Julieta Venegas y su primer show íntimo en streaming: "Es un momento para dar prioridad a los vínculos"
"La voz y el instrumento. Nada más". Con estas armas, Julieta Venegas se propone generar cercanía en tiempos de distanciamiento en un show íntimo que ofrecerá este sábado en vivo, vía streaming, a partir de las 21 horas.
Con la banda chilena Yorka como telonera, la compositora e intérprete mexicana recorrerá sola al piano y con su acordeón, cuatro y guitarra desde Café Vinilo varios de sus éxitos, temas reversionados y sacados "del baúl"; nuevos y de otros de artistas. Las entradas están disponibles en https://www.julietavenegas.live/.
El formato de proximidad, que implementa en modo virtual, representa para la cantautora un "volver a lo esencial de las canciones y del encuentro" y le ha permitido nuevas aproximaciones a su propia música, cuenta desde su casa en diálogo con LA NACION. Desde hace unos años, la ganadora de siete premios Latin Grammy cambió de vestimentas y prescindió de su banda, de su manager y de su "disquera" para alejarse de la dinámica frenética de los shows masivos y de las giras y permitirse otras búsquedas.
En Buenos Aires, ciudad en la que vive desde hace varios años, su cuarentena ha tenido diversas caras: la dark, la filosófica, la triste y la de la vuelta a las canciones.
"Estuve enfocándome en temas que hacía mucho que no tocaba, en reversiones de lo que era un formato más grande o un disco, es casi como desarmarlos y eso me parece lindo y crea cercanía. Es otra manera de escucharlos y, para mí, de interpretarlos. Es como volver al paso uno cuando todavía era el momento en donde no los había arreglado ni producido. Volver a ese lugar con estas canciones es lindo. Me hace redescubrir algunas o encontrarme con el momento de mi vida en que escribí otras".
¿Cómo una Vuelta a Ítaca? "Sí, como desarmar todo. Y es chistoso porque recién ahora estoy empezando a construir canciones nuevas, que escribí en cuarentena y que venía tocando sola en mi casa, porque las disfruto", apunta.
Así, mientras acompaña a su hija Simona con las tareas de la escuela, las cuales le están sirviendo para conocer aspectos que ignoraba de Argentina; ensaya alguna vieja canción, se vuelca en las nuevas y se muestra eufórica tras una nueva adquisición que le permite grabar su música en casa. "Me conseguí un patrocinio con Live y con Arturia, que son sintetizadores virtuales y Live es un programa increíble que usa todo el mundo, y me la paso todo el día sentada en la compu feliz. Empecé a tomar clases de Live y es muy fácil de usar y lindo para producir y probar cosas. Estoy flotando, como si hubiera conseguido un novio, aunque ¡tengo novio!", aclara riéndose. Pero insiste en que estos días nadie le quita "esa sensación de maripositas" en la panza ante sus nuevos equipos. "¡Quiero dormir abrazada a mi compu!".
-¿Cambió tu forma de encarar los procesos creativos?
-Sí, un montón. Ha cambiado mucho porque desde hace tres años como que solté todo. Como que no tenía muchas ganas de grabar, ni siquiera de pensar en escribir para un disco. Decía: ‘quiero escribir porque quiero escribir, y ya’ -lo ha venido haciendo a través de su blog-, y cuando empezó la cuarentena me encontré con la necesidad de escribir por una cuestión casi como de darle estructura a mi día. Y de repente me di cuenta de que no tenía nada para grabar en casa. Tenía el piano y un metrónomo y dije: listo, empiezo a escribir canciones. Empecé y eso estuvo lindo.
-¿Qué Julieta fue apareciendo en estas nuevas composiciones?
-Una cuestión como de pulir mucho las canciones y de sentirlas mucho. De tocarlas todo el tiempo. Antes me pasaba que cuando escribía, inmediatamente las grababa y las empezaba a tocar en vivo. Todo era como al mismo tiempo. Ahora estoy disfrutando mucho de cada una y las tengo muy asimiladas. Esta vez sí las puedo grabar sin mirar el cuaderno, me sé todo perfecto porque las vengo cantando un montón en casa.
-¿Con la idea de autoproducirte?
-Toda la vida he hecho los demos en casa y estoy disfrutando mucho esto, luego veré con quién las voy a trabajar, porque me gusta también empezar a sumar a gente, otras cabezas, para no perderme en la subjetividad. Es linda la colaboración, pero en este punto necesito soledad para encontrarles primero dirección, instrumentación, pensar lo que quiero.
"De ahora en más debemos pensar qué hacemos con nuestro cuerpo"
Entre sus nuevos temas, la artista compuso una melodía con tintes de cumbia inspirada en un texto del poeta chileno Raúl Zurita, con cuya obra empatizó especialmente en los meses de encierro. El poema que la "obsesionó" se titula Guárdame en ti.
"Quizás por estar en medio de todo esto tan duro me llegó mucho la idea del texto de este autor que no deja nada en el tintero y que es en relación a que alguien, cuando ya haya pasado todo, te guarde. Porque lo que está diciendo es: cuando todo esto pase, cuando ya se termine, guárdame. Y es linda esa idea. Primero traté de musicalizar el poema, luego intenté otras maneras; reescribí la canción varias veces y acabó siendo algo inspirado en...", cuenta.
-¿Recomendarías alguna lectura para estos tiempos?
-De ficción, Tres cuentos espirituales, de Pablo Katchadjian. Soy muy fan suya. Creo mucho en las experiencias literarias y para mí él te lleva a ese lugar, te saca de la realidad. El libro tiene una combinación como entre lo absurdo y algo de humor, y como de un mundo paralelo. Te hace pensar que está pasando una cosa y de repente te das cuenta de que es muy simple lo que te está contando. Luego, Oficio de tinieblas, de Rosario Castellanos, que retrata muy bien el conflicto entre indígenas y blancos de Chiapas, y Compañeras, de Hilary Klein, que habla de cómo el zapatismo cambió la vida de las mujeres indígenas. Es muy inspirador porque son mujeres luchando por ser libres desde sus casas, con sus parejas, con sus familias, todo eso que, de alguna manera, refleja lo que todas queremos reconstruir: una sociedad distinta.
Es tan duro lo que está pasando, tantas personas que han perdido a sus seres queridos, que lo más importante son nuestros afectos
-¿Qué se te ha pasado por la cabeza en estos meses?
-Más que nada lo de este mundo desigual que tenemos, ¿no? Esto genera una situación para muchas personas bien al límite y me parece que hay que mirar hacia lo colectivo, hacia las personas que tenemos alrededor y cómo la están pasando, por el lado de lo que podemos generar: más cooperación entre quienes necesitan nuestra ayuda, en lo que podemos sumar y en el sentido de más familia. Nuestra prioridad siempre debe ser lo vincular. Siempre menciono a ese ser del bien que es Rita Segato, que habla de darle importancia a nuestros vínculos. Y creo que esta época nos hace ver eso. Es tan duro lo que está pasando, tantas personas que han perdido a sus seres queridos, que lo más importante son nuestros afectos. Y todo lo demás se va a construir alrededor de eso. Siento que esta época nos ha demostrado eso, que lo más importante es la gente que queremos, que estén bien, con salud.
-¿Cómo está siendo tu dinámica diaria en el hogar?
-Con mi hija somos cuidadosas y ella siempre dice: lavémonos las manos, desinfectemos lo que compramos. Tenemos mucha escuela y me toca acompañarla en las materias. Es trabajo pero también es algo lindo; estoy aprendiendo un montón de cosas, muchas sobre Argentina, porque evidentemente yo no estudié acá.
-¿Seguís eligiendo Buenos Aires para vivir?
Sí. La verdad es que sí.
-En noviembre cumplís 50 años, ¿se te ocurre algún deseo?
-Sería bueno pensar que este momento nos va a ayudar para el de aquí en adelante: qué hacemos con nuestro cuerpo, porque al final esto se convierte en una cosa con nuestro cuerpo, con cómo nos alimentamos, cómo nos cuidamos, cómo cuidamos a los demás, si seguiremos en un automatismo en el que vivimos donde priorizamos cosas que no lo son tanto, como el consumo, el tener o las ambiciones, o el valorarnos individualmente y a las personas. Me parece que hay que rescatar algo de todo esto.
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