Como si se tratara de una historia todavía por escribir, en las últimas semanas aparecieron documentos inéditos sobre la separación de The Beatles en los albores de los 70. Los papeles hablan de presentaciones judiciales para auditar los ingresos globales de los Fab Four, de la difícil sucesión del manager Brian Epstein y otros entretelones legales que no se cerraron sino varios años después. En el medio de las disputas, mientras John Lennon y Paul McCartney se llevaban la mayor atención de la crítica sobre el futuro de sus carreras solistas, a finales de 1970 ocurrió lo inesperado. Dispuesto a trascender aquella etapa dorada que a la vez parecía un karma difícil de superar, George Harrison lanzó “My Sweet Lord”, icónico en su búsqueda de espiritualidad, y el tema emblemático de All Things Must Pass, primer disco triple de la historia del rock, cuyo sonido ocupó rápidamente los primeros puestos en los rankings musicales de todo el mundo.