Harry Styles y el arte de hipnotizar centenniales
Harry Styles creció y decidió mostrárselo al mundo. Ya no necesita de One Direction para llenar estadios y, si bien va a recurrir a algunas pocas canciones de la banda que lo hizo conocido, tiene un primer disco conciso para presentar. El músico británico de 23 años es mucho más que un ex boyband. Su voz se proyecta por el DirectTV Arena y (una pena) muchas veces queda tapada por los alaridos frenéticos y casi constantes de sus fans. Sin embargo, haciendo uso de su carisma (y luego de pedir silencio) va a lograr en algunos pocos momentos poner en mute a las centennials para que los que sí querían escuchar pudieran, al menos, entender qué hay detrás de ese carilindo con traje negro a rayas plateadas y brillantes que desde que llegó al país causó locura adolescente: chicas acampando durante días, la puerta del hotel colmada de fans. Algo que en otros tiempos causaban los Backstreet Boys. Y lo que hay detrás es un músico con una prolija e inclusiva banda (integrada por dos mujeres -en coros y teclado y batería- y dos hombres -guitarra y bajo-) que despegó y viajó por los años 70 para desenterrar a sus referentes musicales. También hay un frontman que con una puesta sencilla no necesita de fuegos artificiales ni cambios de vestuarios para contentar a sus fans.
El fenómeno Harry Styles se empieza a palpar desde la autopista. Hay autos estacionados al costado en doble fila casi un kilómetro antes del estadio. Los padres van a esperar afuera y los hijos -en su mayoría hijas- van a correr hasta encontrar su lugar en el estadio. Adentro, hay globos rosas, banderas del colectivo LGTB, algunas pocas chicas disfrazadas. Las fans, desde las redes sociales, estuvieron durante meses planeando cuáles iban a ser los "Fans Acts", acciones que harían todas cuando sonora tal o cual canción. Se escuchan los típicos cánticos de cancha transformados en odas a los artistas "Harry, Harry, Harry".
Una hora antes de que salga a escena el británico, Leon Bridges pone su soul a disposición. Y justo en ese momento es cuando empiezan los gritos. Suena un tema de Queen, que es tarareado por gran parte de los fans, pero el furor se siente cuando se escuchan los acordes de "Olivia", el tema de la boyband. A lo que le van a suceder unas cuantas olas humanas replicadas en la platea. Y mientras una mano intenta descubrir el secreto del cubo mágico desde la pantalla, empieza la cuenta regresiva. A las 9 en punto, cuando se resuelve el enigma del juego de ingenio y todas las hileras alcanzan su monocromía, Harry Styles hace su aparición.
Durante hora y media, el británico, en su segunda visita al país (la primera fue en 2014, pero con One Direction) hará un repaso de Harry Styles, así se llama su primer disco solista. Empieza con "Only Angel", una de las pocas canciones donde se lo verá haciendo pasos divertidos y bailando en el escenario y termina con la hardrockera "Kiwi", con la que pondrá a todo el estadio a saltar. También les regalará a sus fans las canciones nuevas que viene presentando en la gira: "Medicine", en la que, según los fans, el cantante admite ser bisexual y la pegadiza "Anna". También "Just a Little Bit of your Heart", el tema que escribió como compositor para Ariana Grande y "The Chain", el cover de Fleetwood Mac.
Y, como dice el mismo Harry, su disco solo tiene 10 temas, razón por la cual las canciones de One Direction - que son de lo más celebrado de su set- vienen en su ayuda para que pueda ofrecer un buen show. Aunque sus temas como solista son tarareados casi a la par. Tras un bloque más íntimo, donde el carilindo no solo intenta hablar en español mientras suenan "Woman", "Ever Since New York" y derrite a sus chicas, llega el primer "Fan Act" en "Two Ghosts", el tema para Taylor Swift. Las fans del campo van a levantar banderas y las de las plateas, de acuerdo a dónde se encuentren, van a prender sus linternas con filtros. Así se verán luces verdes, rosas, violetas, amarillas y naranjas. Y como Harry sabe cómo contentar a sus chicas, tras leer un cartel de una tal Rocío que cumplía años, no duda en orquestar un "Happy Birthday" para ella.
Para los nostálgicos, el primer tema de la boyband elegido es "Stockholm Syndrome". Más tarde, y en otro escenario, más intimista -montado en la parte de atrás del estadio-, Harry elige cantar casi a capella "If I Could Fly". Antes y en el mismo espacio había hecho su tema homenaje a McCartney, "Sweet Creature".
El último hit de la boyband es "What Makes You Beautiful", donde invita a sus fans a cantar fuerte y promete volver al país si mantienen la energía bien arriba. Los gritos son constantes sobre todo cuando llega el éxito de su disco, "Sign of the Times", esa balada multigénero que algunos han definido como "soul psicodélico" o "spacey pop". Y como las fans son unas estudiosas hacen unos minutos de silencio para "From the Dining Table", porque saben que es "uno de los temas preferidos de Harry" en el que "le gusta que se escuche su voz". Solo en esa canción, donde el ídolo abre un poco su mundo, más allá de sus baladas románticas, sus seguidoras se toman un respiro. Después vuelven los gritos que, promediando el recital, ya parecen un elemento sonoro del show.
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