José Bragato: músico clásico y baluarte de la vanguardia tanguera
Falleció a los 101 años; el chelista fue uno de los nombres importantes de la música de Buenos Aires
La última morada porteña de José Bragato antes de su muerte -falleció el último martes, a los 101 años- fue un edificio ubicado donde la avenida Callao se junta con Lavalle y el pasaje Enrique Santos Discépolo. Allí vivía con su esposa. Es un edificio que forma una especie de vértice, como la proa de un barco, o como la vida artística de Bragato, si se puede trazar una especie de metáfora, luego de las exequias.
Bragato fue un músico que se hizo conocido en el tango, pero también pudo haberlo sido por su paso por la música clásica, ya que fue, por varias décadas, chelista de importantes organismos orquestales de la Argentina. Había nacido en Udine, Italia, el 12 de octubre de 1915. Y a los 13 ya estaba, con su familia, instalado en el barrio de Saavedra. Cuando cumplió 100 recibió algunos homenajes. Una tarde charlamos en su departamento. "Me pasé el viaje tocando el piano", decía sobre su llegada a nuestro país. "Fue muy largo, a veces pasaba días en un puerto", recordaba con frases lacónicas esa aventura que no se repetiría, porque su destino estaba aquí y no quiso cambiarlo por nada.
Sólo cambió el piano por un violonchelo. Se formó en un conservatorio y con docentes particulares. Concursó para cargos en orquestas. Ingresó a la Filarmónica de Buenos Aires y luego a la Estable del Teatro Colón, donde permaneció durante dos décadas, hasta 1968. En el medio, el tango. Orquestas de Radio Nacional, Radio Belgrano y Radio El Mundo. Grabaciones con las agrupaciones de Argentino Galván, Vardaro, Francini-Pontier, Troilo y Fresedo, entre muchas otras.
Durante sus últimos años escuchaba más clásica que tango. "La música clásica merece un respeto aparte. No se puede comparar. Tiene otra extensión; el tango, 32 compases. Pero hay músicas populares que merecen ser clásicas. La de Ástor, por ejemplo. Para hablar de Piazzolla me saco el sombrero."
Integró varias formaciones del bandoneonista, aunque el primer octeto seguramente fue la que más lo habrá identificado. Bragato era parte de ese vértice arquitectónico que, en el cruce de dos calles y una avenida, había construido Piazzolla. Y Piazzolla lo respetaba y admiraba, ya que le compuso el tema "Bragatissimo", en el que, por su puesto, no falta una introducción de violonchelo. Bragato fue uno de los principales "traductores" de la obra de Ástor a dúos, tríos, cuartetos y hasta octetos de estructura camarística y sin bandoneón.
¿Hubo algo más revolucionario que el Octeto de Piazzolla en el tango? "No lo sé. Sólo sé que nosotros hicimos las cosas bien, lo mejor que pudimos y supimos. Lo que no estaba bien no se hacía. Quizás con los años venga alguien que haga un octeto mejor. Creo que ahora el resto tiene el camino para seguir adelante."
Con los años fue cosechando reconocimientos. Fue nombrado Personalidad Destacada de la Cultura. La comunidad tanguera celebró sus 100 con actividades. La Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto (que Bragato integró) le dedicó un concierto. El Sonido y El Tiempo rescató para otro homenaje, algunas de sus obras, como "Graciela y Buenos Aires", "Milontan", "Malambo" y "Evocación: Homenaje a Ástor Piazzolla". Por esos días también se vio el documental José Bragato: Partituras de su vida, con dirección de José Luis Castiñeira de Dios y producción de Nicolás Borenstein. Siempre en ese vértice entre la música clásica y el tango Bragato, puso sus composiciones, su mirada y sus arreglos, que serán base para próximas generaciones de músicos.
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