Iron Maiden, hoy en Vélez

Para Iron Maiden está clarísimo que un tropezón no es caída. Surgidos en la escena heavy metal británica de mediados de los 70, veteranos de mil batallas y dueños de un resurgimiento y un reposicionamiento que pocos vislumbraban una década atrás, los hombres comandados por ese tándem que componen la voz de Bruce Dickinson y el bajo de Steve Harris dejaron su avión estacionado en los hangares del aeropuerto de Santiago de Chile y continuaron con el cronograma de conciertos.

Si una de las particularidades de Maiden -por cierto, la que menos tiene que ver con su música- es que la banda viaja en avión propio y piloteado por su cantante -retratado en el excelente documental Flight 666-, la noticia de que el Ed Force One había sufrido un accidente en Santiago de Chile, cuando era remolcado sin pasajeros, hizo temblar los planes de la banda. Pero con el mismo pulso firme con el que se mueven en escena decidieron continuar con el tour: tocar en Córdoba primero (anteanoche, ante 20 mil personas y en el estadio Mario Alberto Kempes) y hacerlo hoy en Vélez.

El estadio de Vélez Sarsfield es el lugar en el que más cómodo se siente el sexteto: los últimos shows en esa cancha fueron históricos, con performances demoledoras que recordaron y refrescaron sus míticos discos de los años 80. Esta vez desembarcan allí de la mano de su álbum doble The Book of Souls, sucesor de The Final Frontier y más sólido y contundente que su antecesor. Aquí logran plasmar sus viejos sueños de rock sinfónico, sin perder ni una pizca de ese sonido que se tornó tan clásico como atemporal.

Dickinson, Harris, los tres guitarristas, Dave Murray, Adrian Smith y Janick Gers, y el baterista Nicko McBrain saldrán a escena a las 21. Antes tocarán Raven Age (18.50) y Anthrax (19.45).

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