La canción que Chuck Berry escribió al salir de la cárcel, se volvió hit y brilló en los 90 con el baile de Uma Thurman y John Travolta
“You Never Can Tell” fue escrita por el precursor del rock and roll a comienzos de los 60, tras salir de la cárcel; cómo la redescubrió Quentin Tarantino y pasó a formar parte de una de las grandes escenas de Pulp Fiction
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Los amantes de la filmografía de Quentin Tarantino saben del buen olfato del director norteamericano para seleccionar la banda de sonido de sus películas, esas canciones que parecen sonar mejor en el cine que en cualquier otro lado.
Tal el caso de “You Never Can Tell”, la canción escrita por Chuck Berry durante la década del 60, que habla de dos adolescentes que se casan y se van a vivir juntos. El legendario músico escribió y produjo esta canción, también conocida como “Teenage wedding” o “C’est la vie”, en 1963 y tras salir de la cárcel donde pasó 20 meses luego de ser acusado y sentenciado por “por transportar a una mujer menor de edad con propósitos inmorales”.
Chuck Berry había conocido a una chica de 14 años en México y la llevó a Saint Louis para trabajar en uno de los clubes que regentaba. No fue su única estancia en prisión. El cantante de “You Never Can Tell” y “Johnny B. Goode” fue encarcelado en un total de tres ocasiones.
La canción fue lanzada como sencillo del álbum St. Louis to Liverpool en 1964, cuando alcanzó el puesto número 14 de las listas de éxitos norteamericanas y posteriormente tuvo numerosas versiones, como la de Emmylou Harris de 1977, incluida en el álbum Luxury Liner, que alcanzó el puesto número 4 en las listas de éxitos country de Estados Unidos.
Mientras tanto, durante ese mismo año de 1964, los Beatles visitaban por primera vez los Estados Unidos, donde todavía no eran muy conocidos; la gira y las actuaciones en El Show de Ed Sullivan fueron un éxito y la canción “I Want to Hold Your Man” llegó a ocupar el primer lugar de la lista de éxitos.
Por el lado del jazz, descollaba el saxofonista John Coltrane con su disco A Love Supreme. En Londres, la diseñadora Mary Quant revolucionaba el mundo de la moda con la presentación de la minifalda. En Argentina gobernaba el Dr. Arturo Illia de la Unión Cívica Radical del Pueblo, que había obtenido el 25 por ciento de los votos en elecciones en las que el peronismo fue proscripto mientras que Mafalda, el personaje de Quino, reflexionaba cotidianamente desde la contratapa del diario El Mundo y el tango sufría dos grandes pérdidas: se iban Juan de Dios Filiberto y “el varón del tango”, Julio Sosa.
Pero volvamos al tema de Chuck Berry. Desde su publicación original en 1964, numerosos artistas han grabado versiones de “You Never Can Tell”, entre los que se destacaron Ronnie Lane, John Prine, Loggins and Messina, New Riders of the Purple Sage, Waylon Jennings and Jessi Colter, Aaron Neville (la versión elegida por Tarantino); Texas Lightning, Chely Wright o Bob Seger. En 2013, Bruce Springsteen realizó una versión propia en una actuación en Leipzig (Alemania) durante el Wrecking Ball Tour.
Sin embargo, su gran relanzamiento fue en la década del 90, cuando el estreno en la pantalla grande de Pulp Fiction puso aquella canción en otra dimensión. La película, obra maestra de Quentin Tarantino, entrecruza las historias de un boxeador, la esposa de un gánster, dos sicarios y dos ladrones. En 1994, el film ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes, que casualmente celebra una nueva edición por estos días y al año siguiente recibió un Globo de oro y un premio Oscar al mejor guion. Pero la secuencia que se ganó todos los elogios y quedó grabada a fuego en la memoria colectiva es el famoso baile al ritmo de “You Never Can Tell”, protagonizado por John Travolta y Uma Thurman.
La trama se desarrolla hasta el momento en que el matón Vincent Vega (Travolta) lleva a cenar a la esposa de su jefe, Mia Wallace (Thurman), al Jack Rabbit Slim’s, como se llama el restaurante de ficción que recrea la cultura popular norteamericana de los años 50, sin imaginar que esa noche regresarían a casa con un trofeo bajo el brazo y un gran susto que jamás olvidarían.
“Quiero bailar, quiero ganar, quiero ese trofeo”, le dice Wallace a su acompañante mafioso cuando anuncian un concurso de baile. Y no hace falta más para que salgan al escenario.
El propio Tarantino ha confesado que, de todas las escenas de sus películas, esa es por lejos su favorita. Una de las más emblemáticas de su filmografía y de la cultura pop en general. Con la música escapando del fotograma, los tres minutos que dura la escena pasaron a las grandes ligas de la historia del cine, con millones de reproducciones en YouTube.
La historia detrás de la historia es el backstage que salió a la luz muchos años después de su estreno, al igual que algunos rumores sobre la crisis de ansiedad que Thurman habría sufrido antes de salir a rodar la escena con John Travolta, nada menos, el protagonista de Fiebre de sábado por la noche, -por entonces con sus acciones en baja-, y estuvieron a punto de suprimirla. Entonces Quentin le dijo a Uma que le daba lo mismo si bailaban mal, regular o bien, sólo quería que se viera que los personajes lo estaban pasando bien. La actriz se relajó y finalmente se pudo hacer. La escena de ese baile, sin dudas uno de los grandes momentos del film, cautivó al público de los noventa y sigue siendo recordada hasta el día de hoy.
En el video detrás de cámara puede verse a los actores y al propio Tarantino deambulando por el set antes de rodar. Después de gritar “acción”, el mismo Quentin se deja llevar por la escena al ritmo pegadizo de la canción de Chuck Berry y se pone a bailar detrás de cámara, al lado de su camarógrafo y sus ayudantes. Fascinado por la acción, toma una cámara para filmar él mismo algunas tomas de aquella escena fabulosa, olímpica, una de las más recordadas dentro de su filmografía.
Además de otras versiones musicales y sus referencias en el cine, la canción de Chuck Berry es mencionada en un apartado de la novela de Stephen King, Rose Madder (1995), cuando un policía violento llamado Norman es ascendido y el narrador reflexiona sobre esa situación: “Le hizo pensar en una canción de Chuck Berry, una que decía ‘C’est la vie, it goes to show you never can tell’. Y luego del impulso de Pulp Fiction, ha aparecido en otras tantas películas como La vida misma (2018); Embarazados (2016); Arthur and the Invisibles (2006); Duro de espiar (1996) y en varias series de TV como The Big Bang Theory, Scream o incluso en Gilmore Girls.
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