La canción de Radiohead que nació de un mantra de Michael Stipe, de R.E.M. y que tuvo otro significado en la Argentina
Thom Yorke, líder de la banda británica, expresó en “How to Disappear Completely” el agobio que le produjo la gira de OK Computer; es la cuarta canción del álbum Kid A, en el que el grupo transformó por completo su sonido
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Dublín, madrugada del 21 de junio de 1997. Radiohead lanzó hace exactamente un mes el disco OK Computer y está a punto de tocar para 38.000 personas, por lejos el recital de mayor convocatoria de la banda que se formó doce años atrás en un colegio pupilo de Oxford. Thom Yorke, su cantante y principal compositor, duerme, pero no descansa. Está atrapado en una pesadilla que transcurre en una reconstrucción onírica de la capital de Irlanda. “Soñé que estaba flotando río abajo por el Liffey y no había nada que pudiera hacer al respecto”, recordaría una década más tarde en diálogo con la BBC.
Dos semanas después de regresar a Inglaterra, Radiohead tuvo un reto aún más intimidante: cerrar la segunda fecha de Glastonbury. Frente a más de 90.000 espectadores, tocaron un set que es considerado hasta hoy uno de los mejores de la historia del festival que se realiza cada año en Somerset. Pero en el escenario prevaleció una sensación completamente distinta. Por problemas técnicos, los músicos no se escucharon durante casi todo el show, como delata en la grabación del primer tema una carcajada del cantante tras un coro desafinado del guitarrista Ed O’Brien, hacia el final del segundo minuto.
Hacia la mitad, Yorke estuvo a punto de abandonar el recital, del que no había querido participar desde un principio. A pesar de que O’Brien finalmente logró disuadirlo, la frustración y la impotencia que sintió esa noche agrandaron los fantasmas que lo perseguían desde Dublín y que al poco tiempo lo consumieron: “Algo dentro mío se quebró y dije: ‘Ya está, no puedo soportarlo más’. Necesitaba un descanso, pero todavía le quedaba por delante la gira de OK Computer. Al año, agobiado en la habitación de un hotel, llamó a un amigo para pedirle un consejo. Del otro lado del teléfono, el vocalista de R.E.M., Michael Stipe, le compartió un ritual que había creado para lidiar con las presiones que conllevan el éxito y los conciertos sucesivos que parecen infinitos: “Bajá las persianas y repetí: ‘No estoy acá, esto no está sucediendo’”. Y eso hizo durante el resto del tour.
"Bajá las persianas y repetí: ‘No estoy acá, esto no está sucediendo’"
Michael Stipe a Thom Yorke, 1998
De esa especie de mantra surgiría la canción “How to Disappear Completely”, que cita letra por letra la frase de Stipe en el estribillo. Inmiscuido entre las composiciones predominantemente rítmicas y los sonidos electrónicos que abundan en el resto del álbum Kid A (2000), el cuarto título, que el propio Yorke describió como “la cosa más bella que hici[eron]” juntos, es de alguna manera un puente entre el pasado y la metamorfosis musical de Radiohead, que coincidió con la llegada del nuevo milenio.
La melodía de la voz y la guitarra acústica son el único cable a tierra de esta composición atmosférica, que abre con una cacofonía de la que sobresale, como una alarma, una nota situada entre un la y un la sostenido tradicionales, el primer indicio de que algo está fuera de lugar. Los sintetizadores -incluido el arcaico ondas Martenot, inventado en los años 20-, el arreglo de cuerdas de Johnny Greenwood y el reiterado aullido de la guitarra eléctrica intensifican esa sensación a lo largo del tema, mientras Yorke relata el tormento que comenzó como una pesadilla -“Camino a través de paredes/ Floto río abajo por el Liffey”- y se agravó en Glastonbury: “Luces estroboscópicas y parlantes reventados”.
Los otros cuatro miembros también se sintieron sofocados en el lapso entre los dos discos, durante el cual grupo estuvo cerca de desintegrarse. Los primeros ensayos para su cuarto trabajo de estudio no condujeron a nada. Brotaron pocas ideas, que fueron seccionadas y modificadas hasta el hartazgo. Al año siguiente llegaron a una conclusión: debían reinventarse o perecer. El resultado fue un adiós definitivo al formato de banda de rock de los 90 que había caracterizado Pablo Honey (1993) y The Bends (1995), y del cual ya se percibía un alejamiento en OK Computer.
El giro hacia un estilo más experimental, que incorporó influencias de una variedad de géneros y en particular la música electrónica presentó un desafío para el quinteto. Johnny Greenwood, el único miembro con formación teórica, lo aprovechó y comenzó a desarrollar la faceta orquestal que lo llevaría a colaborar con el director Paul Thomas Anderson a partir de la película Petróleo sangriento (2008). Pero la casi omnipresencia de cajas de ritmos y sintetizadores obligó al baterista Phil Selway, al bajista Colin Greenwood y a O’Brien a aprender a “participar de una canción sin tocar una sola nota”, como resumió este último.
Si bien Kid A no fue del agrado de la crítica al momento del lanzamiento, los músicos no volvieron a mirar atrás. Esa transformación y la evolución de Yorke en el proceso se ven reflejadas en el final de la canción, cuando la cacofonía de cuerdas se ajusta a la tonalidad y todo parece haberse acomodado. Curiosamente, el tema que abre el disco se titula “Everything in Its Right Place” (”Todo en su debido lugar”).
Visita y homenaje
El 24 de marzo de 2009, Radiohead se presentó por primera vez en la Argentina. Antes de que comenzara a sonar “How to Disappear Completely”, O’Brien hizo un anuncio en castellano: “Hemos esperado mucho tiempo para tocar ante ustedes y esta noche es un sueño hecho realidad”. A continuación, la fecha del recital y el título de la canción -en castellano: “Cómo desaparecer por completo”- se fundieron en una referencia al último golpe militar, del que se cumplirán 45 años este 24 de marzo.
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