Grabaciones
Alejo Vintrob: orillero y existencial sin ningún complejo
El esclavo. "Frigobardo", "Mantra", "Imán", "Guitarra", "El esclavo", "Maldonado", "Gualeguay", "Perro", "Mirlo", Oui Oui Records
Los restos de ese buque insignia que fue Pequeña Orquesta Reincidentes siguen flotando en un amplio océano de música. Algunas, incluso, mutaron en embarcaciones imponentes como Acorazado Potemkin y otros empiezan a recuperarse como Alejo Vintrob, exbaterista de POR. Acaba de editar su segundo disco solista después de Vino (2012), y la idea empieza a mixturar mejor esa pulsión entre lo acústico y lo eléctrico. A grandes rasgos, confirma la tradición existencialista de la música rioplatense en contraposición a cierta moda tropical muy alejada del paisaje de esta región. El esclavo, entonces, retoma el espíritu de la poética del tango y la canción rioplatense con el aporte muy valioso del rock oscuro. El disco empieza con "Frigobardo", que posee un barniz, quizá sin intención, de la Versuit Bergarabat más intimista. Ese primer tema puede desorientar al oyente, pero luego, a partir de "Mantra", la obra empieza a recobrar la identidad desperdigada de POR. No hay muchas propuestas similares para referenciar a Vintrob y es una gran virtud a esta altura. El germen más interesante aparece con "El esclavo" y "Maldonado", dos temas que abren una senda de tensión más rockera y experimentación. Vale la pena prestarle atención.
Franco Varise
Dany Martin: esas sublimes voces del bolero
Dany Martin con buena compañía. "Usted es la culpable", "Todavía", "Me pasé de la cuenta", "Sabor a nada", "La última noche" y "Carta de un león a otro", entre otros
Juntarse con amigos para cantar y, al mismo tiempo, grabar, debe ser una de esas distracciones que arrojan naturales. No es una novedad, está probado y, generalmente, otorga buenos resultados. Así lo hizo en los Estados Unidos, para enviarlo directamente a la Argentina, la voz del bolero, Dany Martin. "Todavía", cantó como si no hubiese dicho lo mejor y lo decía junto al autor, Armando Manzanero, quien lo saludó con una ovación después de la canción. Y como el trabajo se llama Dany Martin, con buena compañía, "bolereó" con uno de Ortega y Ramos ("Sabor a nada"), en donde se oye al Palito de siempre, al auténtico. Entonces, "Pasados los 60" se lucen con Jairo y emociona este cuando le agradece en mitad de la canción su alegría, es decir su buena compañía. Claro que ameniza con Julia Zenko en la sostenida "Para decir adiós". Son gustos y uno opina. Lo hace desde el corazón, aunque la canción siga siendo impecable, nunca politizada, concebida hace bastante más de 40 años, sin colores ni banderas, con el corazón allí arriba: "Carta de un león a otro". Ahí si el gran compositor (Chico) nos llena de emoción, y Martin le pone garra, voz y punto a una canción. Cantan muy juntos, como los amigos eternos que son. Es buena, muy buena, compañía.
Mariano Wullich
Gepe: un viaje, tierra adentro, por Chile
Folclor imaginario (Canciones recopiladas por Margot Loyola Palacios y...). "Qué sacarán con quererme"; "El volcán"; "Hasta cuándo vida mía"; "Tu nombre" y otras
En este trabajo particular dentro de su trayectoria, Gepe se embarca en un proceso de reconstrucción del imaginario folclórico de la artista y recopiladora chilena Margot Loyola Palacios. A cien años de su nacimiento, el cantautor chileno se hundió en las raíces musicales de su país -como lo hiciera a su manera Natalia Lafourcade en Musas 1 y 2-, para recobrar con frescura los sonidos de su tierra. Hay un espíritu que recuerda a Violeta Parra en "Verte y noverte", "Canto de amanecida, Cuculí" y "Las hojas de los naranjos", y es que Margot Loyola fue contemporánea a Violeta y otra difusora de importancia de la cultura popular chilena. Gepe, en cambio, forma parte de una generación de creadores cuya identidad musical se combina con elementos urbanos: en el "El volcán" aparece su fibra pop y en "Amoríos pasajeros" colabora un artista de trap. Sin embargo, todo el álbum conserva un ambiente acústico y primitivo tal como sobrevivieron estas canciones en la oralidad. Gepe se impregna de cuecas, marineras y tonadas andinas con instrumentaciones y arreglos mínimos de guitarra, charango, quenas y arpas. El disco contagia el espíritu de esas canciones de extrema sencillez y belleza, como esas flores silvestres que aparecen en el campo.
Gabriel Plaza