La canción que reconcilió a Springsteen con su padre y le dio una lección a los Estados Unidos
Zona de rascacielos, una estatua en la cúpula. Grupos de chicos que juegan a saltar la cuerda, una tropilla de bomberos que se alista a partir. Tanto Filadelfia, la película, como "Streets of Philadelphia", el video de la canción , comparten ese momento de una ciudad que se abre al nuevo día. El brío de las primeras horas. Hasta que aparece Bruce Springsteen con una voz algo resignada y triste, aunque sin inflexiones de melodrama, que da el tono de lo que vamos a ver y sentir.
"Estaba magullado y maltrecho. No podría decir lo que sentía. Irreconocible. Veía mi reflejo en una ventana y no era yo", canta Bruce sobre una melodía y caja de ritmos característicos de los noventa ("El amor después del amor" de Fito Páez, por ejemplo, también estaba construida sobre una secuencia similar). Y a partir de ahí las imágenes empiezan a diferir. En la película: una ciudad que sigue su curso y desemboca en la hiperactividad todavía exitosa del abogado interpretado por Tom Hanks . En el clip: la caminata de Springsteen por una zona postergada de Filadelfia: basurales, monoblocks, un perro que ladra. El día que de a poco va haciéndose de noche.
Fue un hit. La canción de apertura que el director Jonathan Demme había venido buscando desde que terminó con El silencio de los inocentes (otro título aclamado de su filmografía) y se puso a trabajar en una historia de discriminación inspirada en un amigo enfermo de Sida. "Quería hacer una película para los que les daban vuelta la cara a quienes sufrían la enfermedad. Y más si eran gays", contó a Rolling Stone sobre esta historia en la que un promisorio abogado (Hanks) es echado injustamente de un prestigioso estudio y es defendido por un colega ( Denzel Washington ) que también debe vencer sus propios prejuicios para cumplir su misión.
Si bien Demme ya tenía una canción inédita de Neil Young (un hermoso tema a piano y voz que el querido Neil compuso especialmente y terminó utilizando para los títulos) la posibilidad de contar también con Springsteen lo entusiasmaba: le permitía llegar más directo a un público no necesariamente cercano a la temática. "Quería una película que fuera un éxito en los malls (shoppings), en los complejos de salas", contó en People Like Us, el documental de 2003 sobre el film. "Que pudieran llegar al estadounidense promedio que consideraba al Sida como algo anti-natural o pecaminoso. Y que le tenía un terror sólo superado por su rechazo a comprender esa condición".
La idea era buena. Pero había un problema: aquellos años no venían siendo especialmente buenos para El Jefe. Luego del súper éxito que en los ochenta había significado Born in the USA (no sólo el tema; el disco con su catarata de hits) y de las giras por todo el mundo que lo convirtieron en uno de los artistas más espectaculares de la industria del entretenimiento (compitiendo palmo a palmo con Madonna, Prince o Michael Jackson), Bruce había bajado varios cambios: descontinuó, por un lado, la E Street Band, su banda de acompañamiento de toda la vida; y publicó, por el otro, dos discos en simultáneo de temática más privada y adulta (Human Touch y Lucky Town, 1991) que no tuvieron la repercusión esperada.
Cuando le llegó entonces la propuesta de hacer el tema para Filadelfia, John Landau, su histórico manager, al principio dudó: otro paso en falso podía dañar aún más el estatus de figura mundial. Pero Bruce recordó que tenía un principio de canción alrededor de la pérdida de un amigo que vagaba como un espectro por la ciudad y decidió ver qué pasaba si se ponía a trabajar con eso. "Jonathan quería un tema de rock. Y pasé unos días tratando de ajustarme a su idea", relató en Born to Run, su autobiografía. "Pero la letra que tenía parecía resistirse a ser adaptada a ese ritmo. Y por eso empecé a probar con el sintetizador y con una base de hip-hop liviano que había programado en la caja de ritmos".
Entonces sucedió: "En cuanto ralenticé el ritmo sobre unos acordes menores básicos, la letra encajó perfecto y se manifestó lo que estaba buscando". Nada menos que la canción que marcaría ese otoño/primavera de 1993. Y que le reportaría su sorpresivo primer Oscar como compositor. Aunque Springsteen todavía estaba lejos de saberlo: le mandó el track a Demme con la aclaración de que "no estaba terminada", casi como un demo al que todavía le faltaba agregarle algunos instrumentos. "Pensé que no había podido cumplir con la consigna original de darle un rock y lo lamenté". Pero apenas Demme escuchó el tema, le respondió encantado; le dijo que la usaría así como estaba, sin ningún agregado más.
"Creo que 'Streets of Philadelphia' fue un éxito muy importante en parte gracias a la película, pero también porque abordaba un tema que en aquel momento el país estaba intentando comprender: ¿cómo tratar a nuestros hijos e hijas que enfrentan el Sida?", reflexionó Bruce en su autobiografía, donde también narró el efecto que tuvo para su historia familiar (una turbulenta relación con su padre que muchas veces había sido escéptico sobre su futuro y le aconsejado seguir otro camino) el haberse hecho sorpresivo acreedor de un Oscar. "Cuando viajé a Los Ángeles, de visita en lo de mis padres entré a la cocina, donde mi padre seguía sentado y fumando como un Buda de la clase trabajadora, y planté la estatuilla en la mesa ante él. Lo vio, me miró, y me dijo: 'Nunca más volveré a decirle a alguien lo que tiene que hacer'".
La canción, al igual que la película, tuvo una llegada tan fuerte que Bruce llegó a fantasear con hacer todo un disco en ese estilo más íntimo y austero de teclados y caja de ritmos. Un disco "urbano" que finalmente quedó cajoneado (en favor de una reunión de la E Street Band para un disco de grandes éxitos) y del que se llegó a conocer algunas pocas canciones: "Secret Garden", que prestó para la banda de sonido de Jerry McGuire y también fue bien recibida, y alguna más. Una pena porque era la posibilidad de poder ver a Springsteen en una veta que le era nueva y le había quedado bien. Queda la promesa –deslizada en algunas entrevistas– por desempolvar en algún momento esas grabaciones y darlas a conocer en el futuro.
Mientras tanto, la onda expansiva de "Streets of Philadelphia" siguió ampliándose. Por un lado renovó el vínculo de Springsteen con el público masivo. Y por el otro retroalimentó el impacto del film, que se convirtió en icónico y le dio un impulso aún mayor a las carreras de Tom Hanks y Denzel Washington. "Hasta ese momento venía haciendo un montón de films tontos sobre el típico tipo que no puede conquistar una mujer. Eso empezó a cambiar con Filadelfia", comentó el actor de Rescatando al Soldado Ryan en el documental People Like Us.
Demme, por su parte, accedió a grabar el también conocido video del tema, utilizando la técnica de esconder un micrófono entre las ropas de Springsteen para hacer más veraz la interpretación. "Oh hermano, ¿vas a dejar que me consuma así, en las calles de Filadelfia?", murmura Bruce en una caminata que lo lleva por la rivera, la eclosión de un atardecer. "Ningún ángel va a recibirme, somos solo tú y yo, amigo mío. La ropa ya no me entra". Por suerte, 25 después, y gracias en parte a películas y canciones como ésta, algunas cosas empezaron a cambiar.
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