Jeen-Yuhs, la vida de Kanye West a través de sus canciones y del ojo de la cámara que viene persiguiéndolo desde que era un desconocido
El rapero que revolucionó el hip hop en las últimas décadas es objeto de un documental imperdible para los amantes de la música; de paso, funciona como un resumen de su discografía, como un grandes éxitos
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La docu-serie estrenada por Netflix en febrero no es un documental sobre Kanye West sino una puesta en pantalla del archivo que Coodie (Clarence Simmons) fue acumulando durante 21 años desde que empezó a registrar a Kanye West en Chi-Town (Chicago) para un programa de cable llamado Channel Zero. Así Jeen-Yuhs documenta los primeros pasos de Ye (como se renombró Kanye en el registro civil de Los Ángeles) pero también es la historia de la cámara de Coodie cerca y lejos de Ye según su meteórico ascenso a la fama. No solo se puede escuchar música de West en esta docu-serie sino algunas de sus mejores producciones para otros rappers y sus proyectos paralelos. Un testimonio valioso sobre uno de los mejores artistas del siglo XXI.
“Izzo (H.O.V.A) (Jay Z, 2001). La docuserie sigue a Kanye West desde sus primeros pasos como productor en la escena de Chicago hasta que consigue llamar la atención de Jay-Z, estrella del sello Roc-A-Fella. Ya instalado en New York, West participa del decisivo álbum The Blueprint con un beat que le hace escuchar en un alto de las sesiones en los estudios. West utiliza un sample del hit “I want you back”, de los Jackson 5, cuyo arreglo de cuerdas se vuelve un loop y sobre el que Jay-Z tira la primera rima que luego se convertiría en estribillo: “H to the Izz-o, V to de Izz-A”. Es el primer simple de Jay-Z que conquistó el top 10 de Billboard.
“Through the wire” (Kanye West, 2004). Un antes y después en la vida y la carrera discográfica de Kanye West, “Through the Wire” es a la vez su primer video en alta rotación, su primer simple y la crónica de un accidente automovilístico en el que pudo perder la vida. Toda la canción está montada sobre “Through the Fire”, un hit de la cantante de R&B Chaka Khan editado en 1985 que es acelerado hasta volver irreconocible el original. Este tipo de manipulación sobre el sample se volvería una de las marcas de estilo de Kanye, tanto como el uso virtuoso del autotune (lo que para Hendrix había sido el wah wah). El título hace referencia a la cirugía que tuvieron que practicarle al productor y rapper cuando chocó manejando un Lexus alquilado. “Tomo un Boost de desayuno/ y un Ensure de cena/alguien ordenó un panqueque, solo puedo sorber el sirup” rima dando cuenta del tipo de alimentación que podía recibir en el pos-operatorio.
“Never Let me Down” (Kanye West, 2004). También incluida en el álbum debut The College Dropout, esta canción montada sobre un sample de Michael Bolton (con su efímera banda Blackjack) reparte sus rimas entre Jay-Z, J.Ivy y el mismo West. Es leyenda que Bolton desconocía tanto a West como a Jay-Z cuando se le pidió permiso para utilizar un fragmento de su canción. “Papá, son algo así como los raperos más famosos del mundo”, le dijeron sus hijas. “Primero tomé la calle/ahora tomo los charts/primero puse el oído/ahora tienen que oírme” dice West en una rima de autoafirmación. El verso más contundente: “Me inclino por mi abuelo/que tomó a mi madre y la puso en esos asientos donde los blancos no quieren vernos comer/A los tiernos seis años ya había sido detenida en una sentada/Y con eso en la sangre nací para ser diferente”. A diferencia de otros sampleos que son muy evidentes, “Maybe it’s the Power of Love” queda sumergido entre las capas de percusión digital, coros y fraseos de piano en loop.
“Number one” (John Legend feat. Kanye West, 2005). La destreza de West como productor de neo-soul queda demostrada en Get Lifted, el segundo álbum de John Legend cuyo estilo vocal recuerda a estrellas del Motown clásico como Jimmy Ruffin. Aunque Legend se mantenga fiel a la estructura del pop negro, los artificios de West le dan a la canción una contemporaneidad absoluta. El beat es tribal y violento en contraste con la suavidad de las estrofas también alterada por un breve rapeo de Kanye en síncopa.
“Gold Digger” (Kanye West, 2005). Una de las mejores reconstrucciones de Kanye West sobre el acervo de la música negra del siglo XX se escucha en su segundo álbum, Late Registration. La voz inconfundible de Ray Charles entonando la frase “She gives me money when I’m in need” (“I got a Woman”, 1954) se escucha a capella, primero, y es repetida como un mantra luego mientras West agrega un beat certero y rapea en contrapunto dándole una segunda vida a este clásico. La fórmula parece de una sencillez apabullante, pero es el resultado de una trama por demás compleja: si ya en Ray Charles el jazz, los blues y el gospel se fundían para prologar el rock and roll y el soul, aquí West lleva todo eso a un contexto cyborg. Los cambios de tono naturalizados en la armonía original adquieren aquí un realce que crece con cada escucha. Obra maestra.
“Hey Mama” (Kanye West, 2005). Si hay algo en lo que la docu-serie va a fondo es en la especial relación que West tuvo con su madre Donda, a quien le dedicó este track de Late Registration (del mismo modo que gran parte del álbum 808 & Heartbreak, 2008 y Donda, 2021). Queda claro viendo el archivo filmado por Coodie donde Mama West impulsa el interés de Kanye por la música para terminar convirtiéndose en su manager y directora de su fundación. ¿Nene de mamá? West no tiene que renegar de la protección y cariño de sus padres y más de una vez se encarga en las filmaciones y entrevistas de explicar que un prontuario policial no hace al talento. Hasta que la megalomanía no sea considerada delito federal su historia es la mejor demostración de esto. Archívese en el edipop junto a “La sonrisa de mamá” (Palito Ortega) y “Mi Vieja” (Pappo), aunque esta tiene otro vuelo y la instrumentación es prodigiosa.
“Champion” (Kanye West, 2007). West tuvo que mandarles una nota con su firma y la historia por detrás de este rap a Donald Fagen y Walter Becker para que aprobaran el uso de “Kid Charlemagne” de Steely Dan en el álbum Graduation. La canción original había sido editada por el grupo de jazz-rock en The Royal Scam (1976) y West toma apenas la frase “Did you realice that you were a champion in their eyes?” de donde sale el título del track. Un fragmento microscópico (West practica biopsias sobre el catálogo pop y soul) se reitera como un loop a lo largo de todo el rap que pone sobre la mesa la compleja relación de West con su padre Ray. En este mismo álbum West utiliza una melodía de los alemanes Can, una banda de culto de los 70, demostrando que los samples podían abrirse del acervo negro (jazz, blues, soul, funk) para minar el catálogo del rock pos psicodélico también (como haría con King Crimson un par de años después).
“I Love Kanye” (Kanye West, 2016). En uno de los capítulos de la docu-serie vemos a Kanye en estado puro, mineral, rapeando a capella esta rima autocelebratoria que pasó directo a The Life of Pablo. Todos los versos terminan con su nombre en un laberinto tautológico sin salida de cuarenta y cuatro segundos: “Te amo como Kanye ama a Kanye”. Se diría que nadie fue más lejos en el precepto bíblico de “ama a tu prójimo como a ti mismo”. Las risas al final lo explican todo: Kanye se burla de su propia egomanía, centro de muchas de las críticas dentro y fuera del hip hop, llevándola a un extremo sin retorno.
“4th Dimenssion” (Kids See Ghost, 2018). Junto a Kid Cudi, West formó el dúo Kids See Ghost cuyo único álbum puede contarse entre lo más experimental que haya producido y grabado. “4th Dimenssion” empieza con un sample vintage de Louis Prima (conocido en los años 40 como el “Rey del Swing”) para enrarecerse y llevar al hip hop a los bordes de la música concreta y una psicodelia oscura de mal viaje. Más cerca de Outkast (André 3000 participa en el álbum) que del estilo de la East Coast en el que se había desenvuelto siguiendo la estrella de Jay-Z, la música de este álbum sigue a los textos enfocados en la salud mental de West entonces sacudida por un tsunami emocional.
“Use this Gospel” (Kanye West, 2019). ¿A quién se le puede ocurrir meter un solo de saxo de Kenny G en una pieza de hip hop? Solo a Kanye West que, además, había contratado al músico que convirtió el saxo en cliché sonoro del romanticismo y ambiente de lobby de hotel internacional (y no tanto) para festejar San Valentín junto a su ex Kim Kardashian en la mansión donde convivían. Kenny G y West establecieron un vínculo después que terminó con una visita del saxofonista al estudio mientras se componía y producía lo que sería el álbum devocional Jesus is King. Fue sugerencia de Kenny G (que desconocía la música de West antes de la invitación) agregar un saxo en “Use this Gospel” y el Wonderboy de Chicago no solo aceptó sino que le cedió todo el protagonismo dejándolo sonar solo, en un vacío de la instrumentación. Kenny G replica el rapeo (casi cantado) de West con leves modificaciones jazzísticas y hasta comparte el crédito del track. Quién hubiera pensado en 1986 que Kenny G terminaría estampando su marca en el disco de un vanguardista popular.
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