"Sobredosis de TV"
La apertura del show es con la pantalla como protagonista y, conceptualmente, no podía ser de otra manera: las luces se apagan en el estadio y la imagen proyectada nos lleva hasta una biblioteca con un VHS rotulado con el nombre de Soda. Entonces sí, el tiempo retrocede y Gustavo Cerati, Charly Alberti y Zeta Bosio comienzan su juego de seducción allá por los 80 y los 90, hasta que el fast-forward nos trae al presente y la señal de ajuste sirve como referencia estética para el inicio: Alberti, Zeta, Richard Coleman, el Zorrito Quintiero y Roly Ureta acompañan a Cerati que, desde las pantallas, se larga con "Sobredosis de TV". La máquina está en marcha y Alberti y Zeta sonríen cómplices.
"Hombre al agua"
Es Coleman quien se anima a dar el paso adelante como primer "cantante invitado" de este Soda Stereo 2020 y lo hace con la prestancia y la rigurosidad técnica que mantendrá durante la hora y media que dura el show. A la banda se suma la tercera guitarra: Simón Bosio, hijo de Zeta.
"Disco eterno"
La voz del grupo mexicano Zoe, León Larregui, le suma sensualidad a este tema extraído del último álbum de estudio de Soda, Sueño Stereo. Larregui recita más que canta la letra, mientras las pantallas disparan psicodelia en colores. "Agradezco poder cantar con mi banda favorita del universo", grita emocionado el cantante y se despide.
"El rito"
Aquí, la propuesta audiovisual de Gracias Totales juega una de sus cartas fuertes y presenta al primer cantante "virtual" de la noche. Álvaro Henríquez, del grupo chileno Los Tres, se sube a "El rito" sin demasiada estridencia ni fuegos de artificio. Una versión correcta de uno de los grandes temas de Soda.
"Lo que sangra (la cúpula)"
"Ellos escogieron la canción muy bien para mí y para mi voz, porque fue extremadamente fácil de hacerlo. Me dieron espacio para que yo tuviera libertad creativa, pero en realidad estudiando la canción, cada nota es perfecta. No hay florituras y lo que tiene que haber allí, está", había dicho un día antes Rubén Albarrán sobre su participación en el show y la versión del tema de Doble vida le da la razón. Es sabido que el cantante de Café Tacvba mueve montañas en escena y su vibra enciende al público, mientras la impactante parrilla de luces que sobrevuela su cabeza demuestra su poderío técnico. A un costado, Roly Ureta se luce una vez más con sus solos.
"Signos"
La segunda participación virtual es un primerísimo primer plano de Julieta Venegas, que se luce con uno de los grandes hits de Soda. A estas alturas, ya nadie se pregunta si es o no es Soda Stereo el que está arriba del escenario y el disfrute se contagia de arriba del escenario hasta cada rincón del estadio El Campín de Bogotá. Zeta anima a todos, levanta los brazos, sonríe y mira cómplice a su compañero en la batería, mientras Coleman se hace cargo del audio y el Zorrito aporta lo suyo desde los teclados.
"Juego de seducción"
Walas, de Massacre, fue el último en sumarse al listado de cantantes y se llevó un gran premio con este clásico de la banda. Desde las pantallas, con sus ojos pintados de negro y las pieles sobre sus hombros, Walas se deja llevar por una versión que supera las expectativas.
"Zoom"
Las pantallas recobran su color con la participación de Benito Cerati, mientras parejas de todos los géneros se besan en un guiño al video original de la canción. La performance de Benito es la más videoclip de todas, mientras, en el escenario, la banda insiste en hacer sonar cada detalle del tema, incluyendo la armónica final a cargo de Zeta.
"Trátame suavemente"
El tema escrito por Daniel Melero para el primer disco de Soda fue a parar a la voz de su amigo Adrián Dárgelos, otro de los que estuvo presente en la primera fecha de la gira. Un desfachatado que le puso el cuerpo a una de las mejores participaciones del show. En un solo tema, el cantante de Babasónicos desplegó todo su repertorio de seducción y atrevimiento. "Gracias Soda, por una eternidad juntos", se despidió Dárgelos, luego de recorrer el escenario de punta a punta y jugar cómplice con cada uno de los integrantes de la banda.
"En la ciudad de la furia"
Una panorámica de Buenos Aires devuelve al hombre alado al espectáculo. La voz de Cerati irrumpe sobre las imágenes en blanco y negro que remiten al video del tema dirigido a fines de los años 80 por Alfredo Lois y el público apenas si puede contener su emoción. Tema clave del show para la audiencia y para los músicos, que al menos por un instante, cierran los ojos y sueñan con estar tocando una vez más junto al amigo y compañero que ya no está.
"En remolinos"
De lo más alto de la noche, con una versión que es una aplanadora y que tan bien le queda a Draco Rosa. El puertorriqueño canta y grita en medio del remolino de guitarras y todo es éxtasis, acompñado por el juego de luces que sube y baja para aumentar la intensidad. Tremendo.
"Pasos"
La cantante Andrea Echeverri, del grupo Aterciopelados, jugó de local y los 30.000 colombianos que presenciaron este debut de gira se lo hicieron sentir. Con un corpiño de parlantes, Echeverri llevó el tema con su estilo y carisma, a pesar de haber tenido la difícil tarea de subir a escena tras el aluvión guitarrero de "En remolinos".
"Cuando pase el temblor"
Una de las gratas sorpresas y otro momento elevado del show. Gustavo Santaolalla canta y toca el charango para este tema sin tiempo ni lugar. "Despiertame, despiertame", suplica Santaolalla desde las pantallas, con sus ojos claros bien abiertos y una estética pop que le sienta de maravillas.
"Fue"
Ahora sí, Zeta y Charly solos en el escenario y Cerati desde las pantallas derriten la noche de Bogotá. "He llegado hasta el fin, con los brazos cansados. Tantas veces te vi, simulando un olvido. Y eso pasó", recita desde el más allá Cerati, con la trompeta de Gillespi en pista. Los tres Soda juntos se llevan el momento emotivo, plasmado en los rostros concentrados del bajista y el baterista.
"Un millón de años luz"
Solo la presencia de una artista tan esperada como Mon Laferte le permite a la banda salir del hipnótico sueño del tema anterior. La cantante chilena la rompe y demuestra el alto nivel en que se encuentra con una performance impecable, que contagia a toda la banda.
"Persiana americana"
Fernando Ruiz Díaz vuelve sobre un tema que solía versionar en tiempos de Catupecu Machu. Los gritos del cantante atraviesan la pantalla y este clásico de Soda inicia la recta final con una estupenda interpretación de un grupo que parece que hubieran tocado juntos por siempre. El público encendido, acompaña con cada estrofa y le suma épica a un tema que ya es parte del aire.
"Prófugos"
Siguen los hits, aunque la elección de Juanes para la ocasión no pareciera la más apropiada. De todas formas, a este punto de la faena nadie pide otra cosa que la noche no termine nunca y que la música de Soda resuene una y otra vez.
"Primavera 0"
El primer bis fue otra vez para el trío, con Cerati estrellando el sonido de su guitarra contra el público y una versión que dejó lugar para que todos coreen como si el tiempo no hubiese pasado y aquel último concierto de 2007 aún siga girando.
"De música ligera"
Entonces sí el final, con el superhit que cruzó fronteras y llegó a oídos de un tal Chris Martin, quien desde la pantalla intenta un español forzado, pero efectivo. Es el cierre de un espectáculo que, una vez más, como ya había hecho Soda en el pasado, probablemente abra un nuevo camino en la industria del entretenimiento latinoamericano.
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