Julian Lennon: el debut como músico y por qué de chico tuvo más fotos con Paul McCartney que con John, su papá
Se cumplen 40 años del lanzamiento de Valotte, su primer disco; por qué no pudo tener una carrera regular en la música, la canción que le dedicó Paul y el ácido comentario de John
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Para mediados de la década del ochenta, uno de los recursos gráficos para el arte de tapa de los discos era echar mano a un efecto sepia, que diera una idea de algo antiguo o atemporal. Quizás fue una manera de tomar distancia de los colores estridentes de la new wave de aquellos años. Para su primer álbum, Valotte, Julian Lennon había elegido esta estética. Se lo ve sentado al revés (con los brazos apoyados sobre el respaldo) en una banqueta alta. El sepia envejece la postal para llevarla a una escena de finales del siglo XIX.
Quizás también haya algo para buscar en su propia historia en el mismo instante en que comienza a sonar la primera canción -”Valotte”, justamente, se llama- porque tiene un poco de esas baladas que llevaron la firma de Lennon-McCartney. Incluso, la voz de Julian se parecía bastante a la de su padre y hasta había en su modo compositivos giros del tio Paul. ¿O cuál sería el rol que debió tener en esta historia McCartney? ¿El padre que Julian no tuvo?
“¿Qué esperabas? Creo que quiere más a Paul que a mí. Tengo sentimientos encontrados al pensar que hubiera querido que Paul fuera su papá. Desafortunadamente le toqué yo... Debe ser difícil ser el hijo de cualquiera. Es un chico brillante y le gusta la música”, dijo una vez John Lennon.
En la vida de Julian Lennon (no solo en las canciones) hay una mirada contemplativa del mundo que tiene que ver también con el documental, la fotografía, la literatura y otros caminos que ha decidido tomar a lo largo de su vida. La música tuvo su protagonismo entre 1984 y 1988, luego diversificó sus actividades. En 2011 volvió a intentar con un nuevo álbum y once años después regresó a las bateas, que ya eran digitales, con Jude, su más reciente registro.
Los beatleros enseguida entenderán que el nombre es una referencia a la banda de su padre y al tema que le dedicó Paul McCartney. La canción “Hey Jude” la escribió McCartney para Julian, cuando John Lennon y su esposa Cynthia Powell se separaron. El niño tenía apenas 5 años cuando recibió este regalo inicialmente llamado “Hey Jules”, aunque luego, por cuestiones de musicalidad se cambió a Jude.
“Oye Jude, no lo hagas mal. Toma una canción triste y hazla mejor. Recuerda dejarla entrar en tu corazón. Entonces puedes empezar a hacerlo mejor”, cantaba. En realidad, Paul nunca le dijo que la compuso para él. Pasaron muchos años para que Julian se pudiera asumir como protagonista de esa historia de tres minutos.
Cuando Lennon fue asesinado, Julian tenía 17 años, aunque había pasado más de una década desde que su padre no vivía con él ni con su madre (su medio hermano, hijo de Yoko Ono, Sean Lennon, ya tenía cinco años). Tal vez hubo cierta reciprocidad en los sentimientos de John y de Julian. “Paul y yo solíamos estar juntos mucho más tiempo del que estábamos mi padre y yo. Teníamos una gran amistad y parece que hay más fotos de Paul jugando conmigo que las que tengo con mi padre”.
Claro que ese disco de 2022, Jude, es la resultante de un largo proceso de transformaciones en la vida de Julian. “Soy Jude y no tengo miedo en serlo, eso fue parte del cambio. Este fue un viaje que emprendí y llegué a un punto de aceptación sobre qué es el pasado, qué es la herencia, qué significa todo, cómo encaja, y entendí que si me adueñaba del nombre iba a llegar al punto de ser valiente”, explicó hace dos años Julian, durante una entrevista con LA NACIÓN.
Su debut discográfico nada tiene que ver con esto. Fiel a ciertas costumbres inglesas que tiene como mandato poner tres nombres a los recién nacidos, el primer nombre de Julian fue en realidad el mismo que el de su padre. Figura como John Charles Julian Lennon, nacido en Liverpool, Inglaterra, el 8 de abril de 1963. Pero se impuso el tercero, Julian, que fue en honor su abuela Julia Lennon, fallecida cinco años antes de su nacimiento.
Su carrera en la industria del disco comenzó con todo el peso de su apellido y un par de hits que traía ese primer intento llamado Valotte. El tema que sonaba en todas las FM fue “Too Late for Goodbyes”. También se escuchó mucho “Valotte”. Muchos pensaron que este último era un tema inédito de su padre, por el estilo compositivo. Sin embargo, Julian aclaró que lo había compuesto con su amigo Justin Clayton. Y terminó siendo una de esas grandes baladas de los ochenta.
Tan en serio se había tomado la música que cuando compuso esas canciones y grabó un demo para enviarlas a las compañías discográficas para ver si alguna se interesaba, no mandó el material con su verdadero nombre. El director de Charisma Records supo que allí había a un nuevo artista para fichar. Lo contrató y Phil Ramone fue el productor de aquel disco que tuvo como primer escenario de trabajo al castillo francés Manor de Valotte. Era 1984, Julian cumplía 21 y ya era popular en el gran mercado de la música.
Cynthia Powell, que vio con cierto temor los inicios de su primogénito en el mundo de la música, decía : “Me sentí contenta por él pero al verlo cantar sentí un déjà vu. No sólo era ver la historia de John de nuevo sino que Julian tenía que llevar la carga de ser su hijo. Temí que fuera demasiado peso y demasiado pronto. Más que ser visto como un artista nuevo, se lo veía como un aspirante al trono de John, que jamás hubiera querido esto para él”.
Más allá del arte de tapa, y de aquella primera balada que pudo haber sido escrita también en los sesenta, Valotte es un álbum de su época (por el sonido de guitarras y de sintetizadores, por las baterías electrónicas). También hay algún resabio setentista, en canciones como “Say You’re Wrong” y “Ok For You”.
Luego de Valotte publicó, hasta finales de los noventa, The Secret Value of Daydreaming, Mr. Jordan, Help Yourself, Photograph Smile. Y recién volvió a grabar canciones para el sexto registro discográfico de su carrera, Everything Changes (2011). En esa primera tanda de álbumes hay una canción llamada “I Don’t Wanna Know”, cuyo video es una parodia a toda la histeria que rodeó la carrera de los Beatles, contada por un grupo llamado “The Butlers” (los mayordomos), al mejor estilo Peter Capusotto y sus videos.
Luego de Everything Changes, Lennon volvió a actividades de menor exposición, aunque dentro del campo artístico y cultural, como la fotografía y los documentales. Ya en 2007 había presentado Whale Dreamers, sobre una tribu aborigen de Australia y su relación con las ballenas. El medio ambiente está siempre presente en sus trabajos. Ha publicado libros infantiles como Touch the Earth, Heal the Earth y Love the Earth (este último se editó en 2019) y la novela gráfica infantil The Morning Tribe, en 2021. Ese mismo año también fue distinguido con el World Literacy Award por su labor de promoción de la alfabetización a través de la fundación The White Feather Foundation.
Desde esta fundación, en 2015 lanzó el programa de becas para niñas de Kenia llamado “The Cynthia Lennon Scholarship for Girls” (fue en el mismo año que murió su madre). En septiembre de 2020, Julian Lennon también fue galardonado con el premio CC Forum Philanthropy en Mónaco y recibió el premio Cross-Cultural and Peace Crafter Award 2020 del Centro para la Paz de la Unesco.
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