Jungle: "Si el primer disco se basó en la estética, esta vez se trata de las emociones"
Cuando Josh Lloyd-Watson y Tom McFarland empezaron a darle forma a su álbum debut hace seis años, eran dos pibes que se conocían de la primaria, que armaban beats y jugaban al Grand Theft Auto V, aislados en un pequeño cuarto de Shepherd's Bush, en el centro de Londres. De ese encierro surgió Jungle, el disco homónimo y debut del dúo de mismo nombre que mezcla soul, funk, disco y electrónica, cargados de falsettos que, como en una máquina del tiempo, teletransportan a los últimos setenta.
Empujados por un sonido familiar y una serie de videos atractivos y memorables protagonizados por breakdancers -de seis a setenta años y vestidos de Adidas- con mucho swing, el colectivo soul integrado por siete personas con el que se presenta en vivo enamoró a medio millón de personas en el Reino Unido hasta convertirse en disco de oro, ser la banda sonora de varias publicidades y girar por todo el mundo durante cuatro años en los festivales más importantes del mundo.
En medio del "sueño americano", los Jungle se mudaron a Los Ángeles persiguiendo corazones y buscando componer nuevo material desde la costa oeste, lo que concluyó en For Ever, el segundo disco, editado a fines de 2018, cimentado sobre rupturas, desilusiones, falsas expectativas y ritmos muy similares al trabajo anterior.
En cada canción Josh y Tom lamentan aquellas experiencias con final trunco, como en "Casio", cuando todos tus sueños se fueron, y seguís aguantando, esperaste demasiado tiempo... "Beat 54" le rinde honores cuasi literales al mítico club nocturno y desde su letra se quejan: "¿Cómo pude ser el mundo entero para vos? Ahora nos sentamos en pasto artificial y no lo puedo creer".
"Si el primer disco se basó más en una estética de sonido, esta vez se trata más acerca de emociones reales", dice McFarland desde el otro lado del teléfono, desde Oakland, California, en medio de la gira por Estados Unidos, que seguirá por Europa, Australia y luego los traerá a Buenos Aires, el martes próximo, en el Teatro Vorterix (Av. Federico Lacroze 3455).
-¿Ustedes dicen que este disco fue sanador?
-Por primera vez pudimos plasmar todo lo que pensábamos, pensamientos, emociones, las buenas y malas experiencias, en un álbum que nos hizo más fuertes. Josh se fue a vivir a Los Ángeles por una novia y la idea fue empezar a componer nuevo material desde California, pero luego ambos rompimos estas relaciones amorosas y, en medio de tantos cambios y confusiones, volvimos a Londres, donde están nuestras familias, amigos, la banda y donde crecimos, donde se terminó de editar el álbum.
-¿Cuáles son las principales diferencias entre Jungle y For Ever?
-Creo que en el primer álbum fuimos un poco más inconscientes y audaces. No entendíamos de ciertos procesos que luego nos resultaron más intimidantes a la hora de sacar nuevo material. Cuando sos joven y estás empezando, sos más descarado y atrevido, y esa ingenuidad te ayuda a no encorsetar los procesos de creación y poder ser lo más libre posible. Claro que tampoco tenés experiencia, pero el éxito que logramos con el primer disco y el tiempo que nos tomamos para girar con Jungle nos dieron la confianza para volver a componer desde un lugar de mayor madurez y experiencia.
-¿Por qué cantar canciones alegres con letras deprimentes?
-Nuestro estilo musical es el mismo, pero en este disco afloraron los sentimientos. Estuvimos dispuestos a abrirnos y dejar que las emociones fluyeran. Y si está acompañado de buenos ritmos y con mucho groove, mejor. Siempre tratamos de movernos hacia adelante.
-Jungle es una banda que tiene una gran estrategia detrás. No es solo la música, sino que la dirección artística de los videos está pensada desde adentro. ¿Por qué le dan tanta importancia a la estética como a la música?
-Nos gusta trabajar con gente muy creativa y cuando encontramos una estética que nos funciona, nos apegamos a ella. Desde el primer disco ideamos una serie de videos que funcionan de manera progresiva como una historia. A Josh, que además estudió diseño gráfico, le gusta estar detrás de la dirección creativa de cada idea audiovisual, y nuestro amigo Charlie (Di Placido) nos ayuda a concretar las tomas que buscamos, bajo las coreografías de Nat ZAngi, que también es de la familia Jungle.
-Hay una progresión de los personajes del primer álbum en este, y es la primera vez que aparecen los integrantes de la banda en cámara.
-Esta vez nos pareció divertido pensar los clips de una manera distinta que en el anterior y dejar algunas pistas a lo largo de los clips para los verdaderos fans de la banda. También, que se leyera como una historia en conjunto, como un viaje donde finalmente aparecemos nosotros en situaciones casuales. Nos pareció distinto, y una gran manera de presentarnos como banda.
-¿Qué videoclips te marcaron?
-Me acuerdo de levantarme a la mañana con los MTV hits del momento y que suene "Street Spirit (Fade Out)", de Radiohead. Me acuerdo de que me volaron la cabeza el tema y el video a la vez, o también "No Surprises", el video en el que aparece Thom Yorke en un primer plano, ahogándose.
-¿Qué recuerdan de sus últimas visitas a la Argentina?
-Me acuerdo de que fue una locura porque en nuestra primera visita, el club (Niceto, en 2015) ya estaba lleno y nunca esperamos eso en suelo argentino. En el Lollapalooza (2016) tocamos temprano a la tarde y tampoco teníamos expectativas. Ya para ese horario estaba lleno de gente que se sabía los temas y eso siempre es algo sorprendente cuando cruzás todo el mundo. Esperamos volver a tocar y que sea todavía mucho más divertido de lo que fue la última vez, ahora que tenemos nuevo material.