"I Will Always Love You": de Dolly Parton a Whitney Houston, todas las vidas de un gran éxito
Cualquiera que rememore la canción "I Will Always Love You" se transporta desde hace décadas a la figura de Whitney Houston. A la película El guardaespaldas. Y a una relación de amor-pasión. Indefectiblemente. Sin embargo, detrás de ese tema hay una historia completamente distinta, con otros protagonistas y otros sentimientos a los ya instalados en el imaginario popular. Y el primero de los eslabones de esta historia es Dolly Parton.
Corría el año 1973 y la estrella country nacida en 1946 en Severvielle (Tennesse) gestaba y componía el tema que se convertiría muy pronto en su caballito de batalla artístico y económico hasta hoy en día. Parton venía de una familia muy pobre, cuarta hija entre doce hermanos, dedicada al canto desde pequeña. Su progreso personal se remontaba a una mudanza a Nashville en 1965, una sucesión de discos exitosos y una obra maestra editada en 1971, Coat of Many Colors, en la que evocaba su vida familiar, su ámbito rural, y su espíritu de unión ante la adversidad económica "Soy tan rica como se puede ser en mi abrigo de tantos colores que mamá hizo para mí", cantaba por entonces en directa evocación a su madre cosiendo ropa para afrontar el frío sin recursos.
A su vez, desde 1967 Parton cosechaba seguidores, no sólo a fuerza de álbumes sino también (y sobre todo) gracias a su participación en el programa de televisión presentado por Porter Wagoner, donde trabajó durante siete años.
Precisamente, el vínculo con el músico fue el motor para componer "I Will Always Love You", grabada en 1973 y editada como sencillo un año después, como parte del disco Jolene. Dolly se había convertido en el atractivo principal del show, recibía ofertas de trabajo todo el tiempo, le escribían centenares de cartas sus fanáticos y las discusiones con Porter eran moneda corriente. Entonces, la cantante tomó la decisión de dejar el programa y abocarse a su carrera solista. Algunos de estos detalles se cuentan en el interesante documental Aquí estoy, disponible en Netflix, sobre vida y obra de Parton.
Aquí se dan a conocer dos versiones sobre el surgimiento de "I Will Always Love You": la de Porter y la de ella (que se supone como oficial). Wagoner contó que fue él mismo quien pidió a Dolly que escribiera una canción sobre un tema "más identificable" para el público de lo que ella venía hablando: el amor. Y, dijo él, que la compositora tenía el hit listo a los dos días. Sin embargo, para Parton la motivación fue otra: despedirse de su socio y mentor, después de tantos años unidos. Es decir, no se trataba desde el inicio de una canción de pareja que se separa: era sobre una disolución profesional que Dolly no sabía cómo afrontar así que decidió hacerlo cantando. Y lo hizo por primera vez en la oficina de Porter.
En síntesis, dedicó el tema al hombre por quien se hizo conocida masivamente, y al programa donde había estado, primero, como una invitada más del espectáculo, pero donde luego cobró un protagonismo que Porter habilitó no tanto por una cuestión afectiva, sino porque era un gestor cultural muy conocido en el country que no le temía al éxito del otro.
Lo que sigue con respecto a este vínculo es sencillo: el presentador demandó a la cantante, ella lo resarció económicamente y, aunque estuvieron algo distanciados, fue Parton quien lo acompañó en su lecho de muerte.
Lo que sigue con respecto al devenir cada vez más exitoso de la canción es más complejo. Desde un primer momento se supo que el tema la iba a pegar. El mismo Porter anunció a Dolly que esa composición le daría más dinero y fama que todas sus canciones juntas. Y así fue. Gracias a las versiones de otras músicas y de la propia Parton. Ella grabó otra para la película La mejor casita del placer (The Best Little Whorehouse, 1982), en la que interpretaba a una madama y cantaba a su coprotagonista Burt Reynolds "I Will Always Love You".
Por supuesto, la apropiación más absoluta y rimbombante del tema estuvo a cargo de Whitney Houston. Pero para llegar a esta parte del episodio faltan, al menos, dos datos esenciales. El primero es el interés que tenía Elvis Presley en adueñarse de la canción. El segundo es la versión "de transición" que realizó Linda Ronstadt en 1975.
Con respecto a El Rey, quería más que versionar el tema: quería los derechos de autor, que en Estados Unidos está permitido comprar (a diferencia de lo que sucede en Argentina, donde la propiedad intelectual no se vende). Pero, a pesar de que era legal y de que la oferta la estaba haciendo el número uno, Parton se negó. Ella no quiso perder su tema, lo que demostró su astucia como mujer de negocios. Un dato color que ejemplifica cuánto apreciaba Elvis ese tema lo aportó su mujer, Priscilla, que contó que luego de divorciarse ambos, al salir de la corte, su exmarido tarateba "I Will Always Love You".
Con respecto a Linda Ronstadt, lo interesante de su versión es que respeta la esencia de tema country pero con componentes de rock y de pop que sirven de enlace entre la canción original y la que hará Whitney Houston en 1992.
Y aquí, en esta escala, llegamos a la cumbre del tema, que estuvo 14 semanas en el Hot 100 de Billboard y es uno de los simples más vendidos de la historia de la música. La canción cobró una fama tal que a partir de ese momento la mayoría de la gente pensó que fue escrito por Houston, que da otra intencionalidad, otro carácter y otro volumen a la balada original de instrumentación y acompañamiento country.
Houston destacó bordaduras originales y agregó adornos tipo gospel, cambió la modulación y dio fuerza al tema a partir de una gran habilidad técnica vocal, en el contexto de una película taquillera que permitió un alcance inusitado al tema. Por supuesto, además del virtuosismo y la expresión de Whitney, la ingeniería del tema estuvo planificada para volverlo el éxito que fue (y es).
Dolly Parton agradeció públicamente siempre la popularidad que alcanzó su canción gracias a Houston."Fue lo más increíble que escuché. Nunca creí que pudieran cantar mi pequeña canción así", sostuvo Parton y admitió: "Me hizo rica".
En Aquí estoy se hace hincapié desde su primera persona y en la voz de otras figuras amigas, como Jane Fonda, en la autosuficiencia de Parton. De su figura que parece extraordinaria pero, en realidad, su ser especial reside en lo normal que es. Cuenta Fonda que nunca jamás la vio sin peluca, ni siquiera al levantarse por la mañana y con la bata puesta. Y eso es parte de lo que ella ofrece como personaje. Sin embargo, como la propia Parton sostiene, lo auténtico es interno: "Sé que me veo totalmente extraña y artificial pero soy real por dentro". Acaso esa esencia haya quedado desde un inicio en su gran composición.
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