El músico habló sobre el contexto actual y sus formas peculiares de inspiración; se presentará hoy y mañana en Niceto Club
Kevin Johansen está feliz. "Tengo cara de cumpleaños porque estoy muy contento con la grabación que estamos terminando", explica acerca de la sonrisa enorme que se traza a lo ancho de su cara mientras toca su guitarra y canta en una nueva edición de Studio LN, un ciclo de shows especiales en los estudios de LN+ . Kevin está feliz porque se encuentra produciendo el sucesor de Mis Américas Vol. ½, un disco que le permitió presentarse a través de toda América Latina y también Europa durante los últimos dos años. "Mis Américas es uno de esos discos con el que uno tiene la ilusión de abrir caminos, mantener fieles a los fieles -si los hay- y además sorprender a algún desprevenido, a veces con alguna colaboración o simplemente con el estilo de alguna canción que por ahí rompe un poco con lo que uno suele hacer", cuenta sobre el trabajo que incluyó colaboraciones con Miss Bolivia, Palito Ortega, Marcos Mundstock, Pity Álvarez, Ricardo Mollo y más músicos amigos.
-¿Hay un concepto detrás del nuevo disco?
-Sí, soy muy titulero y me gustaba, porque anda dando vueltas, el término "algo-ritmos", otro juego de palabras indefectible. Me parece que estamos viviendo en la época de los algo-ritmos y de las fórmulas, y me resultó interesante jugar con eso desde la música, en donde de repente una ecuación se convierte en una mariposa. Cuando yo era adolescente, un joven imberbe, tenía mucha dificultad con la matemática porque mi madre era de letras y se ve que me hizo la cabeza, porque pensé que como ella no era buena, yo tampoco lo sería. Hasta que el rector de la escuela, que era el profesor de matemática, me dijo: "Kevin, la matemática es música", y ahí me sorprendió con esa verdad: hay mucha matemática dentro de la música y "algo-ritmos" también tiene que ver con eso.
-¿Recurrís a tus propias fórmulas para componer?
Hay un método para la locura: yo soy muy amigo del caos cuando compongo, pero a la vez sé exactamente dónde puse cada cosa, uno se conoce las manías. Y me gusta mucho sorprenderme con la reacción del otro. Hay canciones a las que quizá se le ponen todas las fichas y después no perdura o nadie le da bolilla, y otras que no se perfilaban como éxitos y finalmente tienen mucha repercusión. Me gusta sentir que uno toca un nervio propio y ahí es cuando ves que en los demás también resulta. Yo soy muy pudoroso con el afuera (aunque cuando entro en confianza sí soy un loco bárbaro) y me ha pasado con canciones relacionadas con algo profundo o inconsciente, de mucha entrega, que me daban pudor. No todos los artistas somos extrovertidos, yo soy una mezcla, por eso hay veces que me tengo que amigar con las canciones.
-¿Y después de tantos años cuesta lo mismo?
Una canción puede ser tan sencilla como algo que te puede salir en tres minutos o es directamente ciencia nuclear, "rocket science", como dicen.
-¿Cómo fue el vínculo con Pity y qué opinás sobre su procesamiento por homicidio?
-Fue muy linda la grabación con Pity y quedó genial su voz en el tema "Folky". No lo conocía de antes, pero nos entendimos bárbaro. Lamento mucho todo lo que sucedió. En persona me pareció un cálido y no era un "limado" que no conectaba, al contrario. Le deseo lo mejor.
Aunque los temas nuevos los estará presentando hacia fin de año, este fin de semana largo dará junto a su banda The Nada dos shows en Niceto Club, hoy y mañana. Además de "Es como el día", "Desde que te perdí" y "Anoche soñé contigo", el show de Studio LN incluyó tres clásicos de su repertorio: "Cumbiera intelectual", "Guacamole" y la canción que marcó un punto de inflexión en su carrera, "Down With My Baby", utilizada como parte de la banda de sonido de la tira Resistiré en 2003, protagonizada por Celeste Cid y Pablo Echarri. Antes de tocarla una vez más para el cierre, Kevin contó la historia del tema: "Siendo los The Nada unos 'desgenerados' con respecto a los géneros, le pusimos 'Barry White meets Nirvana' porque era un homenaje a su voz, y la eligieron para la novela: yo tenía otros temas, pero por algún motivo una canción en inglés tocó un nervio, pero esta historia siempre me remite a esa frase del músico senegalés Youssou N'Dour que dice: 'La música es el primer idioma'".
La mezcla de idiomas está también presente en aquel otro clásico de su repertorio, "Guacamole" (incluida en el disco The Nada, de 2002), en la que Kevin -nacido en Alaska, de madre argentina y padre estadounidense- entona una sucesión jocosa de palabras en español y en inglés al ritmo de una cumbia festiva. "De algún modo la inspiró un mentor mío en Nueva York, donde viví diez años (desde 1990 hasta 2000), Hilly Kristal, dueño del CBGB, el famoso antro legendario del punk rock. Tuve la suerte de toparme con él una década después y fue mi mentor, y me decía que me relaje, que componga en inglés y castellano, en spanglish, que haga un tango en inglés..., y así incentivó esa suerte de cadáver exquisito que es 'Guacamole'", cuenta.
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