Jekyll &Hyde: el clásico de Stevenson desembarcó en la calle Corrientes
El exitoso musical de Broadway se presenta en el Metropolitan Citi; es una de las obras más vistas del verano porteño y su elenco está encabezado por Juan Rodó, Raúl Lavié, Melania Lenoir y Eluney Zalazar
"Qué pinta, Raúl", se escucha en la sala. Una voz reconocida e imponente contesta el elogio con una certeza: "Es la percha, todo me queda bien", seguida de una carcajada de la que el resto se hace eco. Raúl es Lavié, vestido de frac y galera. La sala es la del Metropolitan Citi, y los que ríen son el elenco y el ensamble de Jekyll & Hyde, en plenos preparativos para la pasada del primer acto. Juan Rodó, Melania Lenoir y Eluney Zalazar, junto a Lavié, son el cuarteto que protagoniza el musical que fue un éxito en Broadway, que recorrió escenarios de más de veinte países y que ahora se encuentra entre lo más visto del verano porteño. La versión local, dirigida por Sergio Lombardo (Phantom) además, cuenta con la dirección musical y coral de Damián Mahler, y coreografías de Mariano Botindari.
La obra, al igual que la novela de 1886 de Robert Louis Stevenson en la que está basada, indaga sobre la dualidad inherente al ser humano: la bondad y la maldad. El doctor Henry Jekyll, interpretado por Rodó, desea anular la parte negativa de los seres humanos. Para eso pide experimentar en pacientes de un hospital psiquiátrico, pero al ser rechazado decide hacerlo en sí mismo. Por accidente saca a la luz su otra personalidad, maligna y despiadada, conocida como Edward Hyde. Para Rodó, uno de los atractivos es que la temática es atemporal. "La dualidad entre el bien y el mal dentro de cada persona y las consecuencias de elegir un camino u otro siempre están presentes. Es muy actual. Ocurre todos los días, basta con abrir el diario y enterarse de las noticias para ver que existe." Director y protagonistas asienten. No es en lo único en lo que están de acuerdo. También piensan que es el musical que cualquier actor del género quiere hacer, que la música es bellísima y el libro es perfecto, que la elección del equipo fue ideal, que montaron la obra en tiempo récord, y que es algo especial que se produzca este tipo de espectáculo en una situación de crisis en el ámbito teatral.
Rodó esperó y se preparó para este papel por 18 años. Desde que conoció la obra, imaginó cómo sería hacerla. Sin videos ni ningún tipo de referencia audiovisual, sentía que era una obra perfecta, y cuando escuchaba el disco se imaginaba en un escenario. "Más allá de que yo sea el primer agradecido en poder hacerlo, creo que el público merece tener la posibilidad de ver este espectáculo. Los roles son los más deseados por cualquier colega", asegura el actor. Tan deseado es el papel protagónico que permite explorar y ponerle el cuerpo a dos personalidades, que otro miembro del elenco, años atrás, también soñó con interpretarlo. "Conocía a Jekyll & Hyde y hasta alguna vez pensé en hacerla. Después de actuar en El hombre de La Mancha pensé qué musical me gustaría hacer y apareció este. Nunca conseguí productores y pasaron los años. Me olvidé y ahora surgió esta oportunidad. Estoy muy feliz de participar", cuenta Lavié, quien encarna a John Utterson, abogado y confidente del protagonista, y asegura que Rodó es la persona perfecta para encarnar ambas facetas, la del bien y la del mal.
Los personajes femeninos son tan opuestos como Jekyll y Hyde, y cada uno representa una personalidad. Lucy Harris, interpretada por Lenoir, es una prostituta que entabla amistad con Jekyll. Emma Carew, encarnada por Zalazar, es la dulce prometida del doctor. Una personifica lo pasional; la otra la ternura. "No sabés lo que el personaje tiene para darte hasta que lo hacés", dice Lenoir. "Creo que es la primera vez que siento que encuentro la base del personaje tan rápido, y creo que es por lo bien escrita que está la obra. Todo fluye, es muy gozoso de actuar porque la escena empieza y ya siento la emoción." Su personaje, Lucy, es la atracción principal del prostíbulo The Red Hat, lugar al que Jekyll va en su despedida de soltero. Tiene partes explosivas y partes más intimistas. "Es un personaje muy rico, tiene polaridades y matices increíbles", asegura la actriz, feliz de volver a hacer drama luego de haber hecho comedias como The Rocky Horror Show, Shrek y Forever Young. En cambio, Zalazar asegura que la mayor complejidad que tiene es lo lineal de su personaje. "Más allá de que pueda tener momentos de más temperamento, su templanza recorre toda la obra. Es lo más rico y difícil para trabajar, además de lo vocal. Emma encarna a la dulzura en una obra oscura."
Para el director, el desafío está en dirigir una obra tan probada y con tanto recorrido. "Es difícil por la comparación. Uno ya tiene la obra muy vista." Sin embargo, destaca la labor del equipo desde el primer momento, y con sólo tres semanas de ensayo: llegaron el primer día con el material estudiado y eso facilitó el proceso. Fue fácil, aun cuando es una obra que tiene cerca de treinta actores y en la versión local se hace con catorce que, a su vez, se desdoblan en personajes más chicos, se encargan de mover la escenografía y tienen ocho cambios de vestuario.
La escenografía es el único elemento notablemente distinto de la puesta original. Estructuras metálicas movibles, que con agregados forman los ambientes, como el laboratorio del doctor o el prostíbulo The Red Hat. "No tenemos la escenografía automatizada de Broadway porque claramente no tenemos la posibilidad de hacerlo sin que el productor funda", dice Rodó. Todos destacan lo abstracto de la puesta escenográfica: permite imaginar más, es un respiro visual y no se corren riesgos de abrumar al espectador con las referencias de época.
Otro de los cambios con la versión quizá más vista, la de Broadway de 2000 con David Hasselhoff -famoso mundialmente por su papel en la serie de televisión Baywatch-, es la cantidad de texto. "Estamos trabajando con la versión que manda Broadway, la nueva original. Con menos palabras tenemos que llegar a las mismas situaciones", aclara el director. Sin embargo, eso no representó un problema. La obra, como dice Rodó, es una obra a tracción a sangre. Se sostiene a través de las situaciones y de lo que pasa en los números musicales. La escenografía no es grandilocuente, no hay efectos especiales ni hay números explosivos con bailarines vestidos con lentejuelas. Las actuaciones son todo. Una vez más, todos están de acuerdo: la elección del equipo fue perfecta.
De apuestas y de logros en tiempos de crisis
Producir y apostar a un musical en un momento de crisis en el teatro, parece impensado. Mientras que en plazas teatrales como Mar del Plata y Villa Carlos Paz se llevaron menos títulos de lo habitual y hasta hay salas cerradas, en Buenos Aires se apuesta a un musical de Broadway con 15 personas en escena.
Melania Lenoir dice que es muy especial que se haga una obra así en este momento. "Hoy por hoy, como actriz, me pregunto si se van a producir musicales, y acá hay gente produciéndolos. Es una gran oportunidad. Un musical es muy costoso y difícil. Que se haga y con una escenografía y vestuario tan espectaculares, es buenísimo."
"El título mismo te hace pensar y te hace escapar un poco de la realidad para sumergirte en un lugar misterioso", dice Rodó, quien cree que ahí está la clave para que Jekyll &Hyde sea un éxito: que el público pueda sumergirse, por unas horas, en otra historia.
Jekyll & Hyde
Con Juan Rodó y Raúl Lavié
Metropolitan Citi, Corrientes 1343
Funciones, de miércoles a viernes, a las 20.30; sábados, a las 18.30 y 21.45; domingos, a las 20
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