Horacio Salgán: el eslabón perfecto entre la tradición y la modernidad del tango
El pianista fue un caso de estudio y referencia de todos los músicos populares por su original estilo
"Lo conozco hace muchísimos años, ya ni sé cuántos, lo admiro y le tengo un profundo afecto. Para mí es una gran figura. Yo no soy experto, pero si usted me pregunta, le diría que las tres figuras históricas del tango son Carlos Gardel, Horacio Salgán y Astor Piazzolla", decía Daniel Baremboin, cuando se cumplió el centenario del nacimiento de Salgán, en junio último. El compositor y pianista murió hoy.
Barenboim no se equivocaba. Salgán fue una de las figuras claves para el tango. En esa santísima trinidad tanguera, la obra del pianista, arreglador y compositor brilla con una naturaleza propia. Su obra marcó de forma indeleble el tango del siglo XX y asomó al del siglo XXI con una fuerza original y un sonido de avanzada, a partir de sus formaciones junto a Ubaldo de Lío, su orquesta con la voz de Edmundo Rivero o su formación del Quinteto Real.
Hace más de una década que el pianista se había retirado de los escenarios. Su legado artístico, que había dejando con su última formación del Quinteto Real, lo continúa su hijo César Salgán. "Sólo toca para él y está tranquilo", confesaba este último en el documental Salgán & Salgán (2015), de Caroline Neal, sobre la vida cotidiana del maestro tanguero.
Ese documental sobre su vida personal y la relación sobre su hijo fue la última aparición oficial del genio revolucionario y permitía indagar mejor sobre su genio. Salgán fue un caso de estudio por su longevidad en el género y un ADN tanguero que marcó su obra ¿Cómo se puede ser el más tradicionalista siendo uno de los más vanguardistas? Alcanza con escuchar sus arreglos de "Hotel Victoria" y "Boedo" para el Quinteto Real; las versiones instrumentales de "Recuerdo", "Ojos negros" o "Mi refugio" para su orquesta; o "La cumparsita", "El entrerriano" y "A Orlando Goñi", para el dúo con su socio musical Ubaldo De Lío.
Horacio Salgán inventó una manera de tocar y una manera de arreglar que transformaron sus obras en estándares del tango. Tenía un estilo único en el piano, fino y virtuoso, que lo convirtió en uno de los referentes más importantes de la cultura musical argentina. Mamó de sus predecesores en el género, así como del jazz, del folklore y de la música brasileña.
Era un compendio de educación musical, admirador de la ópera y de los grandes compositores de la música clásica. Todo ese mundo sonoro resonaba en sus tangos, en sus modulaciones, en su compás, en su melodismo y en su fina inspiración compositiva. Escuchar un tango de Salgán otorga la posibilidad de entrar en una catedral modernista de Gaudí. Tiene una dimensión sónica nueva, que no se olvida sin embargo del barrio de tango que lo vio nacer, de ese tango que imaginaron Gobbi, Bardi, Troilo y hasta Pugliese: un tango, en definitiva, que perdurará por siempre.
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