que está el sol en realidad hay una luz chiquita que pusieron para alumbrar". También vuelve sobre sus canciones y recuerda una que se conecta bastante bien con "Che pibe, vení vota". Es de su último disco, Sombras en el cielo ( 2018) y dice en uno de sus versos: "Porque ellos piden los votos, nunca nos piden perdón".
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