El líder de Thirty Seconds to Mars cuestiona las guitarras distorsionadas
El nuevo disco de Thirty Seconds to Mars, el quinto de la banda, tiene lo que Jared Leto considera un título “bastante cargado”, y no está bromeando: se llama America. Es también el disco con más elementos electrónicos del grupo desde su debut homónimo de 2002, y también el más popero de su historia, con apariciones de invitados estelares como Halsey y A$AP Rocky, además de un tema producido por Zedd. “Esta vez no se trata necesariamente de himnos grandilocuentes con guitarras”, dice Leto, recién aterrizado de Italia, donde tuvo una fecha en un estadio techado con el grupo. “Durante mucho tiempo quise hacer un álbum acerca del sueño americano y de América como concepto. Y, a la mitad del proceso de grabación de este proyecto, pensé: ‘Bueno, quizás esté haciendo ese disco ahora mismo’.”
En el single “Walk on Water”, cantás: “Hacer el amor con el diablo duele”. ¿Podés explicar ese concepto?
Se trata de la vieja historia del conejo que quería viajar subido a un cocodrilo. Al final, el cocodrilo se lo come y dice: “Soy un maldito cocodrilo, ¿qué esperabas?”. Así que, si hacés un pacto con el diablo, hay cosas que podés esperar. En ese sentido, “Walk on Water” es una canción sobre la época en la que vivimos.
¿Quizás el diablo está ahora sentado en la Casa Blanca?
Podrías tomarlo como un ejemplo, claro. En París, la toqué ante 15.000 personas, y me sorprendió lo fuerte que cantaban. Más allá de que sea evidentemente una canción sobre Estados Unidos, parece que estas preocupaciones terminan siendo globales.
¿Qué los llevó a usar sonidos electrónicos en este disco?
Siempre me gustó esa mezcla, tanto en Depeche Mode como en The Who cuando tocan sintetizadores, o en Pink Floyd, que usaba la tecnología que fuera necesaria para darle a la canción el sonido que querían. Los platillos fuertes y las guitarras distorsionadas no se llevan muy bien con esta época. Si ponés eso fuerte, te empiezan a sangrar los oídos.
¿Eso no es porque masterizan todo demasiado fuerte?
Tenés razón, totalmente. Solía ser placentero poner Zeppelin o Nirvana a todo volumen en el auto. Ahora, todo el mundo se quejaría: es muy agudo, muy brillante. Creo que es algo que tiene que ver con decisiones estilísticas que en la música de hoy son ubicuas.
¿En qué artistas de pop y hip hop modernos se están inspirando?
Kanye siempre fue una inspiración, por su valentía. Y una de mis canciones preferidas de los últimos años es “Bored in the U.S.A.”, de Father John Misty. Hacía mucho tiempo que no escuchaba esa clase de verdad dicha en una canción. En general, los temas más grandes del mundo ahora tienen, no sé, tres instrumentos, incluyendo las voces. Estamos en una época de un minimalismo increíble y, para un grupo como el nuestro que siempre estuvo al máximo de sus posibilidades, es divertido experimentar en un territorio nuevo y romper nuestras propias reglas.
Bautizaron la gira a partir del nuevo tema instrumental, “Monolith”, con un sonido enorme. ¿Se inspiraron en Hans Zimmer, el compositor de bandas sonoras?
No directamente. Cuando hacemos canciones instrumentales, yo le digo al ingeniero: “Perdoname, necesito esa silla un momento”, y abro el Pro Tools y básicamente empiezo a componer. Siempre me gustaron las bandas de sonido, desde Ennio Morricone y Tangerine Dream. De hecho, cuando era chico, incluso me encantaba Carrozas de fuego. Y La última tentación de Cristo es uno de mis discos preferidos de la historia. En esta gira, “Monolith” suena antes de que ingrese una escultura cinética gigante al medio del estadio. Sí, tenemos un monolito de 18 metros en el lugar.
¿Un monolito de 18 metros?
Sí [risas]. Es más: empezamos el show tocando en una caja rectangular gigante. Hay muchas chances de que terminemos encerrados adentro de esa cosa. Pero nuestros recitales son tan relajados que, si pasara, sería el mejor show de la gira. Y mandaríamos a la producción a su casa, y no la usaríamos más.
Mientras trabajabas en este disco, filmaste dos películas: Escuadrón suicida y Blade Runner. ¿Se filtra algo de todo eso en las canciones nuevas?
No tanto. Cuando me enfoco en algo, me enfoco por completo, y cuando hago música, soy en parte manager, en parte agente de marketing, en parte director creativo, en parte productor, compositor, músico, cantante, cantautor. Lo disfruto, y muchas veces me vuelve más loco que la mierda. Para este disco, tenemos una película documental sobre Estados Unidos, filmada en todos los estados el mismo día, el 4 de julio del año pasado. Lo estamos editando. Fue una arremetida de desafíos creativos. Probablemente los más difíciles de mi carrera.
Como el gran inversionista en tecnología que sos, ¿cómo te sentís acerca del bitcoin y las criptomonedas?
Yo no jodo con cripto. Ese debería ser el nombre del disco. Les pregunté a dos de las personas más inteligentes que conozco, dos de las personas más exitosas del mundo, y las dos tenían una idea negativa sobre el bitocin. Lo cual, por supuesto, no significa que esas personas no puedan estar equivocadas.
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