La Beriso tocó en España y se prepara para volver a Obras

MADRID.– Durante dos veladas,el 18 y el 19 de este mes, La Beriso regresará como anfitrión a uno de sus múltiples dominios, el Estadio de Obras. Son pocos los días de descanso que la banda del sur bonaerense tuvo luego de haber cruzado el océano, donde realizó una gira por España que incluyó –siempre con localidades agotadas– presentaciones en Barcelona, Málaga, Castellón, Cádiz y Madrid. La Beriso es un fenómeno que desborda cualquier frontera del rock barrial. Desde su pago chico y hacia al mundo hispano la agrupación crece día a día y después de abrir los recitales de los Rolling Stones y de llenar el estadio de River Plate –un hito reservado para pocas bandas argentinas de rock– el grupo alza su voz en ambos lados del Atlántico.

LA NACION presenció el recital que La Beriso celebró en Madrid. El calor se sentía fuera, en un verano donde el pavimento se derretía aún a las nueve de la noche. No dentro de la sala Moby Dick, provista de aire acondicionado. Allí los fanáticos de Rolo Sartorio y sus muchachos celebraban, en estado de ebullición, la proximidad con su banda. En la zona más cercana al escenario, un grupo de mujeres saltaba y coreaba todos los temas de los argentinos. Puntuales, a las 21.30, la hora de la cita, el acorde inicial de “El éxito” comenzó un viaje de 26 temas, a pocos metros del estadio Bernabéu.

“Te burlaste”, “Mañana”, “Mano a mano” y “Venenosa” (el tema que interpela sobre la ausencia con “decíme qué se siente”, verso que el público entonó con devoción) fueron el aperitivo que condujo a “Realidad”. Este tema inspiró el título del último álbum de la banda, Pecado capital, ya que así concluye esta composición tan argentina con guiños al escenario vernáculo (“Hoy los diarios no paran de matar/hoy la tele no para de sangrar/y vos jugás a bailar un sueño/que nunca es realidad”).

A pocos pasos del lugar se encuentra la estatua del general Juan Domingo Perón, el “paladín de la amistad argentino española”, según la inscripción de 1975 –aunque la relación entre Francisco Franco y el líder justicialista fue gélida durante el exilio de este último, tal como lo describe La novela de Perón, de Tomás Eloy Martínez. En el recital de La Beriso imperaba la comunión entre las 300 personas que había en la sala, la capacidad máxima de este templo mítico del rock en Madrid, con banderas y camisetas argentinas. Al promediar el recital comenzó el cantito popular que exige saltar a la masa para no ser –de modo peyorativo– llamado inglés, arenga que el vocalista y líder de La Beriso detuvo de inmediato. “No muchachos. Los que roban en la Argentina son argentinos”, exclamó Rolando “Rolo” Sartorio y volvió a hilar temas entre chistes con los integrantes de la banda y también con opiniones sobre su experiencia en España. En particular recalcó el respeto en las calles y el orden que existe en el tráfico.

Con menciones a Los Rodríguez (en la previa del tema “Lo olvidó”, que le rinde homenaje a la hoy clásica “La mirada del adiós”) y a Andrés Calamaro -el artista invitado al tema y el video “Tres mujeres y ella”-, la banda no solo presentó su último disco sino que también recorrió sus temas más conocidos de Atrapando sueños, como “Todo es mentira”. También, desde el escenario, Rolo destacó su admiración hacia Robe, de Extremoduro (con quien compartió el escenario en Cádiz), Joaquín Sabina y Leiva.

Hubo también un pequeño homenaje a Charly García con los acordes de “De mí” y de “Los dinosaurios”, y también a Astor Piazzola antes de dar paso a la despedida con “No me olvides”. En medio de esta última canción, Rolo mencionó al periodista deportivo Tití Fernández [su hija falleció en el último Mundial y el comunicador encontró en este tema un modo de rendirle tributo]. Y luego, un ejemplo de “Historias tristes que crean canciones hermosas” irrumpió con varios bises, como “Traicionero”, mientras Rolo, en medio de la sala se despedía de su público transatlántico sobre la barra.

Los últimos dos recitales prometidos, de una saga de ocho, llegan el 18 y el 19 a Obras, tras un paso por España que promete ser apenas el comienzo de un gran romance con el público de La Madre Patria.

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