Juan Carlos Saravia: el desafío de mantenerse vigente sin salir de la tradición
"Comenzamos para conocer chiquilinas y por no estudiar. No debería contarlo porque es un mal ejemplo. Sucede que éramos muy folclóricos, teníamos esa imbecilidad de no aprender música, vocalización o la manera de respirar. Ahora te digo que los chicos deben estudiar todo lo necesario para conseguir lo que quieren. En aquel tiempo había otras posibilidades, uno podía trabajar. Nosotros nos juntamos para divertirnos y nunca pensamos que saldríamos de Salta. Lo hicimos y más tarde aparecieron muchos conjuntos con tres guitarras y bombo. Fue como una fórmula mágica. Una vez que llegamos a Buenos Aires, las crónicas eran terribles", así recordaba Juan Carlos Saravia-fallecido el viernes, a los 89 años- sus comienzos en el grupo Los Chalchaleros.
Juan Carlos fue el que abrió la puerta a un estilo folclórico y el que la cerró 55 años después. Y lo más curioso es que aún con la fuerte personalidad que adquirió el conjunto a lo largo de su historia (después de todo fueron muchos los cuartetos de trajes gauchos, guitarras y un bombo pero pocos son recordados como Los Chalchaleros) su función fue la de un simple transmisor de un acervo cultural representado en un cancionero que se fue construyendo al mismo tiempo que Juan Carlos y sus socios lo interpretaron. Difundieron zambas y chacareras que se convirtieron en clásicos gracias a sus versiones. Ni siquiera con el ingreso de su último integrante, Facundo (hijo de Juan Carlos, que es de una generación diferente de la mayoría de los músicos que pasaron por el conjunto) el sonido chalchalero intentó modernizarse. Todo lo contrario, mantuvo su esencia hasta el último día.
"Ya me acostumbré a escuchar a tantos grupos con las guitarras enchufadas. Pero me asombraría si Los Manseros Santiagueños, por ejemplo, cambiaran su sonido, que es tan clásico como el nuestro", decía durante una charla con LA NACION, en 2001, meses antes del último concierto que el grupo dio en el estadio Delmi de Salta.
Saber dar un paso al costado a tiempo muchas veces es la clave para que se pueda hacer del recuerdo algo que vaya más allá de lo nostálgico. Aún cuando haya quedado alguna deuda pendiente: "Ir a las islas Malvinas. Surgió la posibilidad, hace unos años, pero finalmente no se dio. Estuvimos en todo el país menos allá. Pero nunca tuvimos grandes veleidades. Un día estaba frente al Colón con mi nieta Carolina, hija de Facundo, y le dije en broma: ‘el día que tu papá llegue a cantar acá vas a poder decir que es importante’. Y terminamos cantando en el Colón".