A 70 años de su inicio en la radio, a 60 de su llegada a la televisión y a 30 de su ausencia de la pantalla chica, arriba al Teatro Astral en un formato biopic musical concebido, dirigido y producido por Diego Romay, que se estrena hoy y ofrecerá sólo 10 funciones, con la conducción de Silvio Soldán y la participación de los mayores artistas del género
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En la historia de la televisión argentina esta creación de Alejandro Romay fue, sin dudas, el más exitoso ciclo de difusión de la música porteña, y el que alcanzó mayor permanencia en el tiempo. Prácticamente toda la familia se reunía frente al televisor los miércoles, a las 21, para ver y escuchar por Canal 9 Grandes valores del tango. Gracias a su alta convocatoria de público logró estar casi cuarenta años en la pantalla chica, atravesando todo tipo de gobiernos y crisis socio-históricas.
El programa empezó a fines de 1963, con Hugo Del Carril como conductor, al mismo tiempo que Alejandro Romay incursionaba por primera vez en televisión. Sin embargo, su origen se remonta a 1951, cuando empezó a emitirse por LS10 Radio Libertad, con el propio Romay al micrófono. El programa tuvo tal éxito que llegó a publicarse una revista con su mismo nombre. Menos de un año después de su debut televisivo, Juan Carlos Thorry reemplazó a Hugo del Carril, quien había entendido que lo de la animación no era para él y prefirió seguir con su carrera de actor y cantante. El auspiciante del programa era Héctor Pérez Pícaro S.A. –un comercio de electrodomésticos– y su eslogan: “El trébol de la buena suerte”. El programa salía al aire habitualmente en vivo y en directo, desde el estudio mayor de Canal 9, por aquel entonces ubicado en la avenida Pte. Figueroa Alcorta 3428, un lugar de prosapia tanguera, ya que muy cerca había funcionado el famoso cabaret Armenonville, donde Carlos Gardel había realizado su primer gran actuación en dúo con José Razzano, en 1914.
El tango había estado presente en la televisión desde su comienzo, allá por 1951. Pero tal vez, por estar ligado su inicio a Radio Belgrano y no a Splendid o El Mundo –emisoras más dedicadas a la música ciudadana–, el género nunca se había distinguido del todo en ese medio, por lo cual, desgraciadamente, no se aprovechó la disponibilidad de muchísimos artistas en el mejor período de sus carreras. Recién en 1963, cuando las compañías discográficas decidieron promover a sus artistas y difundir sus discos en televisión fue que el tango tomó verdadero impulso en el medio. Y Grandes valores del tango aprovechó la iniciativa de los sellos y le abrió sus puertas a todo el mundo. Por allí pasaron todos, desde Floreal Ruiz y Héctor Mauré hasta Alberto Morán, Enrique Dumas y Guillermo Galvé, entre otros.
Cuando Juan Carlos Thorry decidió retirarse del ambiente artístico y dedicarse a la industria hotelera en Miramar, según una versión; o cuando llegó la necesidad del recambio en el programa (ya con los estudios trasladados al cercano Pasaje Gelly 3378), de acuerdo a otra, Alejandro Romay puso en práctica una interesante estrategia. Con el objetivo de acercar el ciclo al público juvenil, en 1972 colocó al frente a Silvio Soldán, quien por aquel entonces descollaba como conductor de Feliz Domingo, el programa ómnibus destinado a los adolescentes, y también estaba al frente de El Special, un programa musical por el que desfilaban las más importantes figuras del mundo. Locuaz, ingenioso y carismático como pocos, cada vez que tenía que hacer una pausa para los avisos publicitarios, decía “Un corte, una quebrada y enseguida volvemos”, frase que quedó patentada como una de las más famosas en toda la historia de la televisión local (y que fue idea del productor Alfredo Gago). “Del programa tengo muchísimos recuerdos, por él pasaron todos los grandes; entre las mujeres, por ejemplo, estuvieron Tita Merello, Libertad Lamarque y Virginia Luque, y entre los hombres, Alberto Castillo, Rodolfo Lesica, Argentino Ledesma, Alberto Podestá y Alberto Echagüe. Todos fueron momentos muy buenos, pero la primera vez que se presentó Libertad Lamarque fue maravilloso, algo irrepetible”, opina quien comenzara como actor en el teatro independiente y luego, antes de convertirse en uno de los mejores locutores, conductores y animadores de todos los tiempos, en figura del radioteatro. “Un momento triste, en cambio, fue cuando se descompensó en cámara el actor José Slavin. Estaba leyendo un poema en medio de un certamen que habíamos organizado con soldados de distintos regimientos, que se llamaba ‘Ganar la paz’; se cayó redondo al piso y, a los dos o tres días, falleció”, suma Soldán. “En general nos iba muy bien, pero si de golpe el rating bajaba un poquito, con Gago teníamos dos o tres estrategias que no fallaban nunca: organizar días de dúos y de tríos, cosa que al público le encantaba, y convocar a un artista de otro género, por ejemplo del folklore, de la balada, del rock & roll o de la bailanta, para cantar un tango. Ahí nos íbamos para arriba de nuevo y la magia de Grande valores permanecía intacta”, asegura quien condujo ininterrumpidamente el programa hasta el último día, salvo cuando contrajo hepatitis y debió ser reemplazado en cuatro emisiones por Sergio Velazco Ferrero.
Con el tiempo diversas circunstancias obligaron a ir modificando la estructura inicial del programa, pero siempre conservando la participación de Tito Lusiardo, Alberto Mosquera Montaña, Roberto Cassinelli y Beba Bidart –los únicos habitués permanentes del programa–. Al frente de la orquesta estable de ciclo (y del canal) también se mantuvo incólume Armando Cupo, uno de los fundadores del Sexteto Mayor. En el elenco, que variaba permanentemente, semana tras semana, había tanto cantantes como bailarines; y eran acompañados por la orquesta del programa o por diversas formaciones que eran convocadas para participar periódicamente. Pero por el ciclo no pasaron sólo artistas con renombre sino también figuras en potencia, ya que allí se llevaban a cabo concursos de voces que ocupaban bastante espacio durante las emisiones. De estos certámenes surgieron, por ejemplo, Ricardo Chiqui Pereyra, Juan Carlos Granelli y Gloria Díaz. Después se sumaron los niños (que nunca fueron elegidos por casting, como se podría presumir), siendo los casos más emblemáticos los de Guillermito Fernández y María José Mentana, que a solas o como dúo, siempre sorprendían con sus voces únicas. Lo curioso es que nunca esa conjunción de talentos accedió a la grabación de un disco bajo el sello Grandes valores del tango. “Yo empecé cantando muy tempranamente, a los 6 años, por eso a los 12 ya me quería jubilar”, comenta graciosamente Guillermo Fernández, hoy uno de los mejores cantantes del género de toda la historia. “Pero a punto de dejarlo todo para iniciar tranquilo la secundaria me invitaron al concierto que marcaría el regreso de Hugo del Carril a los escenarios, en agosto de 1969, en la Federación de Box, y él me hizo subir al escenario a cantar cuatro tangos. La gente estalló de tal manera que me abrazó y me dijo: ‘por esto no tenés que dejar de cantar tangos, pibe’. Entonces me dijo que me iba a llevar a Grandes valores, el programa que él empezó conduciendo. Pero justo esa semana se peleó con la productora Martha Reguera y se fue del programa. Sin embargo, su representante, el señor Badano (que después también fue mío durante muchos años) me logró meter igual y debuté el 13 de octubre de 1969, ya con Juan Carlos Thorry como conductor. Ese mismo día Roberto Goyeneche me pidió de hacer un dúo con él. Así que mi comienzo en el programa no pudo ser más fuerte”, asegura Fernández. Y si de recordar se trata, el cantante atesora muchos y variados momentos del ciclo: “Como cuando terminé viendo el primer partido del Mundial 78 sentado en una mesa con Diego Armando Maradona, o cuando le canté una serenata a Azucena Maizani a dúo con Floreal Ruiz, o cuando canté acompañado por Virgilio Expósito “Naranjo en flor”, en frente de Homero Expósito. Para mí fueron momentos memorables dentro de una larga lista vivida del 69 al 80, cuando participé por última vez. Cada programa obtenía 38 puntos de rating y te veían en todo el país. En fin, para mí Grandes valores fue una fiesta”.
Cuando en 1974 los canales fueron estatizados, y Alejandro Romay perdió Canal 9, Grandes valores del tango cambió su nombre por Grandes valores de hoy y de siempre. Hasta entonces el empresario le había abierto los micrófonos y ofrecidos sus cámaras a todos los artistas, sin preocuparse por sus ideologías. Pruebas de su conducta son los homenajes realizados durante su período a Osvaldo Pugliese y a Tita Merello. Después no fue necesariamente así. No obstante, durante la dictadura, el programa siguió emitiéndose. Siempre dio la impresión de que a pesar de los sucesos trágicos que le tocó vivir al país Grandes valores no sufría mayores daños. Sí lo afectó y es lógico el fallecimiento de muchos artistas que, a lo largo de su prolongado ciclo, le conferían nivel y sustento.
Con la vuelta de la democracia y de Romay a su viejo canal, Grandes valores del tango recuperó su nombre y durante diez años pretendió recobrar su antiguo esplendor. Luchó para lograrlo y, en un principio, el todo poderoso rating acompañó la propuesta, pero finalmente el ciclo no pudo competir más con las programaciones de las otras emisoras (y en ese sentido tenerlo en frente a Grande Pa! no fue un detalle menor) y finalizó en 1992. Es más, al poco tiempo, el empresario terminó vendiendo su entrañable canal. No obstante, siempre se especuló con la reaparición del ciclo en alguna otra emisora, o al menos de su mística a través de otro medio. Hasta ahora, en que su hijo Diego Romay decidió revivir la marca y cumplir la promesa que su padre le hizo a Mariano Mores en un almuerzo familiar, “la de recuperar el éxito de Grandes valores de tango, sea como sea”. “Luego pasó mucha agua bajo el puente –reconoce el empresario teatral, productor de Tanguera y dueño, junto a sus hermanos, del Teatro El Nacional– y mi viejo, pese a todo su entusiasmo, no pudo hacerlo realidad. Por eso, cuando hace dos meses me llamó Julio Gallo, el dueño del Teatro Astral, para decirme que le quedaba libre la sala hacia fines de septiembre y me preguntó qué podríamos hacer juntos, empecé a pensar ideas sin llegar a ninguna conclusión. Esa noche me fui a dormir y de golpe me desperté de improviso, como iluminado. No sé si decir que fue el destino, pero está claro que en algún lugar de la memoria uno guarda registros de cosas de las que ya no se acordaba. A la mañana lo llamé a Gallo y le dije: “ya sé, tenemos que hacerle un homenaje a Grandes valores del tango. No tengo la más p… idea de cómo hacerlo, pero quiero saldar la promesa incumplida de mi viejo y de paso homenajearlo a él, el artífice de todo esto”.
Por eso desde hoy y a lo largo de únicas 10 funciones, que concluirán el domingo 2 de octubre, Grandes valores del tango volverá a revivir pero en formato teatral, con el aditamento en el título de “el musical”. No se tratará sólo de un recital, a cargo de reconocidas figuras del género –de la vieja y nueva guardia– sino de una biopic musical. “Desde el vamos me negué a que esto fuera un boliche de tango, con un cantante actuando detrás de otro indefinidamente. Yo quise lograr algo especial, un espectáculo que atraviese la historia del programa desde su génesis, con testimonios y documentos históricos. Será la historia del programa enmarcada en un gran concierto musical, y en el escenario habrá una pantalla LED de 12 metros por siete y un tul de proyecciones espectacular donde se van a ver unos documentales inéditos que mandé a producir que asombrará a todos. Gracias a Guillermo Fernández di primero con Raúl Ontivero, el antiguo fotógrafo de Canal 9 que en los ‘60 tomaba las fotos del programa. Tenía tanta pasión por Grandes valores del tango que fue el único que tomó registro fotográfico de todas las grandes figuras que pasaron por el programa. Hoy tiene 92 años y emocionado me cedió todo su archivo; él lo único que quiere es darlo a conocer antes de morirse. Así que también le cumpliré el deseo a él, compartiéndolo en el teatro con todo el público. Mandé a digitalizar todo, a enmendar una por una las fotos y van a enmarcar los diversos momentos emotivos dedicados a las figuras que ya no están, como si se tratara del in memoriam de los Oscar. Será algo muy bello. También habrá material fílmico. De la época de los militares no quedó nada, porque destruyeron todo. Pero las actuales autoridades de Canal 9 me dieron generosamente lo que tenían y luego conseguí la apertura original de programa de los años 60 gracias al archivo DiFilm, de un coleccionista fílmico que supo trabajar en el canal. También habrá testimonios importantísimos de diversos artistas del género, de los que participarán en el espectáculo y de los que no”.
Así Diego Romay celebrará toda la historia de Grandes valores, de los 70 años que se cumplen de su inicio en formato radial y de los 40 que duró en la televisión. Para eso contará en la conducción con su alma mater Silvio Soldán, que promete ir desgranando anécdotas entre número y número. “Nunca pensé que volvería a conducir Grandes valores del tango, esto es como un sueño, como un volver a vivir, y te aseguro que quienes gustan del tango se van a volver locos y quienes no, van a estar encantados igual porque se trata de un producción muy pero muy importante”. El elenco artístico estable del show lo conforman Guillermo Fernández, María José Mentana, Alberto Bianco, Nestor Rolán y Roxana Fontán, quienes serán acompañados en vivo por una orquesta integrada por 12 músicos del Teatro Colón, dirigida por Lisandro Adrover, y 10 bailarines de tango bajo la dirección coreográfica de Germán Cornejo. También habrá sorpresas y figuras invitadas en algunas funciones, como Raúl Lavié, María Garay, Hugo Marcel, Amelita Baltar, Luis Filipelli y Guillermo Galvé y, posiblemente, María Graña. Más allá de los temas individuales, y de los temas cantados a dúo y en tríos, pondrán la voz a tres homenajes “a creadores fundamentales de la historia del tango”: a Osvaldo Pugliese, a Aníbal Troilo y a Astor Piazzolla. Y a un cuarto infaltable, dedicado al cantante entre los cantantes de tango: a Carlos Gardel.
Entre las más emocionadas y ansiosas por revivir aquella magia que se suscitaba en el set de Canal 9 se encuentra María Garay (quien participará en el espectáculo como invitada especial el viernes 23): “Yo empecé mi carrera en 1969 y estuve cantando en televisión desde un principio, en diversos programas. Pero Grandes valores era distinto, era la meca. No sólo logré acceder al programa sino que permanecí allí durante años porque así lo decidió el público, el que al fin y al cabo decide la suerte del artista. Debuté allí con medio tango el 29 de diciembre de 1976. Me dejaron cantar a prueba la segunda mitad de ‘El choclo’. Les sorprendió mi fuerza, mi registro vocal amplio y mi repertorio, que era más bien masculino y fuerte. Recién me volvieron a convocar a mediados del año siguiente, pero a partir de ahí no falté más, iba una o dos veces al mes, cantaba uno o dos temas completos o directamente abría el programa. Fui subiendo escalón por escalón e incluso estuve en el último programa, en marzo de 1993, que fue inolvidable, por su nivel artístico pero también por lo doloroso y angustiante que resultó. Porque Grandes valores era mi casa y en ella estaban los amigos, las personas que había aprendido a querer a través del tiempo. Terminamos llorando todos a mares, no sólo por lo que el programa representaba como pantalla caliente y posible generadora de trabajo, sino por la cuestión afectiva. Ahora, en los ensayos, estamos todos muy movilizados con el reencuentro. Así que me imagino lo que vamos a vivir en el teatro junto al público”, sostiene quien fuera reconocida por su trayectoria en el 2012 en el Congreso de la Nación.
“Mi mayor deseo es que con este regreso de Grandes valores pase algo que ya lo estoy vibrando en la boletería del teatro: que la familia se congregue frente a esta propuesta”, asegura Diego Romay. “Recuerdo que, cuando yo era chico, todos los niños veían el programa en el living de sus casas junto a sus padres y abuelos. Ahora veo que aquellos que tienen 50, como tengo yo hoy, vienen a comprar entradas para sus padres y hasta para sus abuelos. Esto habla del entrecruzamiento generacional que provocaba el programa y de la necesidad que tenemos por volver a vivirlo”, concluye el hijo pródigo que sueña con extender el incipiente fenómeno al Interior del país y, por qué no, también al exterior.
PARA AGENDAR:
Grandes valores del tango…el musical
Idea, producción y dirección: Diego Romay.
Teatro Astral: Corrientes 1639.
Funciones: miércoles, jueves y viernes, a las 20; sábados, a las 19; y domingos. a las 18.
Entradas: en boletería o Plateanet
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