‘No soy un derrotista", dice John Lydon. "cuantos más problemas me das, mejor estoy." El líder de Public Image Ltd. y ex "Sr. Johnny Rotten" viene reflexionando sobre las últimas cuatro décadas de su carrera, el momento en que se separó de los Sex Pistols y se convirtió en un pionero post-punk, explorando indulgencias artísticas y el rock como mantra. A lo largo de los últimos ocho años revisó la historia de su vida mientras participaba en entrevistas para el reciente documental The Public Image Is Rotten (estrenado en salas limitadas en Buenos Aires en septiembre). La película sobrevuela la historia de los Pistols y luego se sumerge en todas las dificultades que Lydon ha tenido que superar desde que se independizó, desde compañeros de grupo cleptómanos y drogadictos hasta sellos discográficos rencorosos y el acoso policial. Incluye comentarios de varios músicos que tocaron con él a través de los años, y de una batería de admiradores, entre otros: Adam Horovitz de los Beastie Boys y Thurston Moore de Sonic Youth.
Lydon luce una cresta mohawk rubia y camisa amarilla a cuadros mientras está sentado en la sala de conferencias del rascacielos de Manhattan donde funciona la distribuidora de la película. Faltan unos días para el estreno y más o menos un mes para que PiL, como él llama a su banda, se embarque en una gira por Estados Unidos por su 40 aniversario -que arrancó en Nueva Orleans el 9 de este mes-. Hay varias botellas de cerveza Corona semivacías en la mesa frente a él, y está de gran humor a pesar de sentirse cansado. "¿Querés tomarte una?", dice, mientras el olor a cerveza sale de su boca cuando ofrece una botella, pero luego la deja a un lado porque está tibia.
Cuando piensa en las dificultades que ha tenido que soportar para hacer música y salir de gira, las desestima como si fueran parte del juego. "Las cosas son así", dice, abriendo bien los ojos para subrayar su punto. "No creo que sea más fácil para los otros, así que no me victimizo. Yo sonrío frente a la adversidad."
La preproducción del documental, a cargo del director Tabbert Fiiller, comenzó en 2010. Originalmente, la idea era capturar el regreso de PiL, pero pensó: "¿Qué sentido tiene solo mencionar los dos últimos discos sin la trayectoria que los hizo posibles?", y reenfocó el proyecto en toda la historia del grupo, desde 1978 hasta su ruptura en 1992 y su eventual reunión. A fin de cuentas, está contento con la forma en que Fiiller contó su vida. "Nada en mi carrera ha sido fácil", dice. "Pero terminamos con un documental alegre y divertido, y ese es el enfoque que tiene que tener."
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Cuando finalmente viste la película terminada, ¿qué fue lo que te impactó de tu vida?
Me di cuenta de que fue muy difícil tratar de mantener y asegurar los derechos de mi propia carrera. Ha habido tantos cinceladores por ahí poniendo obstáculos... Quieren enfocarse por demás en el primer paso en mi carrera, que son los Pistols, pero nos niegan los derechos sobre cualquiera de las imágenes. Fue un problema real, muy serio. Es increíble la industria artesanal que se formó alrededor de los Pistols y PiL. Los sellos discográficos no nos respaldaron económicamente de ninguna manera.
Musicalmente, PiL era muy diferente de los Pistols. ¿Cuál fue tu idea para el grupo?
No imaginé que iba a resultar tan distinto. Simplemente terminó de esa manera, debido a las emociones. Una palabra puede activar un sonido, un sonido puede activar una palabra. Con PiL, puse a un montón de mis amigos en el estudio que eran incompatibles entre ellos y conmigo. Lo primero que hicimos fue "Public Image", nuestra canción insignia. Era una mezcla de ideas incomprensible e incoherente que accidentalmente formó el patrón más bello.
Escribiste algunas de tus primeras letras de PiL mientras estabas de gira con los Pistols. ¿Cómo funciona tu proceso de escritura?
Escucho letras en la discordancia de la música o la tonalidad. Mi disco solista demuestra que si tirás un acordeón por las escaleras, yo voy a encontrar una melodía. Pero no es tanto una canción como un conjunto de palabras que obviamente han estado flotando en mi mente durante un tiempo largo, y que de repente cobra sentido.
Creo que es algo natural. No puedo forzar una canción. No puedo pensar: "Esto va a alcanzar". Tiene que tener alguna sustancia, y por lo general algo más que me respalde.
La película tiene imágenes del primer concierto de PiL en Londres, que fue el día de Navidad de 1978. ¿Qué recordás de ese show?
En ese momento, había mucha energía. Rompimos todas las leyes escritas a lo largo de los años, solo en Inglaterra. "En realidad, no se te permite hacer nada el día de Navidad." ¿Quién dice? ¿Y qué carajo es la Navidad de todos modos? Por favor defina.
Bueno, desafiar el statu quo no era nada nuevo para vos. Lo habías hecho con tu banda anterior.
Sí. Fui sujeto de debate en el Parlamento bajo la "Ley de Traidores y Traiciones". Esa fue otra mala para "Anarchy in the UK" y "God Save the Queen". Probablemente fue lo peor, porque esa discusión conllevaba la pena de muerte si votaban en mi contra, y para mi no-sorpresa, descubrí ese pequeño detalle cuando no lo votaron. Se dieron cuenta de que no sería aceptable.
Te hubieran convertido en un mártir.
No quiero ser el mártir de nadie, ¿ok? Es demasiado arriesgado y las autoridades, por más estúpidas que sean, se dan cuenta de hasta dónde pueden llegar. No conozco a nadie más, realmente, en la música pop moderna que haya sido acusado de una forma tan drástica, ¿y por qué? No he lastimado a nadie. No le he disparado a nadie. No he matado a nadie. No cagué a trompadas a nadie. Solo uso palabras.
¿Qué recordás de tu primer concierto?
Fue en la facultad de arte de Saint Martin a la que asistió Glen Matlock. Fueron 15 minutos de la misma canción tocada de todas las formas posibles.
¿Qué canción era?
Probablemente una canción de Small Faces. [Canta] "Want you to know that I love you", sí. Esa misma. Se llamaba "What’cha Gonna Do About It". Fue un concierto difícil porque no teníamos monitores. Nunca había escuchado mi voz, realmente, hasta mi octavo concierto, ni siquiera en el ensayo ni nada. Solo me imaginaba lo maravilloso que sonaba, y el primer concierto que tuve con monitores fue en el 100 Club de Londres, con Eddie and the Hot Rods. Cuando me escuché, me asusté. Sonaba como un burro. Luego tiré el micrófono sobre el monitor. Estaba tan enojado, y luego todos estaban enojados conmigo. Tenían todo el derecho, pero, oh, Dios mío. Es muy fuerte escucharte a vos mismo por primera vez. Habíamos ensayado por tanto tiempo y nadie me había dicho lo malo que era. Tuvieron que soportar muchas cosas los muchachos. Pobrecitos.
En la película decías que no te considerabas un cantante, que te sentías más como un escritor. ¿Cuándo empezaste a considerarte como cantante?
No había considerado el canto por culpa de la Iglesia Católica. No había forma de que alguna vez quisiera que un sacerdote tuviera acceso a mí, así que evité participar del coro y todo lo relacionado. Hasta que un día termino corriendo por King’s Road con una remera que decía "Odio a Pink Floyd" y me piden que cante en una banda. Quiero decir, ¿es eso suerte? ¿Qué es eso? Lo que sea, es muy gracioso.
Es irónico.
Ironía, sí. Buena palabra. En Estados Unidos muchas veces no la entienden.
Entonces, ¿cuánto tiempo pasó después de que te escuchaste hasta que empezaste a considerarte cantante?
Rápidamente encontré mi voz. Tenía que hacerlo. Pensaba: "¿Qué carajo creo que estoy haciendo acá? Sé que me gustan las palabras que estoy escribiendo. Más vale que encuentre la honestidad dentro de mí para hacer que suenen como si las sintiera en serio". Creo que esa es la clave para lograrlo. Ese es un paso difícil. Te digo, amigo, es fucking duro, porque estás temblando al borde, diciendo: "Oh, no. Van a deshacerse de mí. No me puede pasar esto. Esta es la oportunidad para expresarme más grande que tuve en la vida".
Te expresaste bien en el álbum de PiL Flowers of Romance (1981). En la película, describiste cómo escribiste música para los ritmos de batería de Martin Atkins, añadiendo voces y violonchelo. ¿Qué te parece ese álbum a la distancia?
Bueno, no tengo ningún álbum favorito por encima de los otros, pero acababa de salir de prisión en Irlanda, así que defiendo mucho ese disco. Estaba muy molesto con que la mayoría de mi banda no apareciera. Martin solo tuvo un par de días antes de salir de gira como solista, así que armó unos ritmos básicos y primitivos que yo loopié y los convertí en todo tipo de cosas extrañas. Tuve que aprender muy rápido a usar defectuosamente una guitarra. Encontré que la mejor manera de acercarme al uso del piano era colocar ceniceros de aluminio en las cuerdas. Creó ese sonido de clavicordio. En ese momento, la mansión en la que estábamos grabando estaba en obra, completamente sin terminar. Tenía techos altos y era de piedra, por lo que el sonido resonaba como una iglesia embrujada. Fue un lugar fantástico y maravilloso para experimentar justo después de salir de la cárcel.
¿Cómo te recibieron en la cárcel?
¿Cómo creés? Fui bastante insultado por el garda, que es como llaman a los guardiacárceles allí en Irlanda, pero justamente eso me hizo la vida muy, muy fácil, porque el resto de los prisioneros me miraron y dijeron: "Ah, él no está recibiendo privilegios". Cosas como esa, ayudan.
PiL se separó a principios de los 90. ¿Cómo ves hoy ese momento?
Jamás me sentí bien perdiendo a un miembro, desde los Pistols en adelante. Los extraño a todos. Pero fueron situaciones, especialmente cuando estaban en el medio las grandes discográficas, que generaban todo tipo de problemas y choques de egos. Es muy, muy difícil. Todos piensan que son mejores que los demás, porque les llenan la cabeza desde los amigos a los ejecutivos de las compañías. Es muy perturbador. No sé cómo salir de eso, pero tenés que pasar por esos períodos de la vida. Ahí descubrís que no podés confiar en todos los que creías, y eso es doloroso, pero también es un buen material para una canción. [Canta] "Disappointed a few people." ["Decepcionaste a algunas personas"] Es lo que es. La naturaleza no es algo maravilloso, pero es todo lo que tenemos.
Lu Edmonds, tu guitarrista, dijo en la película que las cosas se sintieron diferentes y mejores cuando el grupo finalmente se reunió. ¿Sentís que fue así?
Creo que nuestra amistad se hizo mucho más estrecha. Habíamos estado lejos por mucho tiempo. Cuando volvimos a juntarnos, ya éramos personas casi completamente diferentes que experimentaban cosas enormemente interesantes y distintas. Siempre vamos a ser cercanos, pero siempre vamos a discutir. Te lo garantizo.
¿Sobre qué discuten?
Sobre cualquier cosa y acerca de todo, porque nos conduce a buenas canciones. Nos lleva a la verdad. Si escribiste dos líneas de basura que no son verdaderas, necesitas que la banda diga: "No, por ahí no es". Si me doy cuenta que una línea de guitarra es un robo a alguien, no voy a tolerarlo porque no será fiel a la emoción que estamos tratando de retratar.
Hablando de guitarras, Steve Vai tocó en tu disco Album (1986). ¿Cómo conseguiste que se abstenga por un rato de tocar sus solos dementes?
Se pasó un poco con los floreos. Fue muy difícil para él entender el ritmo hasta que salimos y nos emborrachamos. Y luego, bang. Fue directo al punto, porque paró de sobreanalizar la música. Este es el problema principal que la mayoría de la gente tendrá en su vida: sobreintelectualizar lo que debería ser simple. Es algo que les pasa a todos. Lo sabemos. Ya no tengo ese problema.
Hablemos de tus próximos conciertos de PiL.
¿Por qué? Van a ser geniales.
¿Cómo elegiste la lista de canciones para la gira del 40 aniversario?
De casualidad, realmente. En el ensayo, estábamos pensando en grabar material nuevo, y simplemente derivó en las canciones. Esas fueron las que ensayamos una tras otra, así que ni siquiera nos molestamos en ponernos a decidir el setlist. Son las que nos gusta tocar.
¿No te preocupás por que estén todas las canciones "que no pueden faltar"?
No. ¿Por qué te pensás que no se puede encontrar ni un solo ejemplo de demagogia en mi vida?
Bueno, a la gente le gusta "Rise" por ejemplo.
Bueno, afortunadamente para ellos a mí también me gusta. ¿No es eso una bella coincidencia? [Risas] Creo que las canciones llegan de forma más intuitiva o instintiva en el momento correcto del set. No podría comenzar un show con "Rise". Ni siquiera pensaría en comenzar un ensayo con esa canción. Es un tema que fluye muy bien después de otros. Hace falta que se establezcan las bases para que una emoción conduzca a otra. Supongo que "Rise" se trata del hecho de que estamos en contra de los celos. Ese es uno de los siete pecados capitales. Sin embargo, eso es lo que tratamos emocionalmente en todas nuestras canciones, ¿no?
Es interesante que hables sobre el pecado, ya que es una palabra religiosa, y has dejado muy claro cómo te posicionás frente a la religión.
¿Quiénes son los que pecan? ¿No notaste cuántas canciones en contra de juzgar tenemos? Porque todos podríamos vivir sin juzgar a nadie, excepto a los que abusan de nuestros niños.
Las personas religiosas han tenido que enfrentarse a ese problema últimamente.
Oh, ¿no es encantador? Bueno, vengo hablando de sacerdotes abusando sexualmente de niños desde hace muchísimo tiempo. Ya era hora de que el mundo empiece a prestar atención.
¿Ves tus canciones como tópicos?
Algunas de ellas lo son. Y de hecho llevan el nombre del tema en cuestión. Se trata de llegar al punto central de lo que es ese problema... la corrupción y los monopolios de la política y la religión. Es imperdonable que estemos en un mundo donde todos son antimusulmanes, pero ¿hola? ¿Qué están haciendo que sea tan diferente de los predicadores evangelizadores de hace 70 años, los difusores de la Biblia que básicamente destruyeron África? Realmente pasó hace muy poco. Entiéndanlo. Es muchísimo menos que el daño que el cristianismo creó. Hay menos terroristas entre los musulmanes que entre los cristianos. Ahí tenés una declaración. Y creo que es la verdad.
No se puede condenar a un pueblo entero basado en los actos de unos pocos.
Correcto.
Vamos a cerrar hablando de un concierto en particular. Poco después de Flowers of Romance, tuviste un concierto infame en el Ritz de Nueva York, donde tus fans destrozaron la pantalla de cine en el escenario porque estabas cantando desde atrás y no querías salir. Está en la película, pero no hay muchos comentarios tuyos. ¿Qué recordás sobre eso?
Llegué desde Londres esa misma tarde. El Ritz había comprado todas estas nuevas cámaras y tecnología, pero no sabían cómo usarlas, por lo que nos preguntaron si haríamos un show esa noche solo con cámaras, para la pantalla. Estuvimos de acuerdo y pasamos ahí el día entero preparando todo. No estábamos al tanto de que en la radio lo promocionaban como un concierto en vivo de PiL. Entonces vino un montón de gente esperando un show y nos vio a nosotros pelotudeando con las cámaras. ¿Qué creés que pasó cuando saltó el disco? Fue el disturbio más hermoso en el que haya estado, pero fue innecesario. Aunque no creo que nadie haya resultado damnificado, porque tantos años después todavía nos estamos riendo de eso. Creo que fue la noche más caótica y brillante. Necesitamos más de eso, ¿no?
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