Justin Timberlake: la caída del chico dorado del pop, luego de su arresto en los Estados Unidos
Viejos rencores de viejos amores, ventas que no son las esperadas y una detención complican el presente del músico, en medio de una gira de shows por los Estados Unidos y Europa que no remonta
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Un ácido informe de Page Six da cuenta tanto de los pormenores de la detención de Justin Timberlake, el martes pasado, como de un relevamiento de episodios que al cantante no le permiten reencausar su carrera, al menos en el nivel que se espera de él. “¿La última patada al ego de Justin Timberlake?”, escribe Sara Nathan en su informe.
El policía que lo arrestó en Sag Harbor Village, en el estado de Nueva York, el último martes, no llegó a reconocerlo. Fue por DWI, sigla que significa Driving While Intoxicated (cuando se evidencia consumo de alcohol, drogas o cualquier medicamento o sustancias). El policía le preguntó cómo se llamaba. “Justin -respondió en voz baja y continuó-. Esto va a arruinar la gira”, le habría dicho después al policía, que no tenía idea de qué hablaba ese hombre de 43 años que tenía enfrente. “¿Qué gira?”. Y Justin le respondió: “La gira mundial”. La detención se debió a que la policía notó que no se detuvo en un semáforo y tampoco conducía por el carril que le correspondía.
El supuesto diálogo quizás solo haya sido un rumor para agrandar la historia. Lo cierto es que este tipo de situaciones golpean significativamente la carrera de los famosos. Esto quedará como una mancha en su historia, se olvidará en uno años o, lo que también puede ser probable, afectará de algún modo su actual tour. En la madrugada del martes, el músico fue trasladado a una comisaría y para la mañana de ese día ya estaba en la calle. Ni siquiera tuvo que pagar una fianza. Sin embargo, le iniciaron una causa y la primera citación que tiene fue agendada para el próximo miércoles. Justo ese día, el 26 de junio, pero por la noche dará un concierto en el Madison Square Garden, en el marco de su gira The Forget Tomorrow World Tour. Además de este concierto, tiene agendados otros 67 hasta el 20 de diciembre próximo, en ciudades de los Estados Unidos y Europa.
Justin no viene con viento a favor, si se atan algunos cabos que tienen que ver con la performance, en cuanto a números de los últimos tiempos. Tampoco en cuestiones referidas a su vida privada y su pasado. Recordemos primero su contexto, para luego entender el tipo de exigencia que pesa sobre él.
Justin nació en Memphis, el 31 de enero de 1981. Comenzó su carrera como cantante y actor de niño, en programas de televisión como Star Search y el Club de Micky Mouse. A finales de los noventa formó parte de la boy band mundialmente famosa *NSYNC y luego de la disolución del grupo emprendió una carrera solista con buenos logros, aunque hoy no esté en su mejor momento. También atravesó romances tormentosos, como el que mantuvo con Britney Spears, que hoy, a más de dos décadas, le sigue trayendo problemas. A principios de la década pasada formó una familia junto con la actriz Jessica Biel, con quien se casó en 2012 y tuvo dos hijos.
Otras eran las épocas en las que, con los primeros álbumes de *NSYNC vendía 10 millones de copias y se ubicaba en la cima de los rankings. Everything I Thought It Was es su flamante álbum solista, que lanzó el 15 de marzo pasado, a seis años del estreno del disco anterior. Por tratarse de un artista de proyección mundial se esperaba que su álbum estuviera entre los más escuchados y bien rankeado en los charts. Sin embargo, a un mes de su salida, ni siquiera aparecía en el Billboard 200.
En los portales estadounidenses de celebrities no lo tratan de la mejor manera. Según US Weekly, su relación con Biel no estaría pasando por su mejor momento y este incidente no haría más que empeorar las cosas. La actriz, por su parte, justo por estos días se encuentra en Nueva York, filmando una película. Justin, en cambio, sigue canalizando su actividad profesional en la música y no sería el más recomendado a la hora de armar elencos en Hollywood. Incluso, según el informe de Page Six, las últimas críticas sobre Reptile, el thriller de Netflix estrenado el año pasado, lo consideraron como un Ben Affleck en Gone Girl.
Los frentes de tormenta que se abrieron en los últimos tiempos no solo tienen que ver con cifras de ventas, giras, o el detrás de escena del mundo del cine. Las redes sociales también causaron un efecto negativo para su carrera. Para ir calentando motores, en enero de este año Timberlake anticipó la primera canción de lo que dos meses después se conocería como Everything I Thought It Was. Casi a modo de cuenta regresiva, su sello anunció que el lanzamiento de la canción “Selfish” se trataba de la antesala a la llegada de su álbum, previsto para marzo. El corte comenzó a sonar con ganas, aunque no pudo evitar un llamado a boicot en su contra.
“Selfish” habló de una obsesión: “Tus labios están hechos para los míos. Y mi corazón se detendría si no latiera por ti todo el tiempo. Si me pongo celoso no puedo evitarlo. Quiero cada parte de ti. Supongo que soy egoísta”, admite, en lo más alto de sus agudos. “Es malo para mi salud mental. No puedo evitarlo. Cuando sales así, pero no puedes esconderlo, eres culpable. Cariño, no puedo culparte. Me alegro de que tu madre te tuviera. Me vuelves loco”.
¿Y quién será esa chica? Se preguntaban sus fans. Britney Spears seguro que no. Y fue la legión de fans de la cantante la que actuó en consecuencia, al hacer que un tema que Spears grabó hace más de una década y que, justamente, se llama “Selfish”, trepara en los charts de reproducciones de canciones en plataformas digitales. Aunque en su momento pasó un tanto inadvertida, la canción de la ex Princesa del Pop se publicó originalmente en la edición de lujo de su álbum Femme Fatale (2011) y fue la que en enero de este año entró en Top 40 de la lista de iTunes de los Estados Unidos, el mismo día en que Timberlake lanzó la canción homónima de su último álbum. Para la noche, la canción de Spears ya había llegado al cuarto puesto.
Algo así como un gesto despechado y tardío, aunque Britney no tuviera nada que ver de manera directa con esto. Seguramente los seguidores de la cantante encontraron esta manera original y no agresiva de plantarse frente al músico, luego de las declaraciones de Britney en su libro autobiográfico The Woman in Me (La mujer en mí)”; allí contó que se sometió a un aborto durante su relación con Timberlake porque él “definitivamente no estaba contento con el embarazo”.
Un gesto orquestado
La cuenta BritneyxYtube se atribuyó el mérito del ingenioso movimiento y afirmó que todo “comenzó como una broma” cuando Timberlake anunció el título de su nuevo sencillo. Luego, los fanáticos especularon en broma que Spears estaba haciendo un gran regreso con una “canción nueva”. El esfuerzo orquestado rápidamente ganó impulso, gracias a la antigua canción “Selfish”, al top 40 de la lista de iTunes de los Estados Unidos, con la mira puesta en el top 10.
Por otra parte, cuando Britney publicó su libro, algunos medios estadounidenses trataron de llegar al cantante para tener su opinión. Solo se alcanzaron “fuentes cercanas”, que afirmaron: “Justin se ha centrado en su propia familia y ha tratado de no preocuparse por las memorias de Britney. En los últimos años, Justin ha intentado ‘apoyar a Britney a la distancia’. Salieron hace mucho tiempo, pero él todavía la respeta. Justin y [su esposa] Jessica Biel solo quieren que todos crezcan y evolucionen, en lugar de seguir sacando a relucir el pasado”, publicó ET.
Con tantos frentes abiertos, resta ver si Timberlake puede continuar normalmente con su gira y remontar su carrera, o todo irá por el mismo sendero. Los memoriosos seguramente recuerdan cuando actuó en Super Bowl de 2004 y para el final del minishow arrancó la parte superior del vestido de Janet Jackson y dejó una parte de su torso al descubierto. Veinte años ya pasaron de aquel incómodo momento. Tropiezos tuvo muchos, y los ha superado.
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