Antes de volver al Teatro Coliseo, el músico habla del repaso que hace en vivo de su carrera y cómo su trabajo en la banda de sonido de videojuegos le acercó nuevos fans adolescentes
Como es habitual, la vida de Gustavo Santaolalla se ve envuelta en un vendaval de proyectos. Hablando desde su casa de Los Angeles, el simple relato de sus actividades de los últimos días resulta casi abrumador. Se está preparando para volver a Argentina, donde el 30 de Septiembre dará una nueva función en el Teatro Coliseo de Raconto -el show con el que revisa hitos fundamentales de su carrera- como parte de la gira Desandando El Camino, y viene de grabar arreglos de cuerdas con David Campbell, padre de Beck, para la música del documental sobre la vida de Eric Clapton, Life in 12 Bars. “Me hace acordar la forma en que laburaba con Arco Iris, en que yo le pasaba los arreglos a Rodolfo Alchourrón y él los escribía”, comenta orgulloso de que el arreglador haya respetado muchas de sus ideas (el film ya fue estrenado, y la música de Gustavo ampliamente elogiada por el propio Eric).
Por otro lado, cuenta que se encuentra trabajando en la música de The Last Of Us 2, la secuela del exitoso videojuego, y en el próximo álbum de estudio de Bajofondo. “Ya me reuní con Alejandro Terán para empezar a trabajar en las cuerdas que van a ir en los temas de ése álbum”, dice el artista multipremiado, y completa diciendo que la grabación está bastante avanzada.
Pero todo esto no le impide estar latiendo al pulso de todo lo que pasa en Argentina. Gustavo comenta su entusiasmo por dos de las bandas principales del indie local, El Mató A Un Policía Motorizado, a quienes conoció recientemente en el Festival Internacional de las Artes, realizado en Costa Rica, donde también participó con su banda. “Los fui a ver, y después estuve con Santi (Motorizado). Es una de las bandas que más me gustan de ahora, al igual que Los Espíritus”. Cuenta entusiasmado que Los Espíritus vinieron a verlo en su concierto de Junio en el Teatro Coliseo, y que ya tiene planes de hacer cosas con ellos, como invitar a Maxi Prietto para que cante algunos temas en una puesta en vivo de Agitor Lucens V, la ambiciosa obra conceptual de Arco Iris (1974), que planea realizar con músicos jóvenes de la escena de jazz y de rock. “Estoy cerrando detalles, el lugar perfecto para hacerlo sería el CCK, porque tiene el órgano de tubos, y para hacer el ‘Salmo a Cristo’, que es el tema final, sería una cosa increíble”, detalla con su empuje habitual.
¿Cómo llegás a este nuevo concierto del Coliseo?
Volvemos al Coliseo en esa onda “back by popular demand”, hubo mucha gente que quiso venir en junio y se quedó afuera, porque se agotaron las entradas. También voy a hacer el Teatro del Sodre en Montevideo, que es un gran desafío, porque había tocado en el Solís, con Arco Iris y con Bajofondo, pero este es mucho más grande. Y vamos a tocar en Mendoza y San Juan, mi idea es poder llevar mi música a todas las provincias de mi país, de a poco y como se pueda.
Ya hicimos Mar del Plata, Córdoba, Rosario, Tucumán y Jujuy.
De hecho, hay algunos conciertos que los estoy organizando yo. Y nos va bien, hay una avidez de la gente por acercarse a lo mío. Y el año que viene vamos a llevar esta gira por toda Latinoamérica, Chile Perú, Ecuador, Colombia, Costa Rica de nuevo, y México.
¿Pensás darle un carácter estable a este proyecto solista?
Lo de Raconto, y Desandando el Camino, es un frente más que quiero generar en mi espectro de proyectos. Por un lado, quiero tener una plataforma para expresarme como solista, que es algo que nunca hice en mi vida, y finalmente llegó el momento, ahora que cumplí 66. Hago una revisión de mi carrera, pero a partir del artista que soy hoy, con mi madurez como persona, con todas las vivencias que he tenido, con mi crecimiento como intérprete, como cantante. Yo nunca laburé con la nostalgia, mi repertorio no está lleno de hits. Por supuesto que hay unos cuantos que la gente conoce, “Mañana Campestre”, “Ando Rodando”, “Sudamérica”, pero la mayoría son canciones que la gente no conoce, y yo nunca toqué en vivo, porque los álbumes Santaolalla, GAS, Ronroco, nunca los presenté en concierto. Entonces, así como son nuevas para la gente, son nuevas para mi también, y cantarlas desde donde yo estoy ahora, me pone en una situación totalmente original, que es la de rever mi carrera, o muchas cosas de ella al menos, de una manera totalmente nueva y fresca. Y es impresionante lo que pasa con la gente, y lo que pasa con la música, porque la banda ahora ya tiene muchas más horas de vuelo.
¿También está la idea de ir incorporando nuevo material?
Exactamente, esto también incluye creaciones nuevas. Es un proyecto que va mucho más allá de este disco, la idea es tocar un montón de repertorio que he grabado pero que no se conoce, y también material que nunca se grabó, y lo tengo nada más que demeado. Y después está todo lo que es la música de las películas. Quiero armar un show con esta misma banda, pensando más que nada en Estados Unidos y Europa, que tenga que ver con la música de las películas, videojuegos, todo eso, que vaya desde Relatos Salvajes hasta Brokeback Mountain (Secreto en la Montaña), Diarios de Motocicleta, The Last Of Us, la serie de televisión Making a Murderer, de todo. Estoy muy entusiasmado con este concepto de recuperar, porque en algún punto siento que mi obra no ha sido lo suficientemente valorada. Alguien escribió una reseña del concierto en Córdoba que tituló, “La reparación histórica de Santaolalla”, me parece que la vió totalmente.
Esta reparación histórica, como decís, también incluye la reedición del primer LP de Arco Iris, “el disco rosa”, incluso en otros países.
Para mí sigue siendo un disco muy importante, ahí está el origen de todo lo que es mi carrera, la música de las películas, los temas, lo folk, lo clásico, el rock, el folclore. En Japón fue elegido como uno de los discos esenciales del primer rock argentino, junto a Artaud. Pero en ese momento, entre los músicos, el único que nos seguía era Charly, que venía a ver siempre a Arco Iris, vino incluso a la presentación de Agitor Lucens V. Y León, por supuesto. Entonces, de alguna manera, siento que con los conciertos y todo esto, vengo a buscar lo que es mío.
Hay una madurez en la forma en que encarás este material, que es muy conmovedora.
La parte buena de haber dejado de tocar estos temas durante tanto tiempo es que ahora me aproximo a ellos de otra manera, y tienen otro peso. Por suerte los paradigmas siguen siendo los mismos. Cuando canto “Abre tu mente”, que dice “todos formamos parte de una gran cosa, hoy sólo soy gusano, mañana mariposa”, me encanta, porque es el concepto de oneness (integridad, unidad), en el que trabajo todos los días.
También contás en tus conciertos que el tema del videojuego The Last of Us te acercó una nueva generación de público.
Sí, pasan cosas como que a raíz del programa “Encuentro en La Cúpula”, recibí un mail de un chico que decía: “Qué bueno, yo no sabía que cantabas, te conocía por The Last of Us”. Es increíble, los chicos de 12 a 15 años, mueren con el juego y mueren con la música. Y me escriben diciendo “¡por supuesto que vas a hacer la música de The Last of Us 2!”, en la que estoy trabajando ahora mismo. Algo interesante también es que es un videojuego que trata sobre una realidad posapocalíptica, pero que está asociada con una geografía que es de los Estados Unidos. Y es un tema en 6x8 y con un ronroco, es alucinante.
Ya que lo mencionás, ¿como es vivir en los Estados Unidos en la era Trump?
Una locura. Pero al mismo tiempo, todo se puede mirar desde varios puntos de vista, y yo siento que a un nivel está bueno que se radicalice la cosa y se caigan las máscaras. Porque un problema que trae aparejado esto es que la locura, la idiotez, el fachismo, que tiene este tipo, le dé credibilidad a una cosa que es una porquería también, que es Hillary Clinton y toda esa rama, que es gente muy turbia, de lo peor que te puedas imaginar. Así son los Estados Unidos, y Trump es un emergente de esta realidad. Y se están dando cosas como que también se están fracturando los republicanos, por suerte, porque no pueden seguir apoyando a un tipo que no es republicano ni nada, es un facho que solo piensa en sus intereses, y en una visión del mundo que es horripilante. Y lo peor es que hace lo que quiere, y nada puede moverlo, el tipo sigue.
No es tan distinto de lo que sucede en otros países.
Es una tendencia que está ocurriendo en el mundo también, son unos tiempos muy especiales. Está difícil en todos lados, esa es la realidad. Estamos viviendo realmente el fin de los tiempos. Entonces si seguís lo que es la precesión de los equinoccios, y lo que decían los mayas, y los cambios que tienen que ver con la Era de Acuario, y la salida de la Era de Piscis, es un momento en el que están por ocurrir grandes cambios en el planeta. Entonces, agarrate. Porque viene de todos lados, de acá y de afuera también, desde los solar flare, que son esas explosiones solares, que una grande puede dejar a todo el planeta sin internet, o sin electricidad, durante el tiempo que tarden en resolverlo. Se avecinan tiempos bravos, entonces es muy importante el trabajo que uno pueda hacer internamente, para enfrentar la situación, y también para poder ayudar, de alguna manera.