Katy Perry se pasó la mayor parte de la pandemia en cuarentena, preparándose para dos grandes lanzamientos en agosto: su quinto disco, Smile, y su primera hija, llamada Daisy Dove Bloom. "Me parece una victoria que los fans tengan un nuevo disco y yo una bebé", dice Perry, riéndose en Zoom, con un look que ella define como de "adivina": una camisa de seda rosa y blanca y un turbante. En Smile, Perry usa la oscuridad que sufrió en 2018 luego de su separación de quien hoy es su prometido, Orlando Bloom, y la respuesta poco entusiasta que despertó Witness, de ese mismo año, liderado por un single subversivo sobre su depresión post elecciones, "Chained to the Rhythm". Smile mezcla desamor y esperanza, con un énfasis en esta última. "Es un disco que defiende la esperanza, la resistencia y la alegría", dice. "Ojalá que el público se contagie algunos de esos temas".
¿Qué porcentaje del disco habías terminado antes de la pandemia?
Había hecho el núcleo antes del 13 de marzo, que parece ser "el día" [en que todo cambió]. Yo venía de Australia y planeaba filmar un video grande para "Daisies". Pero en su lugar pasé a un modo de preparación para el apocalipsis. Terminé los últimos toques en una habitación con mi cuñado, que es productor. Después empecé a mezclarlo en el auto cerca de la playa. Esa fue mi oficina.
El año pasado, dijiste que querías tomarte una pausa y volver a la universidad para estudiar antropología, astronomía, egiptología y estudios comparados de la religión. ¿Cuánto duró esa pausa hasta que empezaste a hacer Smile?
Yo estaba muy metida en el loop de "componer un disco en seis meses, darle vida los siguientes seis meses, después salir de gira un año y medio", y repetirlo. Hice eso durante cuatro discos. Y me empezó a cansar mucho. La pausa para mí fue como decir: "No necesitás una estrategia para el disco. Que ocurra, si quiere ocurrir. Pensá en las otras cosas que podrías hacer y en las otras partes de tu vida que no exploraste". Le hice lugar a la idea de tener un hijo en el futuro. Todavía quiero ir a la universidad. Hay tantos sueños para soñar...
¿Qué canción te llevó más tiempo sacar a la luz?
"Smile" es probablemente una de las que tuve que revisar más, porque es la definición del disco. La canción habla del viaje que consiste en caer de cara al piso, perder la sonrisa, que te bajen los dientes y después tratar de volver. Fue un golpe de humildad. Pasé por mucha mierda no muy divertida, pero acá estoy de pie, y mejor. Y esa historia había que contarla bien.
Como jueza de American Idol y directora de tu propio sello, Unsub, has tomado un papel de mentora. ¿Es algo que te gustaría hacer más?
El próximo año, más o menos, quiero hacer la transición hacia ser una buena mamá. Disfruto mucho de conectar con gente a través de la música. No lo siento como un trabajo difícil. No voy a hacer nada que no ame, porque soy muy genuina y me cuesta fingir. Fingí un poco en Witness. Eso no funcionó, la parte de estar de gira y fingir que estaba feliz. Tengo 35 y quizás sea un tercio de mi vida. Quiero cumplir con los sueños que me queden. Esos sueños quizás sean solo ser madre. Quizás sean ir a la universidad o dirigir un enorme sello discográfico.
Dijiste que Witness era un disco de "pop con un propósito" y te pasaste todo el ciclo lidiando con la experiencia de ser una figura pública a la luz de las elecciones de 2016. ¿Qué significaba eso?
2016 fue interesante, y sentí que sabía que, si no tomábamos las decisiones correctas, la mierda iba a dispararse para todos lados. Cuando exploté [como estrella de pop], vivíamos con otra mentalidad. O al menos yo. Tenía veintipico. No era tan difícil como ahora. No había una división tan grande. La desigualdad estaba bajo la alfombra. No se hablaba de ella. Ahora está frente a nosotros.
¿Querés comprometerte más con la política en el futuro?
Siento que no puedo sacar un disco escapista. Creo que mi trabajo como artista es observar, digerir, y servir. Lo que observé me hizo cuestionar cosas. Espero que los oyentes también puedan cuestionar. Obviamente, hay canciones en mis discos con las que podés tomarte un trago y pasarla bien. Es algo que me gusta, porque es entretenedor. También soy simplemente una estrella de pop. La idea de que sos solo una cosa y que tu voz no cuenta es una historia vieja. Todas las voces cuentan.
Poe Brittany Spanos - Desde Rolling Stone USA
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