José Palazzo: "Estamos como después de Cromañón; no sabemos cómo vamos a volver"

CORDOBA. Los productores de espectáculos –y toda la cadena que la organización implica- tienen una sola certeza: su actividad será la última en regresar cuando la pandemia de coronavirus empiece a ceder. José Palazzo , realizador de Cosquín Rock, le dijo a LA NACION que la situación más parecida a ésta que recuerda es la posterior a la tragedia de Cromañon, en diciembre de 2004. "Cuando regresamos los cambios fueron muchos", repasa.

Hay varios festivales que estaban programados entre mayo y septiembre y ya fueron reagendados para 2021. Es una incógnita qué pasará con los grandes shows previstos para fin de este año, como la primera edición de Cosquín Rock Buenos Aires, pautada para el 10 y 11 de octubre. En cambio, Lollapalooza, que debía realizarse a fines de marzo, ya anunció sus nuevas fechas: 27, 28 y 29 de noviembre.

Palazzo cuenta que con sus colegas de la Cámara de la Industria del Entretenimiento, Cultura y Afines de Córdoba empezaron a relevar detalladamente lo que pasa en el sector: "Tenemos que pararnos en la realidad; saber quiénes se van a quedar sin trabajo; qué proveedores van a poder seguir, dónde estamos y cuál es el rol de cada uno. Queremos presentar ante las autoridades un mapa claro porque esta situación no tiene manual".

La cámara puso en marcha el programa Tate en casa, que conduce Palazzo con Carli Jiménez (músico e hijo de Carlos "la Mona" Jiménez). Va por YouTube como plataforma principal y por varias radios. Muestra la realidad de los artistas en este momento tan particular; no sólo de los que suben a un escenario, sino de técnicos, sonidistas, boleteros, iluminadores, bufeteros, bartenders, community manager, diseñadores, fotógrafos y toda la red.

Palazzo recuerda que cuando se produjo la tragedia de Cromañón, los productores no sabían cómo íba a ser el regreso de la actividad. "Con qué metodología, qué cambiaría de lo que hasta ahí era habitual. Esto es parecido. Sólo tenemos la esperanza de poder estar cerca de fin de año, pero cero certeza".

Hubo un antes y un después de Cromañon, donde murieron 194 personas y 1400 resultaron heridas. Aumentaron los controles, las clausuras de locales por irregularidades fueron masivas y se incrementaron las exigencias y las inspecciones. Palazzo insiste en que hay muchos prestadores que "no tienen espalda" para "parar un año" y que toda la industria va a necesitar créditos a tasa cero: "Tasa cero porque el ingreso es cero; la facturación es nula. Es un parate muy importante sin definición de cuándo termina. Carlos Rottemberg dijo que el año para el teatro estaba ‘terminado’. Nosotros tenemos otros tiempos pero la situación es muy complicada".

El responsable de Cosquín Rock advierte además sobre el impacto que el freno a los shows tiene para la economía informal que se mueve alrededor de éstos eventos, desde el que vende comida afuera del estadio hasta el que ofrece remeras de las bandas. En el país las estimaciones rondan las 500.000 personas que directa e indirectamente tienen ingresos por la actividad del espectáculo.

Sobre el Cosquín Rock de febrero en Santa María de Punilla, Palazzo menciona que ya empezó a hablar con los artistas y a organizarlo: "La ventaja es que la fecha para ellos es temporada baja y pueden hacer espacio. Dependerá de muchos factores, pero esperamos que se pueda hacer".

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