Kiko Cibrián, el guitarrista que fue punto de conflicto entre Cristian Castro y Luis Miguel: “Verme en la serie me hizo sentir un poco nervioso”
El productor de uno de los discos más celebrados del cantante, Aries, conversó con LA NACION acerca de su trabajo junto al cantante mexicano
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Dos episodios bastaron para poner el nombre de Kiko Cibrián en boca de todos, y aunque él lleve toda una vida dedicada a la música y más de 30 años junto a Luis Miguel, no tiene planeado pelear contra esa popularidad repentina. En cierto modo la disfruta, porque sabe que aquello que se ve sobre él en Luis Miguel: La Serie no es más que una ficcionalización de su propio trabajo y de cosas que -con mayor o menor grado de verdad- sucedieron.
Cibrián tiene 62 años y calcula que toca la guitarra desde hace 50. “Tendría unos 8 o 9 años cuando escuché a Led Zeppelin tocar ‘Whole Lotta Love’ y dije ‘yo quiero eso’”. Le dedicó tiempo y atención a sus ídolos George Benson, Wes Montgomery, Stevie Ray Vaughan, Jimi Hendrix y Jimmy Page; pero con el tiempo aprendió que sus guitarristas favoritos eran rítmicos: Al McKay, de Earth, Wind & Fire; obviamente Nile Rodgers, Steve Lukather. “Mucha gente piensa que un buen guitarrista es el que solea mejor, pero la guitarra es rítmica”, le dice a LA NACION vía Zoom, desde California, donde vive. “Yo no soy un virtuoso, pero soy una persona que le pone todo el corazón y el alma a la canción que tenga enfrente”.
-En esta segunda temporada de Luis Miguel: La serie, Kiko tiene un momento de gran protagonismo, cuando Luis Miguel lo expulsa de su banda por haber producido a Cristian Castro. ¿Qué tan así fue en verdad?
-No fue exactamente así en la vida real, pero los escritores tenían que ser creativos. Es cierto que trabajé con Cristian Castro y que ese disco fue muy exitoso, y también que me regañaron por ello. Lo bueno es que lo que vino fue mucho mejor, y yo fui músico exclusivo de Luis Miguel a partir de ese momento y durante 8 o 9 años. Durante ese tiempo tuve otras ofertas para ser productor, pero yo decía ‘gracias, pero no’.
-¿Y entonces, cómo fue el episodio de Viña del Mar?
-No fue así, pero sucedió. Yo era parte de su banda y ya había hecho una gira, y en el break me invitaron a participar de la grabación de un chico del que ni sabía el nombre. Pedí que se haga en San Diego, porque yo estaba recién casado y quería quedarme en casa, no volver a viajar. Ahí conocí a Cristian, grabamos y ya. La sorpresa fue cuando regresé a México y “No podrás” sonaba en todas partes. Y todos aplaudían el solo de guitarra, que era larguísimo. Ya no se escuchaban solos así en esa época, pero Cristian insistía. Y esa atención en la guitarra me gustaba. Pero un día recibí una llamada de Hugo López, que me regañó. “El ‘number one’ es otra persona”, dejó en claro. Y después llegó la invitación para participar en los próximos proyectos de Micky. Yo estaba feliz.
-¿Cómo se sintió al ser ficcionalizado?
-Como nunca en mi vida. Me sentí un poco nervioso al ver la escena. Conozco mucho a Bibi Marin -el guitarrista de Reik, que me personificó- es amigo de la familia y es norteño como yo… Y de pronto verlo a él hacer de Kiko fue una de esas experiencias que no se viven todos los días. Me preguntaron quién debería ser quien haga mi papel, y yo dije que debía ser norteño, porque los que somos del norte de México tenemos otro flow, hablamos medio en español y medio en inglés, y si era músico, mejor. Y lo llamaron a él.
-Aries es un disco diferente en el repertorio de Luis Miguel, que venía de cantar boleros, y que a la vez no es un disco latino: tiene pop, R&B, soul y sesionistas que poco tienen que ver con la música latina. ¿Qué recuerda de aquellas sesiones de grabación?
-Fue un momento mágico en mi carrera. Me dediqué a tocar la guitarra toda mi vida y siempre he sido músico (no trabajé de otra cosa) y de pronto me encontré en Los Angeles, en ese estudio, tocando con ese nivel de músicos y con, en mi opinión, el mejor intérprete de la música pop en español, fue algo increíble. Era un niño en Disneylandia. En esa época yo tenía muy marcadas las influencias de los grupos de los ’80s, como Earth, Wind & Fire, los discos de Quincy Jones… Yo supe que ese era un sonido que a Micky le gustaba y que estaba buscando. En las giras escuchábamos los mismos discos, y los comentábamos. La verdad es que en esa época yo no tenía mucha experiencia, pero sabía que para ese disco había una búsqueda, y yo como coproductor y arreglista podía ayudarlo a llegar a ese punto. Y eso es lo que logramos en Aries.
-Menciona a Quincy Jones, y muchos de los sesionistas de Aries tocaron también con él y en los discos que produjo para Michael Jackson…
-Sí, eran sesionistas de primera línea. John Robinson (batería), Paul Jackson Jr. y Michael Landau (guitarras) habían tocado en Off The Wall y Thriller, por ejemplo. Estaba lleno de nombres como Robbie Buchanan, Randy Kerber... A diferencia de lo que se había hecho en Romance -donde se rodearon de sesionistas, pero latinos- en Aries fuimos a buscar especialistas en R&B.
-¿Cómo fue el trabajo con Diego Boneta para la serie y cómo fue su propio trabajo? ¿Se usaron las pistas originales?
-Yo fui convocado para recrear todos los tracks originales de Luis Miguel, incluso desde el principio. Recreamos su primera actuación en un programa de televisión en Ciudad Juárez, cuando él canta con su papá “La Malagueña”. Ese estilo de tocar la guitarra de Luisito Rey se tuvo que rehacer, y fue bastante complicado, porque ese tipo de canciones no están regidas por un tempo específico, tienen errores. La primera canción que grabamos con Diego fue “Cuando calienta el sol”, que también requirió volver a las versiones originales para empatar cada tipo de sonido que se usaba en esa época. Incluso buscamos músicos que, aunque fueran de otra generación, también fueran fans de Micky. Lalo Carrillo y Víctor Loyo -bajista y baterista actuales de Luis Miguel- son algunos de los que grabaron las versiones.
-¿Que se haya decidido que sean versiones y no un playback es por un tema de derechos de autor, o por qué?
-Yo creo que fue eso. Y también siento que fue una de las cosas más lindas que hemos visto en la serie, porque cada episodio se basa en una canción y por el tremendo trabajo de Diego. Mis palabras hacia él fueron: “Luis Miguel tiene un estilo y una forma de cantar que hace que yo le crea todo; contigo tenemos que lograr lo mismo”. En la primera temporada quedó claro que se parecía a Micky y que podía actuar y cantar, pero en esta segunda canta todavía mejor que en la primera. Yo estaba del otro lado del cristal y lo escuché por primera vez, y algo sucedió. No sé si es que él ya se la creyó, o que fue tan bien aceptado, pero tiene puntos muy altos. En el episodio que canta “Hasta que me olvides” estuvo espectacular. Se le escucha la madurez y el crecimiento. Y cantó en los mismos tonos, no hubo cambios.
-¿Pudo comentar algo de esto con Luis Miguel?
-No en esta segunda temporada, pero sí en la primera. Me dijo que a él le había gustado mucho que yo esté involucrado. Yo llevaba 20 años sin verlo, y cuando me convocan lo único que pedí fue que él estuviera de acuerdo, que me diera su bendición. Una vez que nos vimos -repito, después de 20 años- le pregunté qué le pareció y dijo: “Kikillo, cuando yo supe que tú estabas involucrado, me quedé muy tranquilo”.
-Aries es también un disco muy representativo de los 90s. ¿Cómo ve la escena actual de la música latina? ¿Es posible hacer discos o canciones por fuera del trap y el reggaetón?
-Hoy lo urbano domina todo. Hemos tenido esta conversación con diferentes productores y personas de la industria, y todos le aplauden eso a Micky. Él no se va a doblegar ante el monstruo que es el reggaetón y todo lo demás. Creo que él se va a mantener en línea. Es un grande. Frank Sinatra nunca cambió de estilo, Vicente Fernández tampoco, los Rolling Stones siguen tocando “Satisfaction” de la misma forma... Hay gente que la tiene clara y siempre van a defender lo que es de ellos. Pero si algún día Micky decide cantar reggaetón va a ser espectacular, eso te lo aseguro (risas).
-Se sabe -de hecho, la serie así lo muestra- que Luis Miguel es muy exigente, con él y con aquellos que lo rodean. ¿Recuerda alguna situación que sirva de ejemplo?
-No puedo hablar de cosas privadas, pero sí de esto. Aries ya había salido, y de pronto en un ensayo -no dirigido a los músicos, creo que fue para la gente de iluminación- detiene todo y dice “aquí el único que se puede equivocar soy yo, nadie más”. Él está en todo. Y cada vez que tuve que recomendar algún músico para la banda, pensé en eso, en alguien capaz de subirse al escenario e ir con todo. La vara está muy alta.
-¿Hubo alguna conversación reciente con Luis Miguel? ¿Hay algún plan para trabajar juntos?
-Ahorita no hay ningún plan. No hemos hablado mucho por la pandemia. Sigo escribiendo canciones y estoy listo si algún día él me dice “oye, vamos a hacer un disco”. Y son canciones muy para él, son canciones que no son para ninguna otra persona más que para Luis Miguel.
-Hay que estar preparado para cuando llegue ese llamado...
-Voy a decir lo siguiente: cuando alguien te pide algo, siempre hay que responder “sí señor”. Después te las arreglas.
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