Jodos Trío
Presentación del Jodos trío. Con Eresto Jodos en Piano, Jerónimo Carmona en Contrabajo y Pepi Taveira en batería. Próximo show: mañana, a las 21.30, en Thelonious, Salguero 1884.
Nuestra opinión: muy bueno.
A esta altura nadie podría negar la enorme influencia que tiene el pianista Ernesto Jodos en la escena local del jazz; sin embargo, no es a través de un supuesto virtuosismo que ejerce el respeto en sus colegas o la veneración en los jóvenes leones del jazz. Nada de eso. La potencia de este artista radica en su compromiso con la libertad creativa y en su talento como pianista y compositor.
Otro de los factores que inciden favorablemente en el valor de sus propuestas es que están enraizadas en el cuidado de las formas, pero no para volverse un estilista sino para organizar el andamiaje de sus exploraciones. Nada en Jodos suena porque sí; su música tiene elementos que van de lo emocional a lo intelectual.
En esta ocasión trajo un repertorio de standards desde los que desarrolló una mirada moderna de la tradición. Eligió temas de Mal Waldron y Thelonious Monk, junto a otros clásicos a los que acercó a los tiempos actuales. Una de las proposiciones que tiene la música de Jodos es la de poder oír la modernidad. En "Light Blue", de Monk, el pianista tomó el reconocible motivo melódico para tibiamente alejarse y respetar, por un lado, el mundo de Monk, plagado de single notes y atonalidades, y por el otro, hablar de él mismo.
El pianista trabajó sobre el repertorio con una clara intención aperturista. Sus improvisaciones estuvieron vinculadas a la elegancia de la melodía y a la importancia del mensaje, algo que con tanto despliegue técnico algunos pianistas parecen haber olvidado. No así Jodos, que trabaja además sobre ciertos fundamentos como la belleza del tono, el espacio y la claridad de la forma.
Con él, una sección rítmica de una fuerte integración, pero no desde un lugar clásico. Carmona es uno de los contrabajistas que pueden desarrollar en beneficio de la composición tanto su lado lírico como rítmico; su mensaje tiene un costado fuertemente abstracto, que le da casi un tono misterioso a sus improvisaciones; a su lado, Taveira, un baterista de pura cepa bop y que trabaja sobre las formas de ese estilo. La mixtura entre ellos crea un clima potente por el lado de los tambores y más reflexivo por el lado del contrabajo.
Jodos dialoga con cada uno. Mientras que con Taveira afloró su lado más intenso, con Carmona sus charlas tuvieron un tono más reflexivo.
En el par de baladas que hizo el trío, quizá las piezas más aplaudidas, señalaron que el camino puede abrirse a nuevos senderos. Jodos supo expresar en un lenguaje moderno la melancolía, una emoción tan habitual, pero también sesgado por sonoridades habituales, que el pianista parece intuitivamente eludir.
El trío representa una de las propuestas en las cuales se pueden engarzar los clásicos, es decir, el suelo común del jazz, con la modernidad y esa ilusión posible de hablar un lenguaje universal sin caer en arquetipos.