En una larga entrevista con LA NACION, el músico habla de la influencia de la música argentina en su carrera, la situación actual de Colombia y las canciones que lo marcaron de por vida
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“Origen para mí es el principio de todo. Es Colombia, es mi familia, es Medellín, es mi casa, es la infancia... en este momento de la vida siento que el origen está ahí”, reflexiona Juan Esteban Aristizábal Vázquez, más conocido como Juanes. Justo antes de que la pandemia lo sorprendiera, el artista se había propuesto viajar en el tiempo y encontrar aquellas canciones que lo marcaron para siempre.
Así nació Origen, su último disco, que llega de la mano de un documental disponible en Amazon Prime Video. “Este álbum es un viaje hacia ese lugar en donde comenzó todo, recorriendo los caminos y madurando también, porque madurar hacia la infancia es algo clave en este momento de mi vida”, le cuenta Juanes a LA NACION desde Miami, en un mano a mano videollamada mediante. “Recordar, aclarar y dejar en claro quién soy realmente, por qué estoy aquí y qué me hizo tomar ciertas decisiones en la vida, sobre todo la de dedicarme a la música”.
“Comencé a grabar este álbum en enero del 2020 y lo terminé en marzo, justo cuando empieza la pandemia de Covid-19. Ya en casa empecé este proceso de decir, ‘¿Qué hago ahora?’, y fue muy loco porque me puse a componer, algo que no tenía planeado”, explica entusiasmado y feliz. “Llevo un año haciendo música nueva y ha sido increíble, porque lo pude hacer teniendo un poco más en claro quién soy, qué sonido busco y cómo lo quiero proyectar. Todo gracias a Origen”.
-¿Cómo fue el proceso de selección de estas canciones?
-Largo, lleno de emociones y de recuerdos alegres y tristes. En un principio hice una playlist de 50 canciones, pero obviamente tuve que sacar algunas. Trabajé con el productor argentino Sebastián Krys, con quien tengo una gran amistad, y juntos nos sentamos a ordenar las canciones en etapas: infancia, juventud, adultez. Así llegamos a estos temas que son muy representativos, como el de Gardel (”Volver”) que mi papá y mis hermanos cantaban todo el tiempo cuando yo era pequeño. Luego la etapa de Julio Jaramillo y más adelante la época del rock en español o lo más Caribe como Juan Luis Guerra. Todos esos elementos fueron tenidos en cuenta para crear una línea conductora. Fue un proceso enriquecedor y sanador, hacer este homenaje a los artistas que tanto admiro fue muy especial.
-Y a nivel emocional ¿Cómo fue encontrarse con ese Juanes niño y adolescente durante el proceso?
-Importantísimo. En mi casa la infancia fue maravillosa, a pesar de que me tocó una época muy dura ya que nací en el 72 y crecí en la Colombia convulsa de los 70 y los 80. Pero mi casa era como un refugio con música, guitarra y canciones. Siempre cantábamos con mis hermanos después del colegio. Creo que haber regresado a ese lugar ha sido importante. En el camino de la vida, por el mismo trabajo y por los hábitos, se te van olvidando ciertas cosas que son parte de la esencia. Haber vuelto a conectar con eso fue realmente muy importante y marca un nuevo rumbo para mi futuro.
-Entre los artistas que elegiste homenajear están Fito Páez y Carlos Gardel ¿Qué conexiones musicales has tenido con Argentina a lo largo de tu vida?
-Realmente muchas. En mi casa la música de los hermanos Visconti (Abel y Víctor; Los Visconti) era demasiado importante, o la de Los Chalchaleros. Yo iba a clases de guitarra y lo que aprendía eran zambas y chacareras, algo muy particular. Gardel también, veía sus películas en blanco y negro y me sabía las canciones, también tenía los vinilos porque mi hermano cantaba esos temas con mi papá. Medellín es una ciudad tanguera por excelencia. La primera vez que fui a un recital fue a ver a los hermanos Visconti. Tengo una foto con ellos que guardo con mucho cariño: mi primer concierto. Ni hablar del rock en español, de la influencia de Charly García, Fito Páez, Soda Stereo, Gustavo Cerati, Los Fabulosos Cadillacs... han sido muy importantes en un momento histórico de Latinoamérica en donde Colombia recibía toda esa información que venía de Argentina, y también de México, que de alguna forma nos inspiró para siempre.
-Además de la música hay un fuerte apoyo desde lo audiovisual en los videoclips ¿Cómo fue grabarlos?
-Hoy en día lo audiovisual es fundamental, por lo menos para mí, por eso decidimos hacer este documental pensándolo como un homenaje a la música en la televisión. Buscamos esos momentos históricos e icónicos, como cuando los Beatles fueron a tocar por primera vez a Estados Unidos en el show de Ed Sullivan, y tratamos de recrearlos. Además, durante el documental invitamos a Fito Páez, a Joaquín Sabina, a Juan Luis Guerra y a Ziggy Marley y les mostramos la canción que grabé de ellos, o en el caso de Ziggy la de su papá, a cada uno en vivo. Fue un momento de terror, tres minutos eternos en donde estás viendo cada reacción que tienen, pero cuando sale la primera sonrisa te relajás, o cuando ves los gestos de Fito en el piano, a Juan Luis estallando de alegría, a Joaquín con serenidad pero con sus palabras profundas... ¡No puedo explicar la alegría que me dio ver eso después de haber trabajado con tanto cuidado y cariño cada tema.
-A lo largo de tu carrera interpretaste a Metallica, compartiste escenario con Raphael, con Joaquín Sabina ¿Qué es lo que hace que a la hora de hacer música te expandas y te permitas ir más allá del rock, sin encasillarte en un solo género?
-Yo comencé con la música desde muy pequeño, y fue a través de la música popular que yo llegué a tocar la guitarra y a conectarme con el arte. Después pasé a un lugar súper radical, que fue cuando descubrí el metal, el rock pesado, y me quedé muchos años ahí. Cuando fui creciendo me di cuenta que no podía renunciar a la raíz y que en mi país, por la ubicación geográfica que tiene y por toda la música que llega, hay de todo. Me di cuenta de que simplemente me gusta la música, y la música bien hecha, aunque ese concepto es diferente para todos. Me gusta poder ser diverso, aprecio tanto el punk como la música clásica o la urbana, el trap, el reggaetón y la salsa. Cada género tiene su ciencia, y por alguna razón lo siento así, soy muy incluyente en eso. Por supuesto que entre el rock y la música popular es en donde más cómodo me siento.
"Todavía sigo esperando la canción que no he podido componer"
-¿Hay algo que todavía tengas pendiente?
-Muchas cosas. Todavía sigo esperando la canción que no he podido componer. Hacer un disco de cumbias me encantaría, aunque en este momento estoy enfocado en este proyecto y en el próximo álbum, que ya casi está listo para grabar.
De Colombia para el mundo
“De Colombia para el mundo”, grita con euforia Juanes en muchas de sus canciones, orgulloso de transmitir el amor por sus raíces a través de la música. El artista de 48 años se convirtió en un referente y un modelo a seguir para los jóvenes de su país, aquellos que hoy lideran los rankings de las plataformas digitales como los más escuchados de habla hispana y se han convertido en grandes estrellas internacionales.
-La música colombiana pisa fuerte en el mundo. ¿Por qué crees que pasa esto?
-Creo que Colombia estuvo cerrada durante mucho tiempo y, a pesar de que artistas como Grupo Nicho o Joe Arroyo salían con su música, no fue hasta que llegaron Carlos Vives o Shakira que se empezaron a abrir esos caminos y todo comenzó a explotar de una manera hermosa, en el sentido del arte. Creo que también el hecho de haber estado tanto tiempo en situaciones tan complejas como las que vivíamos en Colombia, y seguimos viviendo, de alguna manera ha hecho que el arte se vuelva una forma fundamental para expresarnos y para conectarnos de una manera distinta con la realidad.
-Muchos artistas jóvenes de tu país, como por ejemplo los chicos de Morat, te han nombrado a vos también entre aquellos que los impulsaron a hacer música. ¿Te sentís un pionero y un referente para los jóvenes músicos colombianos?
-Realmente no me pongo a pensar mucho en eso, pero sí es muy especial cuando pasa. Con los chicos de Morat hemos trabajado juntos en una canción y también toqué con ellos una vez en Bogotá. Ver la calidad musical que tienen, que tocan varios instrumentos y lo que hacen, me parece muy inspirador. Ver lo que está pasando en Colombia, en Medellín que es mi ciudad, con el reggaetón, el trap y la música urbana; ver los productores que componen grandes canciones en Bogotá, Cali o el Pacífico, me llena de emoción. Es hermoso que Colombia tenga una oportunidad en el mundo, que la gente pueda conocer la riqueza que hay ahí, porque realmente es un país demasiado diverso en ritmos y estilos musicales. Tiene mucho que ofrecer.
-Hoy Colombia atraviesa un momento turbulento a nivel social y político ¿Cómo lo estás viviendo vos?
-Con mucha tristeza, rabia, frustración e impotencia. Han sido días muy duros para todos, y creo que en medio de todo esto, tengo la esperanza de que sea un momento que sirva para redireccionar el país y para reestructurar todo lo sea necesario cambiar. Creo que todavía no nos hemos conocido como realmente somos. Es un país de minorías: afro, indígena, agrícola y campesino por excelencia. Ahora han salido a relucir las cosas que nunca han tenido lugar. Es incómodo y doloroso ver a los jóvenes, no solo a los estudiantes sino también a los policías, perder la vida. Pueblo con pueblo matándose, es realmente muy fuerte. El exceso de la fuerza, las malas decisiones, la corrupción, el covid... llegó un momento en donde todo explotó y por eso está pasando esto, además de otras fuerzas oscuras que están por ahí moviéndose. Es aterrador, pero creo que lo más importante es hacer un llamado a la calma, a la sensatez y pedir que en las próximas elecciones se vote con mucha conciencia. Creo que es un momento histórico que debemos cuidar mucho, para que en el futuro podamos, desde la democracia y desde el voto, darle rumbo al país.
-En momentos así se le suele pedir a los artistas que expresen su opinión ¿Sentís que al tener tanta llegada a la gente ustedes tienen esa responsabilidad de hablar y expresarse?
-Yo lo hago porque lo siento, siempre lo he sentido, pero en ese aspecto las redes sociales son un poco confusas porque se convierten en una reunión de muchas personas. Cuando se está discutiendo un tema tu decides si te quedas callado, si escuchas, si opinas o no. En este caso es lo mismo, pero con una agresividad bastante fuerte. Si no dices nada y guardas silencio está mal, pero digas lo que digas va a estar mal igual porque siempre va a haber un ataque, de un lado o del otro. Es muy confuso, por eso, al final lo que hay que hacer es si te dan ganas hablar y sino no. También, si no sabés de lo que vas a hablar, es mejor no hacerlo. Hay que tener mucho cuidado con los mensajes, en medio de tanto ruido y agresividad hacer un llamado a la sensatez. Pero eso es lo que siento yo, porque todo el mundo piensa diferente.
El regreso a los escenarios
-Con la pandemia los conciertos presenciales se terminaron de un día para el otro ¿Extrañás cantar para la gente en vivo?
-Ha sido una locura, porque yo desde los 14 años, literal, he estado viajando, tocando y viviendo en función de los shows y, de repente, me encuentro viviendo mucho tiempo en casa. Obviamente me ha servido, como a todos, y me ha dado grandes lecciones de vida y un llamado a reorganizar prioridades. Creo que veníamos con un ritmo desenfrenado de trabajo y esto nos puso de frente con la vida misma, con la salud, con cosas que dábamos por hechas. Este año me ha servido para muchas cosas, para tener una mirada introspectiva, para estudiar cosas que postergaba por falta de tiempo como armonía musical y canto, a componer con calma en casa. También a conocer más a mis hijos y a estar con mi esposa. Pero también pienso mucho en lo que ha significado para otros, para las personas que han estado en situaciones delicadas. En el mundo del entretenimiento están los músicos, artistas, actores, los que hacen teatro, los que manejan los camiones para los conciertos, los ingenieros de luces y sonidos... es una cadena gigante de gente que se vio muy golpeada. En ese aspecto ha sido un cambio muy fuerte. Igual veo con optimismo una luz allá cerquita de que pronto vamos a poder volver.
-¿Cómo te imaginás el primer gran concierto post pandemia?
-No sé... me imagino que con más conciencia de la higiene, de la limpieza, de la salud, cosas en las que antes no pensábamos para nada. No sé cómo será, pero creo que a finales de este año vamos a poder comenzar un poco a movernos e iremos viendo cómo se manejan las cosas. Habrá cambios grandes al principio y eventualmente volveremos a la normalidad, o eso espero.
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