La belleza de una obra sin par
Loli Molina
Nuestra opinión: muy bueno
Lo azul sobre mí: "Fantasma", ""Sangre / Lucidez", "Lo azul sobre mí", "Un momento en el aire", "Frontera", "Martín", "Tigres", "Si algo se pierde en ese movimiento"
Un contrato discográfico, un puñado de discos y un camino que decidió interrumpir cuando entendió que había perdido el control artístico. Su nuevo comienzo se llamó Rubí, salió en 2015 y alcanzó para posicionarla como una artista sin par (De ese disco Iván Noble acaba de versionar "Las cosas que se quedan con vos"). Una voz fresca, con un universo poético que se sostiene en un maridaje perfecto entre sus letras y sus interpretaciones. En algún lugar entre Luis Alberto Spinetta, Juana Molina y Jorge Drexler, Loli pinta frescos en el aire, formas bellas que, como nubes, muestran una cara distinta cada vez que la apreciamos. Mucho más guitarrera que en su álbum anterior -y mucho más ascética-, nos dice algo distinto cada vez que escuchamos cantarla: "En la belleza de la nada amar hasta que caiga lo azul sobre mí"; o: "Me pongo aquí a cantar al compás del pensamiento", una suerte de revisión e intervención del Martín Fierro. "Abre el ventanal, cierra lo demás, pídele al guardián que cuide todas tus cosas, las guarde entre formas doradas", nos sugiere hacia el final de la obra, en "Si algo se pierde en ese movimiento". Desde el aire, la escuchamos, ya no como quien observa una nube sino como quien se siente dentro de ella.