Este viernes se cumplen 50 años de la muerte de Jimi Hendrix, el virtuoso guitarrista que partió en dos la historia del rock. Pero si en vida logró un impacto que sus contemporáneos jamás pudieron olvidar, luego de ella ese golpe tomó forma de mito. Por eso sería incorrecto decir que Hendrix se fue hace 50 años. Sólo pasó a otro nivel. En esta nota repasamos 50 de las historias que involucraron al hombre que nació en Seattle y murió en Londres, y que es uno de los integrantes del fatídico "Club de los 27".
El boliche: Cheetah Club
Mayo de 1966. Unos días después de su apertura, el boliche de Manhattan (para ser precisos: Broadway y 53rd Street) ofrecía un concierto de tercera o cuarta línea: Curtis Knight & The Squires. Siguiendo el perfume de su intuición, Linda Keith se sentó a una mesa cualquiera y quedó cautivada por el guitarrista: un fugitivo de Seattle con la cara llena de acné y el torrente lleno de sangre negra y cherokee. "Linda era todo lo que Jimi no era: británica, judía, acomodada, bien educada y parte integral del Swinging London –dice Charles Cross, biógrafo de Hendrix-. Quizás lo más impresionante para Jimi, Linda era por entonces la novia de Keith Richards". Unas horas más tarde, en el departamento neoyorquino de Linda, Hendrix recibió tres cosas: el LSD, Blonde on Blonde (Bob Dylan) y su contacto con Inglaterra.
El productor: Chas Chandler
Los bajistas también se hartan. Durante su última gira junto a The Animals, Chandler tiró la toalla: aunque se la pasaban grabando y tocando de ciudad en ciudad, rara vez cobraba un dinero decente. Y le faltaba poco para cumplir treinta. Guiado por el consejo de Linda Keith, entró al célebre Café Wha? del Greenwich Village neoyorquino y encontró la horma de su zapato. El 23 de septiembre de 1966 metió al guitarrista en un avión a Londres y le preparó la audición donde nació la Jimi Hendrix Experience. Pagó de su bolsillo la grabación del single con "Hey Joe", le presentó a Eric Clapton y le sugirió una idea performática: ¿y si prendés fuego tu guitarra?
El baterista: Mitch Mitchell
Cara o ceca. El 6 de octubre de 1966, Mitch Mitchell audicionó para integrarse al grupo de ese prodigio de Seattle que todavía tenía las valijas sin desarmar. Su background incluía dos roles protagónicos como actor infantil, algunos meses como vendedor en el local de Jim Marshall y su paso por los Soul Messengers. Todo parece indicar que su toque aéreo, percusivo y jazzístico fue muy convincente, pero no lo suficiente para derrotar a Aynsley Dunbar: un sesionista de fuste que después pasaría por las bandas de Frank Zappa, David Bowie y Lou Reed. La decisión se echó a la suerte: con una moneda en el aire.
El cover 1: "Sgt Pepper"
El 4 de junio de 1967, sentada en las butacas del Saville Theatre, estaba la crema del Swinging London: Eric Clapton, Spencer Davis, Jack Bruce, la escocesa Lulu, Paul McCartney y George Harrison. La presencia beatle electrizaba el aire: solo tres días antes, los Fab Four habían editado el Sgt. Pepper. Apenas subió al escenario, Hendrix pidió a los espectadores que se cuidaran los oídos. Después echó una mirada cómplice al palco y comenzó el concierto con "Sgt. Pepper Lonely Hearts Club Band". La apuesta era radical: si la versión era igual o inferior, resultaba una afrenta. Solo podía ser genial. Unas horas más tarde, McCartney le abrió las puertas de su casa con una sonrisa: "That was fuckin’ great, man".
La radio: Modart en la Noche
A mediados de 1967, el programa del empresario Ricardo Kleiman recibió uno de sus habituales envíos desde el exterior: una pila de discos importados para que el locutor Pedro Aníbal Mansilla presentara en el aire de Radio Excelsior. Allí, mezclado con Fresh Cream y el primero de Vanilla Fudge, estaba el disco debut de la Jimi Hendrix Experience. Bernardo Bergeret, el encargado de la programación, apartó esos tres long plays y llamó por teléfono a Claudio Gabis: un muchacho que solía visitarlos y cultivaba un paladar extraño. "Esa primera audición de Are you Experienced? nos dejó en shock –dice el guitarrista de Manal-. Nunca habíamos escuchado nada igual. Nos pareció música extraterrestre".
El acústico: "Hear my train a-comin"
Si Jimi Hendrix estaba inseguro con su guitarra, ¿cómo deberíamos sentirnos nosotros con la vida misma? Durante una sesión fotográfica en el estudio de Bruce Fleming, el director Peter Neal aprovechó para grabar algunas escenas de su documental: Experience (también conocido como See my music Talking). Hendrix tomó una Zemaitis acústica de doce cuerdas y, un poco cohibido por la cámara, pidió una segunda oportunidad: "estoy muerto de miedo". Ataviado con su look de gitano cósmico de Carnaby Street, hizo una versión acústica de "Hear my train a-comin": un blues en la tradición del Delta que, si bien acostumbraba tocar en vivo, nunca logró llevar a ninguno de sus discos.
El cover 2: "All Along the Watchtower"
Un rasgo esencial del primer Hendrix es, según la biografía de Charles Cross, esa dulzura lindera con la ingenuidad. Su fanatismo por Dylan es paradigmático. La escena donde le reclama a su peluquero el afro de Blonde on blonde es, de algún modo, un gesto de agradecimiento: el trovador había liberado su voz. El 21 de enero de 1968 –es decir, seis meses después de la edición del original-, Hendrix comenzó a trabajar en su homenaje definitivo. Una versión de "All Along the Watchtower" que, aunque estaba completamente re-arreglada (detalle: Brian Jones tocó el trafaplás que, durante la intro, se escucha al final de cada compás), lograba amplificar la fábula bíblica del original y desatar todos sus demonios.
La escena: Easy Rider
"Si todos los hippies se cortan el pelo… -dice Hendrix, en la sala de cine- ¡no me importa!" A bordo de sus Harley Davidson Hydra-Glide, Dennis Hopper y Peter Fonda (con Jack Nicholson a horcajadas) hacen su entrada triunfal en un pueblo cualquiera del sur de los Estados Unidos. Cementerios y casas coloniales con la bandera ondeando en la puerta. Casas de electrodomésticos y suburbios raciales. Tres cowboys psicodélicos en una cruzada perdida de antemano. Colocada en el corazón de Easy Rider, "If 6 was 9" concentra todas las tensiones de la película con un crujido tan visceral que resulta casi insoportable.
El Fan: Spinetta
"De Hendrix, por ejemplo, sigo siendo apasionadamente fan –dijo Luis Alberto Spinetta en una entrevista-. Es solamente la música. A mí no me importa mucho la chafalonería de lo que le pasó, si tomaba drogas y se ahogó con su vómito y lo que sea. Vos cuando lo escuchás, sabés todo". Así, en el arco invisible que une "Desatormentándonos" con la formación de los Socios del Desierto, drenó ese influjo de un modo absolutamente personal. Menos como técnica que como manifiesto estético. "Es la guitarra eléctrica como espada de fuego contra los reaccionarios, contra la muerte, contra Vietnam, contra el Vietnam de acá, contra el exterminio, contra la bomba atómica, contra los que intoxican la tierra y los mares".
La película: All Is by my Side
La gran disyuntiva de todas las biopics: se hace un retrato que deja contenta a la familia (y se obtienen los derechos de las canciones) o se hace un retrato con todas las contradicciones (y se pierden los derechos). Prácticamente desapercibida por el gran público, la película de John Ridley pertenece al segundo grupo. Una pena. Más allá de su esfuerzo sobrehumano para aprender a tocar como zurdo, André 3000 (Outkast) no solo daba perfectamente con el physique du rol sino que contaba con toda la legitimidad para hacerse cargo del papel.
Mollo y "Voodoo Child": derroche de higiene dental
Es casi una postal imprescindible en los shows de Divididos: Ricardo Mollo pela virtuosismo en el tema "Voodoo Child" (Electric Ladyland). Y el homenaje a Hendrix no se queda en la mera versión del clásico. El cantante y guitarrista argentino también imita el solo orginal que hacía Jimi de esta canción, nada más y nada menos que con sus dientes. ¿Derroche de higiene y salud dental o dentaduras auspiciadas por Corega? Si Hendrix usaba partes atípicas de su cuerpo para tocar la viola (también la apoyaba en su espalda), Mollo se valió en ocasiones de zanahorias, pelotas de tenis y zapatillas que el público lanzaba al escenario.
Los sueños como inspiración, bajo el agua en "Purple Haze"
En una entrevista con New Musical Express publicada en 1967, Jimi explicaba que uno de los motivos de inspiración para componer era los sueños. "Sueño mucho y narro muchos de mis sueños como canciones", dijo. Un ejemplo que él mismo solía citar es "Purple Haze" (Are You Experienced?), escrita en diciembre de 1966. Allí narra un sueño en el que podía caminar bajo el agua. El tema tiene otras influencias e interpretaciones: desde la alusión al cannabis, a la novela Night of Light (Phillip José Farmer) o la referencia a una chica que habría hecho magia negra para "atraparlo".
El secuestro de Hendrix después de un recital
Luego de una actuación de Hendrix en el club The Salvation, en Nueva York, sucedió un episodio confuso que el libro Room Full of Mirrors: A Biography of Jimi Hendrix (Charles R. Cross) recogió y desarrolló como un secuestro. Según la biografía, Jimi se fue con una persona desconocida a conseguir cocaína. "Fue encerrado en un departamento en Manhattan", sostuvo Cross. Y agregó que los secuestradores se comunicaron misteriosamente con el manager de Hendrix, quien finalmente encontró ileso al músico.
La marca Hendrix
Además de un legado inmaterial, el artístico, Jimi dejó una marca registrada que sí tuvo y tiene su correlato material: el uso de su nombre y el de los derechos de imagen del músico como algo vendible y disputable. Uno de los mayores conflictos resultó de Experience Hendrix L.L.C., operado por la hermana adoptiva de Jimi que estaba en conflicto con Leon, el hermano menor de Hendrix. Leon había impreso ropa y otros objetos con la firma y la imagen en disputa. En 2015 los Hendrix llegaron a un acuerdo y Leon se comprometió a no vender artículos con esta "marca". Sin embargo, un tiempo más adelante volvieron los enfrentamientos legales.
En el nombre del padre: la crianza sin mamá
Al Hendrix, padre de Jimi y de su hermano Leon, se ocupó de la crianza de sus hijos luego de separarse de su esposa Lucille y de ganar la custodia de ambos. La causa de la tenencia a favor de la figura paterna se debió a los problemas de adicción de Lucille al alcohol y a sus repentinas y prolongadas ausencias. Años más tarde, la relación tumultuosa con Lucille se pudo reconvertir en una razón artística: su musa inspiradora.
El departamento de Jimi, objeto de museo
Cuando Jimi estaba en el apogeo de su carrera vivió entre giras en un departamento londinense durante dos años (1968 y 1969), junto a su novia Kathy Etchingham, en el barrio Mayfair, en Westminster. El cantante lo llamó "mi primer hogar de verdad". El tiempo pasó y el espacio fue utilizado como oficina. Hasta que en 2016, después de haber sido remodelado para recobrar el aspecto original que tenía cuando Hendrix vivió en él, se convirtió en museo. Y se puede visitar, junto al resto del edificio, dedicado a Jimi Hendrix y al compositor George Händel, que vivió allí en el siglo dieciocho.
"¿Y por qué me llamo Jimi?" La historia del nombre
Su nombre original tal y como figuraba en su documento es Johnny Allen Hendrix. Después de pasar sus tres primeros años con su mamá, Al Hendrix se llevó a sus hijos a vivir con él y rebautizó a Johnny como James Marshall Hendrix. En 1966, el bajista de The Animals se deslumbró con la actuación de Hendrix en el Café Wha? neoyorquino (en particular con su despliegue dental) y sugirió que cambie de nombre una vez más. De Jimmy James (como aparecía entonces) se oficializó Jimi.
Teorías conspirativas sobre su muerte
Muerte joven y dudosa igual caldo de cultivo para teorías conspirativas. Es exactamente lo que sucedió cuando falleció Jimi Hendrix. Una de esas teorías indica que su novia de ese entonces, Monika Dannemann, fue quien en realidad lo mató premeditando una sobredosis. Otra teoría sostiene que su manager (y las deudas con la mafia) fueron detonantes. Y la policía indicó simplemente que se trató de una sobredosis de pastillas para dormir, que terminó ahogando al músico en su propio vómito. Sea de la forma que haya sido, la edad en la que murió lo ubicó en el tristemente célebre "Club de los 27", con otros personajes famosos muertos, como él, a los 27 años. Entre ellos Jim Morrison, Janis Joplin, Brian Jones, Kurt Cobain y Amy Winehouse.
La vida después de The Jimi Hendrix Experience: Band of Gypsys
Band of Gypsys fue el primer disco del cantante y guitarrista sin su grupo original, The Jimi Hendrix Experience, todo un suceso después de la pegada de álbumes ya clásicos como Are You Experienced, Axis: Bold As Love y Electric Ladyland. Se trata de un registro en vivo grabado entre el último día de 1969 y el primer día del año 1970 en el mítico teatro Fillmore East, en el East Village en Manhattan. Sí, el disco funcionó también en ventas y escuchas: después de su edición tardó muy poco en ubicarse en lo más alto de los rankings de Gran Bretaña y Estados Unidos. Hendrix fue el productor de este disco que registró cuatro shows durante dos días.
El mito y el fuego: Monterey Pop 1967
¿Hendrix estaba literalmente en llamas? Uno de los míticos incendios ocurrió en el Monterey Pop Festival, en 1967, cuando Jimi pensó que ésa era la forma de doblar la apuesta "destructiva" de sus colegas de The Who y llevar la mirada hacia su propuesta (Pete Townshend había destrozado su guitarra). Entonces él quemó su Fender Stratocaster y el registro documental de esta escena y de todo el festival quedó en manos de D. A. Pennebaker, en el film llamado Monterey Pop. En otra ocasión, durante su show en London Astoria, prender fuego a su viola le costó al músico quemaduras en las manos y una visita al hospital.
Barras y estrellas por siempre
El show de Hendrix en el festival de Woodstock pasó a la historia gracias a su versión instrumental de "The Star Spangled Banner", el himno de Estados Unidos. A lo largo de casi cuatro minutos, su Stratocaster blanca condujo una lectura que tuvo poco de orgullo patriótico y mucho de crítica a la ocupación militar en Vietnam. Hendrix se debatía sobre interpretar o no el tema ya que su manager temía que pudiera desatar una revuelta, y al mes siguiente explicaría su elección en el programa de Dick Cavett: "Soy estadounidense, así que la interpreté. Me hacían cantarla en la escuela, así que fue como un recuerdo".
Su paso por el ejército
Antes de cumplir los 19, Hendrix había sido detenido dos veces manejando autos robados, y se le ofreció enlistarse en el servicio militar para evitar ir a la cárcel. Después de ocho semanas de entrenamiento, fue asignado a la Fuerza Aérea, donde se entrenó como paracaidista, aunque la experiencia estuvo lejos de ser grata. De acuerdo a las cartas que le enviaba a su padre, el maltrato era constante y sólo pudo sobrellevarlo gracias a una guitarra eléctrica. De a poco, comenzó a rebelarse cada vez con más fuerza hasta que uno de sus superiores escribió en un informe: "Siento que el servicio militar se beneficiará con su ausencia lo antes posible", por lo que su retiro terminó siendo por un acuerdo entre partes (y no por una fractura de tobillo, cómo él mismo se encargó de hacer creer).
Guitarra se vende
A principios de agosto, una guitarra de Jimi Hendrix se subastó por el nada despreciable monto de doscientos dieciséis mil dólares para un comprador anónimo. El instrumento en cuestión era una eléctrica sin marca de origen japonés que el músico compró luego de retirarse del ejército, en 1962. La guitarra lo acompañó durante su etapa como músico de sesión para varios artistas de rhythm and blues y durante sus primeros pasos como solista en Nueva York. Cuando Hendrix partió a Londres para probar suerte, la dejó en la casa de su amigo Mike Quashie, que se encargó de certificar la autenticidad del instrumento al poco tiempo de la muerte de Jimi.
Un vecino ilustre… y de otra época
Al tiempo de radicarse en Londres, Jimi Hendrix y su novia Kathy Etchingham comenzaron a buscar una casa para mudarse juntos, y la solución apareció en el elegante distrito de Mayfair. Ubicada en el número 23 de la calle Brook Street, la vivienda en la que el guitarrista se instaló entre 1968 y 1969 compartía medianera con la casa en la que vivió el compositor barroco Georg Friedrich Händel en el siglo XVIII. Y como todo siempre puede ser una oportunidad, ambas residencias forman parte de una misma atracción turística, oportunamente titulada Händel & Hendrix in London.
La colaboración beatle que no fue
Es sabido que Hendrix y los Beatles compartían una admiración mutua, al punto que McCartney fue a verlo en vivo en Londres en 1967 y Jimi comenzó su show con la canción que da título a Sgt Pepper’s Lonely Hearts Club Band… que había sido publicado ese mismo día. El bajista lo invitó a que participase junto a su banda como grupo invitado en la filmación de Magical Mystery Tour, pero la agenda del músico no lo permitió, y en su lugar reclutaron a The Bonzo Dog Doo-Dah Band, el combo experimental liderado por Neil Innes y Vivian Stanshall.
Jimmy James
Ya dijimos que Hendrix nació como Johnny Allen y su padre Al lo rebautizó como James Marshall, como homenaje a él mismo (su verdarero nombre era James) y también para su hermano, Leon Marshall. Pero a la hora de un nombre artístico Hendrix primero optó por el de Jimmy James. Sin embargo, lo dejó de lado al saber de la existencia de un cantante de Jamaica con ese nombre, por lo que decidió ir por la vía simple y reinventar su diminutivo en una versión más simple: Jimi.
Al servicio de otros
Bajo el alias Jimmy James, Hendrix dio sus primeros pasos como músico profesional, principalmente como sesionista, compartiendo estudios y escenarios con Ike & Tina Turner, Sam Cooke y The Isley Brothers. En este período también fue músico de Little Richard, y la leyenda dice que el autor de "Tutti Frutti" lo echó de su banda porque su apariencia y su estilo para tocar llamaban demasiado la atención y le robaban protagonismo. Al poco tiempo, Hendrix dio forma a Jimmy James and the Blue Flames, en 1966, el primer proyecto en el que pasó de un papel secundario a ser líder, en donde dio forma inicial a varias de las canciones que luego completaría con The Jimi Hendrix Experience.
Soy mi propio maestro
Creador de un estilo único a partir de la experimentación constante, Jimi Hendrix se volvió una suerte de materia obligatoria para la gran mayoría de aprendices de guitarra eléctrica, un estándar al que estudiar minuciosamente en cada movimiento para poder alcanzar su nivel. Irónicamente, Hendrix era autodidacta, al punto que existen fotos suyas utlizando guitarras posicionadas para zurdo pero sin cambiarles el encordado para diestros. Además, tampoco sabía leer ni escribir partituras, y muchas ideas las registraba en un grabador portátil al no tener las herramientas para bajarlas al papel.
La tapa censurada
El último álbum de estudio que Hendrix publicó en vida estuvo lejos de respetar la visión artística de su creador. Para la portada de Electric Ladyland, Jimi quería utilizar una foto que Linda Eastman había sacado al trío en la escultura de Alicia en el país de las maravillas que se encuentra en el Central Park, e incluso envió al sello un boceto de cómo debía ser. Lejos de respetar su deseo, la discográfica hizo caso omiso e ilustró la tapa con una foto fuera de foco del músico tocando en vivo en Londres. Del otro lado del Atlántico, la cosa fue más difícil: Track Records, encargada de publicar el álbum en Inglaterra, utilizó una imagen del fotógrafo David Montgomery con diecinueve mujeres desnudas. Varias disquerías se negaron a vender el disco al considerar "pornográfica" a la imagen, mientras que las que optaron por hacerlo lo metían dentro de una bolsa de papel madera.
El costado fierrero
Si bien la asociación inmediata que se puede hacer con Hendrix es con la música, el bueno de Jimi tenía una pasión no tan conocida nada relacionada con los instrumentos: los automóviles. Al margen de haber tenido problemas con la ley a los diecinueve por manejar vehículos robados, su fortuna no la gastó en guitarras exóticas pero sí llegó a tener seis Corvette Stingray, a pesar de que nunca tramitó la licencia para conducir. ¿El motivo? Tenía problemas de visión y se negaba a tener que usar anteojos al momento de sentarse al volante.
Infancia: entre el desamparo y la violencia intrafamiliar
El pequeño Jimi recién pudo ver por primera vez a su padre, reclutado en el ejército por la Segunda Guerra Mundial, cuando cumplió tres años, por lo que hasta ese momento pasó mucho tiempo con tíos y amigos familiares. Tanto que estuvieron cerca de adoptarlo. La situación no mejoró cuando papá Al volvió del ejército y se reconcilió con mamá Lucille. Ambos se emborrachaban seguido y la amenaza de una separación era constante. Encima, por precariedad laboral, "la familia" (había también otros tres hermanos) debía mudarse recurrentemente por la zona de Seattle y la consecuencia es que Jimi pasó varias temporadas viviendo en moteles, lo que hizo que desarrollara, según su biógrafo Charles Cross, un carácter tímido, desconfiado y sensible que terminó de cristalizarse cuando a sus nueve años sus padres finalmente se divorciaron y el juez determinó que Jimi y su hermano Leon quedaran a cargo del papá. ¿Conclusión? Una infancia partida y taciturna.
El Servicio militar: lo que que unió a padre e hijo
Tres días después de casarse con Lucille, Al Hendrix tuvo que marchar para alistarse en el ejército. La Segunda Guerra Mundial estaba en su apogeo. Cuando nació Jimi, le correspondían unos días de licencia por paternidad. Sin embargo, le fueron negados. Y para evitar que desertara, lo confinaron dos meses en Alabama sin posibilidad de defenderse o apelar. Ahí, encerrado, fue que recibió el telegrama que le informaba del nacimiento de su primogénito, a quien recién conocería tres años después. Para Al, entonces, el servicio militar siempre tuvo un gusto amargo. Y Jimi mantuvo el patrón. Empujado por la justicia a unirse a la fuerza cuando lo agarraron manejando autos robados, nunca logró cuajar. "Por favor ¡enviame la guitarra!", le escribió urgente a su padre cuando ya los ejercicios y castigos se hicieron cada vez más frecuentes. "¡La necesito realmente!". Y Al, recordando lo que él mismo había sufrido en el ejército, movió cielo y tierra para cumplir con el pedido. Un gesto que Hendrix valoró y le permitió recobrar el vínculo entre ambos.
El ojo beatle
Si bien ya exitoso en Inglaterra (principalmente por el single "Hey Joe"), Hendrix todavía era un ilustre desconocido cuando en 1967 participó del Monterey Pop Festival. Invitación que recibió luego de que Paul McCartney insistiera a los organizadores al son de que se trataba de un "absoluto as de la guitarra" (tenía bueno ojo, el beatle). Introducido por el stone Brian Jones (otro fan; Hendrix fascinaba en ambos extremos de la grieta, se ve) como "el más excitante perfomer" que alguna vez presenció, Jimi se despachó con un show para el recuerdo que terminó con él incendiando la guitarra (icónica foto) y posicionó como la nueva estrella del momento. El primer guitar-hero de la cultura rock. El biógrafo Keith Shadwick lo describió así: "Hendrix no solo era algo completamente nuevo musicalmente sino también la visión original de cómo debería y podía verse un artista afroamericano".
Cuando chocaron los planetas: Clapton versus Hendrix
Hendrix la pegó primero en Inglaterra que en Estados Unidos. Y una de las razones fue el icónico momento que vivió cuando una noche subió de invitado de Cream y dejó a Eric Clapton casi como un principiante recién salido de la escuelita de rock de Jack Black. Ocurrió en 1968, en Londres, cuando los Cream ya eran una banda de peso y recibieron el pedido del ascendente Hendrix de ser su invitado. Aceptaron. Cuenta Clapton: "Subió para 'Killing Floor', nuestro cover de Howlin' Wolf. Y sencillamente la descosió. Cuando terminó y bajó, mi vida nunca volvió a ser la misma". Los presentes aquella noche concuerdan. Pero Hendrix siempre fue reticente en agrandar el mito y cada vez que le preguntaban por ese momento se desmarcaba elogiando al trío. No sólo un mago, también un caballero.
Una tarde de borrachera con Dylan
Años antes de que alcanzara y que incluso grabara su famosa versión de "All Along the Watchtower", Hendrix se mudó al Greenwich Village de Nueva York, cansado de la rutina a la que lo sometía el ser sesionista del circuito R&B (era parte de la banda de Little Richard). Tomó empleo como guitarrista estable en Au Go Gox, uno de los cafés clave de la movida folk. Y una noche de 1965, de salida por The Kettle of Fish, otro bar de la escena, se topó con Dylan. Ajenos al éxito que los iba a unir luego, compartieron una noche de borrachera y amistad. "Solía aburrirme muy pronto de todos y de todo. Por eso me acerqué a Dylan, porque me ofrecía algo totalmente nuevo", contó años después. "Solía llevar consigo un bloc donde anotaba todo lo que veía. Me di cuenta que no le hacía falta drogarse para escribir. Aunque seguramente igual lo hacía", agregó al tiempo que destacaba: "Siempre admiré lo cararrota que era para desafinar tanto y que igual resultara bueno. Sus letras eran las de un artista". En el bootleg de Biograph, su box set, Dylan le retribuyó: "Siempre me gustó su versión de 'All Along the Watchtower' y desde que murió lo canté de esa manera. De alguna forma siento que es un tributo a él".
Woodstock: el ícono
En una carrera que fue tan meteórica como impactante y trascendental, su presentación como número de cierre de Woodstock, a las ocho de la mañana de un lunes, ante un público ya cansado y viniendo de una "mala" preparación con la banda ("Nunca comentamos en los ensayos", contó el batero Mitch Mitchell), terminó convirtiéndose --vista a la distancia-- en su gran momento cumbre (entre varios posibles). Y también una de las estampas más icónicas de esa década: la del propio Jimi electrificando el ambiente con su look de chaqueta de cuero blanca y flecos, vincha roja y jeans celestes. Las protestas por la Guerra de Vietnam estaban en auge. Y Hendrix aprovechó ese clima para hacerlas confluir con su música. Por ejemplo, como ya señalamos, interpretando el himno nacional de Estados Unidos bajo la estética de la Experience (o sea, con abundante efectos de guitarra que imitaban los sonidos de bombas y explosivos), lo cual fue tomado inmediatamente como una declaración antibélica. Y así era. "Todos somos estadounidenses. Fue como decir: '¡Vamos América!'. Y por eso lo tocamos de la forma cargada en que siento que se respira el aire hoy", declaró Hendrix que se desvaneció apenas terminó su actuación, agotado por tres días sin dormir. Y quedando en la historia para siempre.
El fan: Claudio Gabis
El estilo y genio de Jimi Hendrix estuvo presente desde los inicios del rock argentino. Un claro ejemplo es Claudio Gabis, legendario guitarrista de Manal, que hizo carne su magia en temas como "Blues de la amenaza nocturna", entre varios otros. "Cuando trato de explicar la razón por la cual es considerado un genio digo, para empezar, que hasta su aparición la guitarra sonaba en blanco y negro y que él invento la guitarra en colores", le contó al periodista Roque Di Pietro en el sitio RecorPlay. "La invención y desarrollo inicial de la mayoría de los pedales de efectos que hoy todos conocemos y usamos (fuzz, wah wah, chorus, etcétera) se debió a los experimentos que algunos ingenieros de sonido realizaron para satisfacer los requerimientos y caprichos creativos del Mago Zurdo de la Stratocaster. Pero eso no es todo. Nadie, hasta Hendrix, había tocado la guitarra con tanta energía y desenfado ni le había hecho el amor en público como él. La relación de Hendrix y su instrumento era puro erotismo, pleno de ferocidad y ternura. Músico e instrumento formaban una pareja apasionada, caliente, loca. Algo hermoso y sorprendente de ver y escuchar".
Skay Beilinson y su bautismo con Hendrix
Si bien su estilo se emparenta más con guitarristas como David Gilmour, Ry Cooder o Mark Knopfler ("Los que con poquito hacen más"), Skay Beilinson siempre se preocupó por destacar su admiración por Hendrix, más allá de que fue "incapaz de tocar algo similar la lo de él", según sus propias palabras. No importa: el exviolero de Los Redondos nunca dejó de tenerlo "ahí arriba". Seguramente, entre otras razones, por el hecho de ser de los pocos argentinos (¿el único músicos del rock nacional?) que pudo verlo en vivo. Ocurrió cuando gracias a un premio que ganó en esa época pudo viajar con su hermano a Europa a mediados del 68 y además de participar de las famosas revueltas estudiantiles de París cruzar a Londres para ver varias bandas y artistas de rock. Entre ellos al oriundo de Seattle en el Royal Albert Hall. Allí, una noche de 1969, presenció con sus propios ojos la magia sonora del autor de "Purple Haze". Recibió su bautismo. Y ya nada volvió a ser lo mismo.
La Experience: claves de una máquina de volar
Tres nombres: Jimi Hendrix en voz y guitarra, Noel Redding en bajo y coros, Mitch Mitchell en batería y coros. Dos ingleses y un estadounidense. Un negro y dos blancos. Un triángulo musical que plasmó y popularizó como casi ninguno otro en esos mismos años la confluencia de psicodelia, inspiración soul y hard rock. Y que dejó temas como "Hey Joe", "Purple Haze", "The Wind Cries Mary", "Burning of the Midnight Lamp" y "All Along the Watchtower". Todos hits que trascendieron el tiempo y que el trío acompañó con una imagen elegantemente desmarañada que era a la vez continuación del Dylan de Blonde on Blonde como anticipo del glam que pronto se vendría (esas caballeras batidas y cuerpos enfundados en atuendos coloridos que parecían salidos de una fábula de Lewis Caroll). The Jimi Hendrix Experience abrió las puertas de la percepción por el lado del sonido, esa electricidad que partía de la guitarra de Jimi para elevarlos a los tres y envolverlos en una especie de tormenta siempre a punto de estallar. Rayos y relámpagos para temas en combustión constante que no desdeñaban el formato canción ni tampoco la deriva libre y corporal. Un pasaporte a otra dimensión.
En el indie también: como Hendrix influyó a las últimas generaciones
Que Hendrix influyó a los grandes guitarras del rock nacional se sabe. ¿Pero cuánta fue su llegada a las siguientes generaciones, esa escena under y/o indie que revitalizó el rock argentino desde fines de los noventa para acá? "Es un ícono como Maradona. Si te interesa el rock más vale que investigues a Hendrix, ¿no? Suelo tocar guitarra eléctrica distorsionada amplificada por válvulas, así que en mi caso fue imposible no beber de ahí", subraya Ariel Mimimal de Pez, mientras que Maxi Prietto de Los Espíritus suma: "Fue un revolucionario. Incorporó los acoples y todo lo que se creía que eran desperfectos a la expresión del instrumento. Nunca me voy a olvidar cuando descubrí 'Maniac Depression' de chico y no paré hasta sacarlo. Me pareció lo más rockero que había escuchado en mi vida".
Los discos póstumos
Hendrix fue una de las primeras figuras de los sesenta en morir a los 27 (antecedió a Janis Joplin y Jim Morrison; aunque no a Brian Jones) y por ende, como miembro co-fundador de "el club", tuvo el "privilegio" de picar en punta en cuanto a engrosar y hacer crecer la industria de los discos póstumos, ítem en el que terminó siendo explotado como si todavía estuviese vivo y componiendo canciones. Entre esos discos post mortem corresponde destacar obviamente el que estaba preparando al momento de morir, The Cry of Love (1971), con mayoría de mezclas terminadas por él mismo, así como los dos siguientes: Rainbow Bridge (1971) y War Heroes (1972). A partir de allí, los siguientes fueron decreciendo en cuanto a su calidad (empezaron a incluir jams y temas no terminados; algunos interesantes, otros no) y la molesta sensación de un fantasma Hendrix al que no lo dejan descansar, creció de manera inversamente proporcional.
Los secretos para el trabajo en estudios
En 2018 se publicó Both Sides of The Sky, un disco con diez inéditos de Hendrix que incluye versiones de temas de Muddy Waters y Joni Mitchell. En la campaña de promoción del álbum, el productor Eddie Kramer (quien trabajó también con The Beatles y Kiss) contó cómo trabajaba el músico: "Su proceso de escritura era muy largo, podía tardar meses. Primero pensaba en la melodía de la guitarra, luego en la estructura general de la canción. Solía llevar un montón de papeles en sus bolsillos con ideas que luego reunía en diferentes temas".
La grabación frustrada con Miles Davis
En 1969, Hendrix intentó grabar una sesión de música con Miles Davis. Fiel a su estilo informal, Jimi, tenía la idea de juntarse a tocar con el célebre trompetista y después ver qué hacer con ese material. El día anterior al encuentro, Miles llamó al manager de su anfitrión y le pidió "un adelanto de 50 mil dólares". El proyecto quedó trunco, pero un tiempo después Miles fue a visitar a Hendrix a su departamento en Nueva York, tocó un rato con él en privado y a fin de año asistió a uno de los cuatro conciertos de la Band of Gypsys en el Fillmore East, una serie inolvidable con el coro de góspel Voices of East Harlem de telonero.
El show en la isla de Wight
Hendrix llegó a este histórico festival, en el que también participaron figuras como The Doors, Joni Mitchell, Miles Davis, Leonard Cohen y The Who, en medio de una abstinencia con las drogas que lo tenía a maltraer. Su show, el último que daría en territorio británico, arrancó a las dos de la mañana y fue bastante irregular, de acuerdo a los comentarios de la prensa de la época. Arrancó con unos compases de la canción patriótica inglesa "God Save the Queen" y terminó con un pequeño incendio provocado por bengalas que lanzó el público contra las marquesinas de madera del escenario.
El documental de su hermana Janie
Luego de la muerte de Jimi, su hermana Janie montó la empresa Experience Hendrix, se adjudicó el cargo de directora general, distribuyó puestos ejecutivos entre miembros de la familia y se dedicó al rescate del más mínimo gesto artístico esbozado por su hermano. Parte de la información que reunió fue a parar al documental Jimi Hendrix: Voodoo Child (2010), donde aparecen las cartas del músico a su padre, borradores con la letras de temas que nunca grabó, entrevistas televisivas, fragmentos de varios conciertos y la palabra del propio Hendrix en boca de Bootsy Collins, bajista de Parliament y Funkadelic.
Hendrix transformado en Marylin Monroe
La primera experiencia con ácido lisérgico de Hendrix tuvo características bastante particulares. Fue en 1966, cuando el LSD aun era legal en Estados Unidos (algo que cambió al año siguiente), y el músico ya había probado antes marihuana, cocaína y barbitúricos. Aunque terminó siendo un estímulo clave y muy evidente para su música (Jimi solía decir que no tocaba notas, sino colores), su look y el arte de sus discos, el debut fue realmente inquietante. "Me miré al espejo y pensé que era Marylin Monroe", confesó un tiempo más tarde.
Alcohol e ira
Como un Dr Jekyl/Mr. Hyde, Hendrix era uno antes de beber grandes cantidades de alcohol y otro después de hacerlo. Se volvía irascible y su personalidad cambiaba por completo: violento e irreconocible, al punto de destrozar habitaciones de hotel o pegarle a su amigo Paul Caruso, a quien acusó sin motivos del robo que sufrió su casa de California.
La fascinación con Johnny Guitar
Hendrix quedó impactado con Johnny Guitar, el famoso western de Nicholas Ray estrenado en 1954. Vio la película cuando era adolescente y se quedó sobre todo con una imagen: la del personaje interpretado por Sterling Hayden, un pistolero que cambia su revolver por una guitarra y la lleva todo el tiempo colgada con el mástil hacia abajo, algo que Jimi imitaría durante años. Al poco tiempo, Hendrix vería cantar a Elvis y predicar a Little Richard, otras experiencias que serían claves para forjar su propia personalidad como artista.
La pelea con Solomon Burke
En 1963, cuando tenía apenas 21 años, Hendrix ya era un guitarrista experto que trabajaba como sesionista para artistas como Slim Harpo, Carla Thomas y Solomon Burke. Con Burke, un predicador de 115 kilos y una voz igual de voluminosa que ya era una gran figura del soul en esos años, salió de gira más de una vez. Pero sus intervenciones en las canciones, por lo general alejadas de lo que estaba previsto, hicieron enojar al cantante. "Era un guitarrista excepcional, pero de pronto empezó a tocar partes muy extrañas que no formaban parte de las canciones y decidí echarlo", reveló Solomon alguna vez.
Un funeral familiar
El funeral de Jimi Hendrix se llevó a cabo el 1 de octubre de 1970 en la Dunlap Baptist Church de Seattle, la ciudad en la que había nacido el guitarrista. Aunque hubo rumores de que asistirían los Beatles y habría una jam para cerrar la ceremonia, nada de eso ocurrió. Sí estuvieron presentes dos músicos que lo admiraban, Johnny Winter y John Hammond Jr., y toda su familia, incluyendo a su hermano Leon, que estaba en prisión y obtuvo un permiso para ir acompañado por un guardia armado. Jimi lucía en el ataúd el mismo traje que había usado en el juicio por tenencia de drogas que enfrentó en Toronto, en 1969.
Producción y textos: Martín Graziano, Silvina Marino, Alejandro Lingenti, Joaquín Vismara y Juan Manuel Strassburger
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